La prisión de Soria, estrenada hace pocos meses, ha sido objeto de una inspección de servicio por parte de Instituciones Penitenciarias. Todo viene a raíz de la denuncia de hasta 70 funcionarios que pedían el cese de la directora. Los sindicatos hablan de un clima laboral "tóxico".

Miguel Latorre, subdelegado del Gobierno en Soria, ha reconocido que "hubo un número importante de trabajadores" en ese escrito, "y desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se decidió solicitar esa inspección técnica", que para Latorre "busca evaluar el funcionamiento y proponer mejoras, buscando siempre una buena prestación del servicio".

Los sindicatos hablan de un "clima laboral tóxico", en palabras de Rafael Gil, de Acaip UGT, quien reclama "una dirección fuerte" tras la reciente dimisión del subdirector de Régimen.

Por su parte, Javier de Diego, de CSIF Prisiones, no cree que la solución sea traer personal en prácticas para cubrir las plazas de funcionarios y vuelve a denunciar carencias en el servicio sanitario. "Que la secretaría general se ponga manos a la obra para poner un médico y graduado en enfermería en condiciones, esta mañana hemos estado en la prisión sin médico", ha dicho.

Como medida provisional se ha tenido que recurrir a una empresa privada y al propio hospital de Soria para garantizar la asistencia médica a los internos.