Tras hacer las tareas de casa con su mujer, el soriano José Luis Catalán se dedica estos días de confinamiento a poner orden a sus archivos fotográficos, su afición desde hace mucho tiempo. Además, también ve “mucho” la televisión y se informa a través del ordenador y del móvil de cómo avanza la pandemia en España. “Soportamos los días como podemos. No se puede ir a pasear ni salir a la calle, que es quizás lo que más añoro”, dice.
A las 20.00 horas se solidariza con los sanitarios y aquellas personas que están en primera línea combatiendo el virus y sale a aplaudir a su ventana, siempre puntual a la cita. Además, desde el pasado viernes a las 20.08 se suma a la iniciativa de la plataforma de Soria ¡Ya! de hacer “ruido” y reivindicar que a Soria lleguen más médicos intensivistas y de otras especialidades que ayuden a amortiguar los envites del virus. “Es una pena el número de fallecidos y contagiados y que no se pueda hacer nada más. ”.
Asegura que la falta de médicos, equipamiento y material en Soria “viene de lejos”, ya que los sorianos llevan décadas reclamando más medios sanitarios. “La provincia está abandonada y es un pena. Yo me sumo a todas las iniciativas que plantea Soria ¡Ya! porque estoy indignado tanto con la Junta de Castilla y León como con el Gobierno”, dijo.
Catalán vislumbra el futuro de España con “una mayor pobreza”, es más, augura que el Estado del Bienestar quizás en muchos aspectos “expire”, y cree que tras el paso de la pandemia la sociedad y el modo de vida cambiará.
“Nosotros hasta ahora hemos vivido con muchas comodidades, pero seguramente las empresas cierren y el paro aumente. Si hay que ayudar a los más necesitados no habrá para otras cosas. Yo soy pensionista y no las tengo todas conmigo de contar con mi pensión en seis meses”, lamenta.
Por último, admite que está más preocupado por el futuro de sus hijos y sus nietos, que por el suyo propio, y manifiesta sentirse “defraudado” con los políticos. “Hasta los que parecen que quieren cambiar las cosas son iguales a los que son unos sinvergüenzas”, critica.