El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, subrayar que la población de la Franja de Gaza "vive en el infierno" y ha alertado de la "crisis humanitaria masiva" en el enclave palestino a causa de la ofensiva militar de Israel, desencadenada tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Tedros ha manifestado en un mensaje con motivo de los cien días de "una tragedia" que los ataques por parte de Hamás dejaron "1.300 muertos, más heridos", así como el secuestro de unas 240 personas, "alrededor de 130 de las cuales siguen retenidas y muchas de las cuales necesitan atención médica". "Hay informaciones espantosas sobre violencia de género", ha lamentado, antes de resaltar que "las familias están desesperadas por la liberación de sus seres queridos".
"Tras ello ha habido una crisis humanitaria masiva impulsada por la respuesta militar de Israel, que sigue en marcha. Más de 24.000 gazatíes han muerto, el 70 por ciento mujeres y niños, y más han resultado heridos, muchos de ellos de gravedad", ha dicho en un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social X.
Así, ha señalado que "tras más de 300 ataques contra el sistema sanitario y ante la continuada falta de acceso seguro a la ayuda crítica, la mayoría de los hospitales de la Franja de Gaza han dejado de funcionar" y ha añadido que "las 15 instalaciones que aún operan pueden facilitar únicamente una atención sanitaria limitada".
"Los trabajadores sanitarios en Gaza trabajan de forma heroica y en unas condiciones impactantes. Los pacientes hacen frente a amputaciones evitables por la destrucción del sistema sanitario. Los que tienen enfermedades crónicas graves mueren por la falta de atención médica. Las enfermedades se propagan entre una población forzada a estar apiñada en espacios cada vez más pequeños, con poca agua potable o acceso a la higiene", ha lamentado.
En este sentido, Tedros ha denunciado que "la OMS, Naciones Unidas y sus socios se han visto obstaculizados en repetidas ocasiones a la hora de entregar una ayuda muy necesaria" y ha incidido en que "ningún lugar es seguro" en el enclave. "Es indescriptible que hayan pasado cien días, y seguimos contando, de inseguridad incesante y miedo.
Debe hacerse todo lo posible para poner fin a la violencia y evitar más muertes y heridas innecesarias", ha manifestado el director general de la OMS, que ha terminado su comunicado reclamando la liberación "ahora" de los rehenes en manos de Hamás y otros grupos palestinos.
"Balance devastador" del conflicto
Por su parte, el secretario general de la organización no gubernamental Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, ha recalcado que "la población de Gaza ha sido sometida durante los últimos cien días a una de las peores crisis humanitarias a las que ha hecho frente una población civil en este siglo".
"En ningún otro lugar del mundo ha habido tanta gente atrapada durante tanto tiempo bajo un bombardeo tan intenso", ha señalado, antes de denunciar "el balance devastador" en las catorce semanas pasadas desde los "atroces ataques" por parte de Hamás contra Israel, seguidos de "un bombardeo indiscriminado de Israel contra Gaz".
Así, ha señalado que "1.200 israelíes y extranjeros, y más de 23.000 palestinos, han muerto", entre ellos más de 10.000 niños palestinos, cifra que "supera las víctimas infantiles en cualquier otra guerra reciente". "Es una prueba nefasta de la tragedia sin equivalente que está desarrollándose en Gaza", ha sostenido.
"Los bombardeos israelíes han pulverizado zonas civiles, causando el desplazamiento de la práctica totalidad de la población de Gaza, unos 2,1 millones de palestinos. A los civiles se les da un ultimátum para reubicarse del norte al sur, pero después esas zonas del sur han sido también sometidas a intensos bombardeos. No hay lugar seguro en Gaza", ha insistido.
Egeland ha subrayado además que "el clima invernal y la propagación de enfermedades infecciosas están exacerbando el impacto sobre el destrozado sistema sanitario de Gaza, que ahora es incapaz de evitar una pérdida masiva de vidas", antes de destacado que "muchos trabajadores del personal del NRC y sus familias están ahora sin hogar".
"Se han unido a las miles de personas que viven en la calle en el sur de Gaza, forzadas a improvisar refugios con aquello que pueden obtener", ha lamentado, al tiempo que ha recordado que "Israel sigue limitando de forma drástica la entrega de ayuda vital", según un comunicado publicado por la ONG.
Parar la "brutal ofensiva israelí"
De esta forma, ha recordado que "el NRC ha condenado desde el inicio el espantoso asalto por parte de Hamás y sigue pidiendo la liberación inmediata de todos los rehenes" y ha subrayado que "esta misma claridad moral debe significar también una petición unánime a nivel global para detener la brutal ofensiva israelí, que hace que Gaza sea inhabitable y supone el riesgo de llevar a toda la región a un conflicto más amplio".
"Desde hace más de tres meses, la agonía de palestinos inocentes en Gaza ha sido retransmitida a todo el mundo y los líderes mundiales han fracasado continuamente a la hora de evitar este inmenso sufrimiento de los civiles, a pesar de todas las promesas de los mismos países que dan armas y apoyo al asalto israelí", ha manifestado.
Egeland ha resaltado que, tras cien días de conflicto, "los bombardeos aún son indiscriminados", "no hay vía de escape para la población civil, "no hay acceso real ni espacio operativo para el trabajo humanitario", "los hospitales virtualmente han colapsado", "el suministro de agua, comida, electricidad y otros bienes necesarios para la vida humana son absolutamente insuficientes" y "los civiles están sufriendo hambre".
"El destino de la cercada población de Gaza, que podría verse sometida pronto a una hambruna, es una mancha para Israel y para los países que siguen dándole armas y apoyo político. Un alto el fuego inmediato y sostenido es la única esperanza para terminar esta hemorragia de vida humana y retomar la entrega de ayuda en todo Gaza", ha explicado.
"Ni las vidas de civiles inocentes en ambas partes ni la entrega de ayuda humanitaria necesaria con urgencia pueden ser usadas como monedas de cambio. Esta locura debe terminar", ha remachado Egeland.