Médico, representante de la Unesco de la Dieta Mediterránea, director de la Fundación Científica Caja Rural de Soria (FCCR). Sucinta síntesis del curriculum de Juan Manuel Ruiz Liso, el doctor soriano más popular dentro y fuera de las fronteras provinciales. Jóvenes que encaran la recta final de sus estudios universitarios lo recuerdan como quien les enseñó a desayunar sano. Puede parecer una anécdota, pero es uno de los gratificantes resultados de la tenaz tarea didáctica que durante tres décadas ha liderado Ruiz Liso. Su propósito cuando se gestó la idea de poner en marcha una fundación científica, al auspicio de Caja Rural de Soria, era el de retornar en salud lo que la sanidad pública le dio a él hace 36 años. «Tuve un cáncer en 1988, del que fui tratado y curado. Me sentí en la obligación de devolver a la sociedad los beneficios que a mí me dieron la medicina y la sanidad», confiesa emocionado en esta conversación. Una entrevista que se convierte en una charla en torno recuerdos, muchos de ellos compartidos, sobre su labor al frente de la FCCR.
Su relato de esos duros momentos de enfermedad, en el que muchos pueden identificarse, le sirve para poner de relieve una cuestión que para él debe ser inherente al desempeño del oficio sanitario: la empatía. «Hay profesionales que tienen muy poca sensibilidad», lamenta.
Reitera que vive un momento «agridulce». Dejará de ser el director de la fundación, aunque seguirá vinculado al patronato de la misma. Es la conclusión a una trayectoria que se escribe con éxitos y unos cuantos reconocimientos. Para Juanma -ya es el tercer párrafo de este reportaje, así que se puede mostrar la confianza de años-, lo más reconfortante es el cariño que recibe cuando pasea por la ciudad. «Lo más bonito de todo esto es lo que tardo en atravesar El Collado. Que todo el mundo te pare, te salude y te pregunte», admite.
Señala como previa de este productivo periplo de la fundación, la puesta en marcha en 1981 del servicio de diagnóstico precoz del cáncer ginecológico en el mismo lugar que ocupa la sede de la FCCR. «Cuando el Insalud empezó a hacer estos reconocimientos, ya lo dejamos. Yo hacía todas las pruebas anatomopatológicas y el doctor García Moragón, las exploraciones. Vimos a unas 600 mujeres gratuitamente. Diagnosticamos lesiones premalignas, tumores de cérvix...», cuenta.
la importancia de la dieta. También alude a la etapa en la que trabajó codo con codo con los doctores Del Villar y Sanz en la prevención del cáncer gástrico. «Fueron cinco o seis años de explicar los riesgos de los alimentos procesados, ahumados y en salazón. Hicimos unos estudios para comprobar si había nitritos en aquellas zonas de la provincia donde más cáncer de este tipo había, pero finalmente no era significativo, aunque recomendamos que echaran a las tierras otros productos en lugar de nitratos», abunda.
Fue un punto de inflexión en su empeño de posicionar en lo más alto a la Dieta Mediterránea y a la educación para la salud a través de la alimentación. El hito se alcanzó en 2010 con la declaración, por parte de la Unesco, de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. «Fueron dos años de trabajo impresionante [...] La Dieta Mediterránea es un estilo de vida. Por mucha dieta que hagas, si no haces ejercicio y tienes una forma de ver la vida con optimismo no sirve para nada. Así lo he expuesto en todos los países de las comunidades emblemáticas», aduce.
Pone el foco en la introducción de productos con grasas saturadas y azúcares en las pautas difundidas sobre lo que se supone que es una alimentación saludable. El médico soriano insiste en que la Dieta Mediterránea es una combinación de alimentos que promuevan la salud, ejercicio físico, medio ambiente, comunicación, siesta de 10-15 minutos diarios y «relativizar las cosas».
Este guion resumido del Decálogo de la Dieta Mediterránea ha sido exportado por todo el mundo. Cabe apuntar que, aunque el doctor Ruiz Liso dejará de dirigir la fundación, seguirá siendo representante de la Unesco de la Dieta Mediterránea. «Es algo nomitativo», subraya.
