Rubiales será juzgado en febrero de 2025

Europa Press
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La Fiscalía solicita dos años y seis meses para el expresidente de la Federación Española de Fútbol por un delito de agresión sexual y por un delito de coacciones, tras el beso que dio a Jenni Hermoso sin consentimiento

La Audiencia Nacional juzgará a partir del 3 de febrero de 2025 y hasta el 19 de ese mismo mes al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso en la boca que le propinó a la jugadora de la selección Jenni Hermoso tras la consecución del Mundial celebrado en Sídney (Australia).

Así consta en una diligencia de ordenación, recogida por Europa Press, en la que se apunta que la vista oral se celebrará en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares y que previsiblemente durará 11 días. Dada la entidad de los delitos, el asunto será conocido por el magistrado del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Cabe recordar que además de a Rubiales, se juzga también al exseleccionador femenino Jorge Vilda, al exdirector deportivo de la selección Albert Luque y al que fuera responsable de Marketing Rubén Rivera. Estos últimos fueron procesados por su posible participación en las supuestas coacciones a la jugadora y su entorno tras el beso.

Rubiales será juzgado en febrero de 2025
Rubiales será juzgado en febrero de 2025 - Foto: Eduardo Parra Europa Press

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicita para Rubiales una pena de 2 años y 6 meses por un delito de agresión sexual --por el beso no consentido-- y por un delito de coacciones en concepto de autor.

"Unilateral y sorpresiva"

Fue a finales de enero de este año cuando el juez instructor Francisco de Jorge propuso juzgar a Rubiales al considerar que el beso que propinó a Hermoso "no fue consentido" y que el exdirigente actuó de forma "unilateral y sorpresiva".

En su auto aseguraba que "las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon" en la futbolista de la Selección femenina "una situación de ansiedad e intenso estrés".

Sobre los otros procesados, De Jorge explicaba que también proponía juzgarles por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora para que accediese a realizar una manifestación pública afirmando que el beso había sido consentido.

El juez aseguraba que existió "una acción concertada de los tres" procesados -Vilda, Luque y Rivero- acordada con Rubiales "para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido".

En lo relativo al beso, el magistrado aseguraba que "la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo" logrado con la consecución del Mundial de fútbol "son elementos cuya concurrencia y consecuencias jurídicas deberán valorarse en el juicio oral y público ante el órgano encargado del enjuiciamiento".

Según explicaba, "el beso en los labios afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas".

Cabe recordar que el instructor investigaba a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones. Sin embargo, en su escrito el magistrado no proponía juzgarles por ninguno de esos delitos asegurando que "no es preciso que el instructor haga una calificación detallada, ni que se precise los concretos tipos penales".

A juicio del instructor, "el auto fija de manera general unos hechos lo bastante amplios para dar un margen flexible a las acusaciones" para que sean ellas las que, en sus respectivos escritos de acusación, concreten los delitos por los que deben ser juzgados.

El momento del beso

En su auto de paso a procedimiento abreviado, el juez hacía también un relato de los hechos ocurridos el 20 de agosto de 2023 en Sídney, con ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la selección española.

En ese momento Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del entonces presidente de la RFEF, quien sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, "y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello".

El magistrado afirmaba que Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar. La jugadora, en un primer momento, trató de restarle importancia y continuar celebrando el histórico triunfo de la Selección.

"No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Rubiales y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido", añadía.

En este contexto, el magistrado continuaba señalando que en "el vuelo de regreso a España, Rubiales trató de conseguir que Hermoso accediese a hacer una manifestación pública con él para decir que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar".

Tras pedir consejo a su equipo técnico, Rubiales habría pedido al entonces seleccionador femenino, Jorge Vilda, que hablase con el hermano de la futbolista para convencerla de que participase en la realización de un video con el contenido pretendido.

"A continuación, Vilda buscó en el avión al hermano y, en el curso de la conversación, le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista", apuntaba el juez.

Presiones para exculpar a Rubiales

Una vez ya en España, y por encargo de Rubiales, Rubén Rivera, responsable de marketing de la Federación y encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, pidió a Hermoso, de manera reiterada y persistente, que hablase por teléfono con el responsable de integridad de la entidad.

Rivera, siempre según el relato del juez, le insistió en que debía participar en el vídeo exculpando a Rubiales. La deportista, sin embargo, le comunicó que no deseaba hablar de este tema.

"A pesar de la clara negativa de Hermoso, con expresión de su hartazgo, Rivera, le insistió de manera reiterada para que hablase con Luque, también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo", continuaba el magistrado.

Fue entonces cuando Hermoso contestó por WhatsApp a Luque, nuevamente rechazando hablar con él. Tras la negativa, Rivera insistió de nuevo a través de una amiga de Hermoso para que la convenciera de que tenía que hablar con Luque.

Ante el no de la jugadora, Luque se personó en el hotel intentando forzar a Hermoso a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo. Insistió por medio de WhatsApp a la jugadora y también de forma personal a la amiga de Hermoso para que hablase con él.

Tras sus infructuosos intentos, Luque envió un mensaje de WhatsApp a la amiga de Hermoso, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Rubiales. En ese mensaje expresaba su enfado, "acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda".

El magistrado concluía su auto aseverando que "las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon en Hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés".