Los ganaderos y fabricantes de pienso están expectantes ante el reglamento de la Unión Europea (UE) sobre productos libres de deforestación (EUDR, por sus siglas en inglés). Entrará en vigor el 1 de enero y, aunque parece que queda mucho tiempo para su aplicación, desde el inicio ha estado rodeado de controversia y se confía en que la balanza de las negociaciones no perjudique al sector primario nacional. Están en juego muchos aspectos y la variedad de actores internacionales (países de América del Sur) complica la situación. En la provincia de Soria, las fuentes del sector consultadas apelan a la cautela, pues se trata de una cuestión «delicada», con «cambios» y muchos requisitos «casi imposibles» de cumplir que pueden ser una amenaza para la continuidad de su labor.
La conocida como ley antideforestación significa una transformación en la producción de alimentos compuestos mediante productos importados de fuera la Unión Europea. El nuevo texto, «muy complejo», según los expertos, introducirá una serie de cambios sustanciales que obligará a los diferentes estados de la Unión a reconfigurar los sistemas de control en aduana.
La Unión Europea no quiere importar una serie de productos con orígenes en áreas deforestadas porque el avance de la degradación forestal mundial es un hecho. La aplicación se establece sobre derivados del ganado vacuno, el aceite de palma, la soja, la madera, el café, el cacao, el caucho, el carbón vegetal y el papel impreso. La EUDR establece criterios específicos sobre trazabilidad, certificación y procedimientos aduaneros para los productos que entran en la Unión Europea. Así, obliga a los profesionales del sector primario a garantizar que las materias primas utilizadas para la producción no han provocado deforestación ni han afectado a los derechos humanos de los pueblos indígenas, posibles afectados.
La trazabilidad es una de las cuestiones que más preocupa en el sector primario soriano, pues la consecuencia inmediata es una «subida de precios». Y como todo «está todavía en el aire», no son pocos los que se encuentran a la espera de conocer mejor la situación para poder cerrar algún contrato con insumos.
La soja, por ejemplo, es un insumo importante en la elaboración de piensos. Pero algunos países productores de soja se resisten a cumplir con los requisitos europeos, lo que ha generado incertidumbre en el mercado internacional. Las fuentes consultadas consideran que hay «pocas alternativas» a esta materia prima, salvo las leguminosa para forraje, «más caras». Así, el encarecimiento de los productos sería la primera medida de la aplicación de este controvertido reglamento. De esta manera, su aplazamiento para entrar en vigor está entre las quinielas.