La ausencia más presente, sin duda, este año en Expoesía, es, como el lector ya habrá deducido, la del recordado Jesús Bárez. No es necesario decir por qué.
Expoesía es un auténtico acontecimiento cultural, realizado desde múltiples aspectos, de literarios a educativos y lúdicos, que dice mucho a favor de quien lo concibió, lo fue diseñando con el paso de los años y acabó consolidándolo. Sin duda, repetiremos el mismo nombre pues esa persona fue (durante unos cuantos veranos) el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Soria, Jesús Bárez. Más la institución, que sigue siendo el mismo concejo. Además, desde mi perspectiva, en todo momento ha sabido avivarse, estimular y agilizar, y ello no es secundario, el desarrollo de una imaginación creativa e incluso provocadora que propone un entendimiento más profundo entre nuestra pequeña Soria y otras latitudes de las que podemos aprender mucho. Si un mes de agosto, hace ya años, fue Chile y otro se invitó a la República Checa, ahora es Rumanía, culturas lejanas en la geografía, pero cercanas en objetivos; la primera, en tradición, literatura y lengua, y las otras, en la política de la construcción europea. En definitiva, acercamientos en el complejo mundo en el que vivimos. Añádase también el paso compartido de otras lenguas españolas que asimismo fueron invitadas a participar y nos acercaron a su historia, sus obras, quehaceres y sensibilidades (benvidos, benvinguts, ongi etorri). Y que esto se esté haciendo desde Soria, en un mundo tan lleno de susceptibilidades ideológicas y políticas, es un mérito nada desdeñable.
Y un apunte más, no menor: mi convicción de que el Ayuntamiento, lo he escrito otras veces, ha logrado consolidar un modelo cultural y, por supuesto, esta semana del libro, convertida ya en tradición, fuente de estímulo lector y motivo de creación para todas las edades, de manera especial los más jóvenes. Un cambio estético en el quehacer cultural, más allá del literario, que representa, en definitiva, casi un cambio ético. El recorrido de estos años demuestra que se trata de una experiencia no sólo emocionante (lo he experimentado personalmente varios veranos), sino también democrática, que ha roto con nuestra inveterada desconfianza hacia muchas actuaciones del poder político e incluso la abundante sequía de imaginación, que tan a menudo ha cundido en diversos ámbitos de la vida soriana.
ExPoesía, más allá del verso - Foto: SERGIO_DE_MIGUEL Sergio de Miguel AsensioSin duda, el voluntarismo y la fuerza de Jesús Bárez, que pergeñó un modelo (no habría ciudades reales, sino hubiera ciudades soñadas, escribe Nélida Piñón), y el empeño del equipo municipal en tirar adelante este proyecto creativo y creador, con el alcalde al frente, está consiguiendo o ya ha conseguido (con el valor del esfuerzo) un cambio de conducta en el público y una nueva orientación, con respuesta positiva, de confianza en las instituciones. No sólo eso. También ha superado la tradición soriana tendente al sectarismo y ha sabido implicar a todas las instituciones, con independencia de quién las dirija. Porque la cultura bien hecha no conoce fronteras y sin pluralismo no tiene futuro. ExPoesía, una Feria del Libro soriana. Creadora de riqueza, con sus diecisiete años de tarea. Gracias, Jesús. Tu ausencia sigue presente, incluso más allá del verso.