En provincias extensas y con poca densidad de población como la de Soria, en los pueblos más pequeños, contar con un vehículo se hace imprescindible para el acceso a servicios sanitarios y de alimentación. Lo es, sobre todo, porque la disposición de transporte público no es tan regular como en otros territorios o simplemente se carece de esta prestación. Recurrir al coche privado es una de las prácticas más habituales en Soria, donde su uso está muy extendido también en la capital, y muchas personas están habituadas a utilizarlo incluso en distancias cortas. Pero algunos pueblos sorianos, sobre todo los de menos habitantes, tienen censados más vehículos que vecinos, como Cigudosa, Escobosa de Almazán, Maján, Momblona o Velilla de los Ajos, según los datos cruzado de la Dirección General de Tráfico (DGT) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cuestión es si se trata de necesidad para desplazamientos o de interés, pues algunas localidades se utilizan como 'paraíso fiscal' porque el impuesto de circulación es mucho más económico.
El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) está definido por cada municipio y se paga en la localidad en la que el coche tenga su dirección fiscal a fecha de 1 de enero del año en curso, según se explica desde la DGT. Por eso, como se indica desde la propia administración, «debe coincidir con el municipio en el que esté empadronado su titular».
En la provincia destacan los casos ya referidos de pueblos con más coches censados que vecinos, de acuerdo a los datos estadísticos de Tráfico y el INE. Así, en Maján hay cuatro turismos más censados que vecinos empadronados, 13 coches frente a nueve habitantes; lo mismo sucede en Cigudosa, con 19 a 15, respectivamente; en Escobosa de Almazán hay 22 turismos censados frente a los 19 vecinos empadronados; en Momblona ganan los coches por dos (20 frente a 18), y en Velilla de los Ajos, hay un vehículo más que habitantes (17 coches frente a 16 vecinos). En Frechilla de Almazán hay empate: 20 coches y 20 vecinos, uno por cada persona. Son los casos más destacados, pero hay otras muchas más localidades con casi un coche por habitante empadronado. Son, por ejemplo, Aliud, con 23 turismos y 21 censados; Cirujales del Río, con 18 coches y 20 vecinos; Cubilla, con 19 turismos y 24 censados; Cerbón, con 27 vehículos y 29 personas; Pinilla del Campo, 17 frente a 18; Portillo de Soria, 11 frente a 13; La Riba de Escalote, 9 coches y 10 habitantes; Tajahuerce, con 20 frente a 23; Tajueco, con 49 coches y 56 empadronados, o Valdelagua del Cerro, con 11 frente a 13.
En las localidades más grandes de la provincia la media es de un coche por cada dos habitantes. Así, por volumen de empadronados decreciente, en Almazán hay 3.309 vehículos censados (0,60 por vecino); en El Burgo de Osma, 2.527 turismos (0,48 por burgense); en Ólvega, 2.212 coches (0,58 por persona); en San Esteban de Gormaz, 1.791 (0,60); en Ágreda, 1.786 (0,58); en Golmayo, 1.704 (0,56); en San Leonardo de Yagüe, 1.130 (0,56); en Covaleda, 941 (0,59); en Arcos de Jalón, 873 (0,57), y en Duruelo de la Sierra, 695 vehículos censados (0,66 por habitante).
Impuesto más barato
Poniendo de ejemplo un coche común, de 110 CV (caballos de vapor), el impuesto de circulación sobre caballos fiscales (CVF) estaría entre los 12 a 16 caballos fiscales. En esta horquilla, el IVTM más barato es de 71,94 euros, algo aplicado en los pueblos más pequeños y en los que hay más coches que habitantes. Un turismo de esta misma cilindrada en otras localidades puede llegar a pagar hasta 126,33 euros (como en la capital), 95,14 euros (Cabrejas del Pinar), 93,52 (Berlanga de Duero), 93,47 (Almazán) o más de 86 euros (como en Almajano, Blacos y Duruelo de la Sierra).