Tres goles en la segunda parte de José Luis Morales han permitido al Villarreal derrotar, en el regreso a su banquillo de Marcelino García Moral, a un Osasuna que fue superior durante gran parte del encuentro y al que frenó un gran Filip Jorgensen.
El portero danés fue el que sostuvo a su equipo hasta que mediada la segunda parte apareció el talento y la inspiración de Morales, cuyo segundo gol fue una obra de arte.
Tres goles de Morales tumban a Osasuna - Foto: ANDREU ESTEBAN
Marcelino sorprendió en su regreso al banquillo del Villarreal al apostar de salida por una línea defensiva de tres centrales con el objetivo de proteger el área de Jorgensen.
Tres goles de Morales tumban a Osasuna - Foto: ANDREU ESTEBANOsasuna, consciente del estado de inseguridad emocional de su rival, salió a por el partido desde el primer minuto, adueñándose del balón y pisando el área con cierta insistencia.
La agresividad y presión elevada de Osasuna logró causar estragos en el Villarreal, sorprendentemente incómodo con el balón y al que su rival obligó a sobrevivir refugiado en su propio campo.
Una pérdida de balón de Capoue provocó la primera estampida navarra con una doble oportunidad que salvó Jogensen tras disparos de Aimar Oroz y de Budimir.
Con Morales y Gerard Moreno desactivados del juego, el Villarreal encontró algo de vuelo por la banda de Pedraza, que fue el único que asustó la meta navarra tras volea que despejó Catena.
A partir del minuto 25, Osasuna elevó su ritmo de juego y sometió por completo al Villarreal. De nuevo Jorgensen apareció en escena para salvar a su equipo tras un remate centrado a quemarropa de Moi Gómez tras una asistencia de Rubén Peña.
Poco después, el propio Rubén Peña rozó el gol con un disparo ajustado al ángulo. Lucas Torró, con un disparo centrado, volvió a probar los reflejos del portero del Villarreal, cuya defensa vivía cada vez más hundida en su área.
Antes del descanso, el portero danés, que acabó siendo ovacionado por la grada, volvió a salvar a su equipo con una felina salida a los pies de Rubén Peña.
El Villarreal solo logró sacudirse el dominio en los últimos instantes del primer acto, cuando Pedraza, su jugador más incisivo, sirvió un centro que Morales remató fuera.
El paso por los vestuarios no modificó el guion del partido. Osasuna siguió empujando al Villarreal contra su área.
El equipo de Marcelino se salvó de un gol de carambola tras un error de Jorgensen, cuyo rechace tras un centro de Mojica golpeó en Albiol y el balón acabó estrellándose en el palo.
De nuevo, Mojica ahora con un disparo desde el interior del área, puso otra vez a prueba los reflejos del portero danés, cada vez más protagonista del partido.
El Villarreal aguantó el chaparrón y esperó su momento de inspiración para abrir el partido con una acción repleta de calidad. Una asistencia de fantasía de Álex Baena permitió a Gerard Moreno romper la línea defensiva y regalar el gol a Morales a puerta vacía.
El tanto revitalizó al conjunto de Marcelino, que dio un paso adelante en busca del segundo guiado por un Dani Parejo con cada vez más peso en el juego.
Osasuna dio un paso adelante con la entrada de Raúl y Chymi Ávila, pero el Villarreal volvió a golpear, ahora con una genialidad de Morales, que tras un control prodigioso y una conducción imparable desde campo propio logró batir a Sergio Herrera en su salida.
El conjunto de Arrasate, aturdido, intentó engancharse al partido a 12 minutos del final tras el gol de Catena, que batió con un gran cabezazo a Jorgensen.
Sin embargo, no hubo tiempo para la emoción, ya que apenas segundos después un pase al espacio de Baena fue aprovechado por Morales para, tras sentar al portero, marcar a puerta vacía.
El tercer gol cerró el partido, aunque Osasuna nunca dejó de intentar regresar al partido ante un rival que, por fin, pudo disfrutar de un final tranquilo en su estadio.