Desde 2010, la FCCR ha representado a España y Soria como comunidad emblemática de la Dieta Mediterránea, una denominación avalada por más de 200 asociaciones. Hay que resaltar acciones como el Jardín de las Semillas en la plaza del Olivo de Soria y el Decálogo de bronce, donde está sumergida desde 2008 una urna de metacrilato que contiene material relacionado con esta forma de vida. Y la localidad de Golmayo fue la primera ciudad de la dieta y la cultura mediterráneas.
orgullo de abuelo. Repasando estos momentos de su trayectoria, no reprime su orgullo de abuelo y habla de sus nietos: Inés, Ignacio, Juan y Álvaro. La primera es la autora de la portada de su último libro, el Refranero Temático de la Dieta y Cultura Mediterráneas, utilizado en China para aprender español en una web con más de tres millones de usuarios, mientras que la contraportada del Templo de la Salud está coronada por un dibujo de los cuatro pequeños.
Asimismo, hace hincapié en que fue su hijo mayor, cardiólogo, quien en 2007 le puso sobre la pista para pasar «de la teoría a la práctica» y materializar Soria Cardioprotegida con la dotación de desfibriladores en los cajeros automáticos. «Soria fue pionera en España y Europa. Es muy importante saber que, al menos, se ha salvado la vida de 15 personas en estos 17 años», argumenta.
Soria Cardioprotegida permitió que se publicara y certificara en revistas internacionales de cardiología que la provincia fue la primera región mundial en crear esta red y recibir el Premio Nacional de las Sociedades Científicas de Resucitación Cardiopulmonar en 2023.
soria saludable. La FCCR ha recorrido más de 250.000 kilómetros por las carreteras sorianas con la Escuela de la Salud y Humanidades, los Encuentros con Pediatría y Ginecología, y la Escuela de la Abuela Madre... Ha impulsado más de 1.600 actividades de educación sanitaria presencial y online... Se ha prevenido la enfermedad de más de 800 escolares en el Servicio de Medicina Preventiva Deportiva... Se han publicado 33 libros de salud y bienestar, todos ellos gratuitos... Más de 650 ponentes han pasado por Soria Saludable... La lista de actividades es inabarcable.
Y es que, en Soria, noviembre es sinónimo de Mes de la Salud. Durante treinta años, informativamente Soria Saludable ha llenado de contenido los medios de comunicación. Con nombres propios del calado de los doctores Rafael Matesanz, Jesús San Miguel, Manuel Díaz Rubio, Juan Carlos Izpisúa, Valentín Fuster, Pedro Alonso, los profesores Ordovás, Santiago Grisolía y el Nobel Jean Dausseet [padrinos fundacionales], Pedro Cavadas... Entrevistarlos ha sido un lujo para quienes nos dedicamos al periodismo local.
paso a otra etapa. «Después de tantos años, la Fundación Científica Caja Rural ha sido como una hija a la que he cuidado, mimado, a la que he dedicado horas y kilómetros... Ahora se casa, se independiza y vivirá otros proyectos», reflexiona el doctor Ruiz Liso.
Inmerso en esta tesitura de sentimientos encontrados, Juanma asume que da un paso a un lado en el seno de la FCCR. Pero es un adiós cargado de propuestas, como no podía ser de otra forma en el caso de quien recibió este jueves los Premios Valores Humanos y Soriano Saludable 2024. No pierde la oportunidad de estar estos días en el foco mediático para insistir en que se recuperen los desayunos saludables de la Dieta Mediterránea en los centros educativos, con el fin de que sean los escolares los que formen a sus mayores en una alimentación sana en toda la provincia de Soria y en la Comunidad de Castilla y León. «Educación y salud es un matrimonio indisoluble.... pero está pasando por una crisis», sentencia.
Asegura que allí donde viaja como embajador de la Dieta Mediterránea pone en valor los buenos resultados educativos de Soria que recoge el informe PISA. «Habría que introducir una asignatura específica transversal de educación para la salud», sugiere. «Y en el Campus de Soria, un máster sobre la Dieta Mediterránea», apostilla.
La ideas siguen brotando en el final de este encuentro que sirve para nutrir estas páginas con las que El Día de Soria quiere brindar un gesto afectuoso al histórico médico. «Planteo que el Palacio de los Alcántara se convierta en el Museo de la Dieta Mediterránea. Si no se consiguen fondos institucionales para ello, se puede impulsar un crowdfounding entre empresas y particulares. Y complementar el museo con una tienda de productos exclusivamente de la Dieta Mediterránea, de Soria y el entorno», describe.
Lanza la posibilidad de que se instale una estatua de Fray Tomás de Berlanga en la fachada de la Diputación. «¿Saben los sorianos que descubrió las Islas Galápagos, que introdujo la agricultura en América?», expone. Sigue poniendo sobre la mesa más y más ideas.
Finaliza poniendo el acento en que ha podido cumplir sus sueños y que en su propósito está que sus nietos sepan que así ha sido. A buen seguro, son conocedores.