Más de un siglo de la historia más dulce de Soria

A.I.P
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El pastelero Félix Hernández, heredero de lamítica confitería conocida como 'La Bollera',busca relevo de cara a su próxima jubilación

Más de un siglo de la historia más dulce de Soria - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

El fenómeno humano memorístico conocido como 'la magdalena de Proust' se refiere a una percepción que evoca una reminiscencia que retrotrae a un sabor que permanece en la memoria. Proviene de la obra Por el camino de Swann (de la serie En busca del tiempo perdido), publicada por Marcel Proust en 1913. Poco tiempo después, en torno a 1920, abrió sus puertas la mítica confitería-bollería Félix Hernández en El Collado, conocida por generaciones de sorianos como 'La Bollera'. Su repostería forma parte de la historia más dulce de la ciudad. Los chinos, las campanas y los milhojas de merengue; los caballitos de galleta de leche cubiertos de azúcar con clara de huevo o de chocolate; los cocos; las tortas duras; las bambas de nata, crema o trufa; la costrada; los buñuelos; los brazos de gitano... representan el surtido pastelero más emblemático de este establecimiento centenario. El antiguo local de El Collado, con su escaparate con un torno giratorio al que se quedaban pegados los más pequeños, cerró en 1997. La pastelería se trasladó a la calle Zapatería, 28. Y Félix Hernández Nájera, hijo de Félix Hernández de Pablo y nieto de Cristina de Pablo, se jubila en marzo del próximo año, por lo que ha puesto su negocio a la venta. No hay relevo familiar, así que busca un comprador que quiera aprender y seguir con la tradición repostera.

Los caballitos son, indudablemente, la insignia de Pastelería Félix. De hecho, también pueden comprarse en aquellas tiendas de souvenirs y productos típicos de Soria. Desde hace años, Félix trabaja a través de encargos. Recibe los pedidos por teléfono, los prepara y el cliente los recoge en el local. 

«El negocio lo montó mi abuela en 1920, pero Tomás Pérez ha encontrado datos de 1916. Después siguió mi padre desde los 16 años. Estuvo toda la vida en El Collado, aunque se movió de local. Todavía tengo el escaparate giratorio, pero aquí no lo puedo poner. Cuando nos fuimos de El Collado, estuvimos ocho años mi hermano y yo, y después de un paréntesis de siete años, volví a abrir en 2012 yo solo [...] El obrador estaba en la calle Zapatería, 15 y se subía todo a El Collado. Mi padre compró este local [en el número 28], donde puso luego el obrador [...] Continúo haciendo prácticamente lo mismo, también mantequilla dulce», cuenta el pastelero.

Lo que más éxito tiene entre la clientela son los caballitos blancos, de los que elabora una edición especial navideña para colgar esta figura soriana en el árbol, y se venden de forma individual en cajas para regalar en eventos. Igualmente, la costrada de la pastelería Félix, que incorpora una fina capa de yema tostada en su interior, es de las más apreciadas por los paladares más golosos aficionados a esta tarta tan soriana. Por no hablar de los buñuelos que se sitúan entre «los mejores» que se hacen en la ciudad o las pastas artesanas.

«Desde que cerró Juan José Lagunas, de los de antes solo quedo yo. Por eso, me gustaría que alguien quisiera aprender el negocio», subraya el repostero soriano.