Un centenar de vacantes en la Guardia Civil de Soria

A.I.P
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Soria pierde un tercio de guardias civiles después del concurso de traslados

Un centenar de vacantes en la Guardia Civil de Soria - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

Es una situación «coyuntural», que se corregirá «en breve». La plantilla de la Guardia Civil en Soria ha perdido más de un centenar de agentes después del último concurso de traslados, teniendo en cuenta que la dotación de efectivos en la provincia no alcanza el medio millar. «Muchos guardias, en su derecho de movilidad como funcionarios públicos, optaron por otras provincias y la reducción, en general, está sobre un 30%», sostiene el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre.

En cualquier caso, «ningún puesto se ha quedado vacío» y se refuerza con personal de la propia Comandancia de la Guardia Civil, de otras unidades, «de tal forma que en todos se siguen realizando servicios de patrullaje diariamente», por todas las comarcas. «Esto ha sido gracias al esfuerzo y al trabajo de todos los guardias civiles de las distintas unidades  y de los 19 puestos. Con lo cual, ninguna zona se ha quedado descubierta», reitera Latorre.

Así las cosas, el subdelegado confía en que próximamente se reincorporen a los puestos del medio rural y a la Comandancia «gran parte del personal» que cubra estas vacantes, una vez que la Dirección General de la Guardia Civil en Soria ha tomado medidas para completar las plazas en aquellas provincias donde se ha dado esta situación.

«En Soria no ha habido ninguna incidencia que haya supuesto el cierre de un cuartel, ni con carácter temporal; al revés, se han reforzado y en todos hay personal habitualmente», abunda el representante del Gobierno en Soria.

No obstante, Miguel Latorre considera no existe un mínimo de agentes por acuartelamiento, sino que depende de la zona y de las necesidades de cada momento. «Unos tienen una dotación de cuatro, otros de siete, otros de once... Ninguno, lo puedo garantizar, se ha quedado sin personal, al menos, hay dos personas», resalta.

En cuanto al plazo para que llenen las vacantes, el subdelegado no concreta, pero insiste en que será «a la mayor brevedad», ya que, admite, «se ha despertado en la Dirección General de la Guardia Civil una cierta preocupación y se quiere corregir inmediatamente». Por ello, confía e que, dada la urgencia, los tiempos administrativos puedan reducirse.

Respecto a las posibles soluciones que pueden adoptarse para evitar que se produzcan este tipo de escenarios en las provincias de la España vacía, el subdelegado estima que pueden ser «muchas», desde las de tipo económico a otros beneficios que existen en territorios en los que antes era más difícil la cobertura. «Hay que tener en cuenta que no son tanto las provincias, como determinados puestos. Hay zonas en las islas más turísticas en la que existe esa dificultad, donde el precio de la vivienda está disparado. Hay que valorar todas las circunstancias. En Soria capital la cobertura es bastante elevada, pero en otras zonas cuesta mucho. Por eso es importante invertir en la mejora de las infraestructuras y los equipamientos. Las inversiones que se están haciendo contribuyen a facilitar que se puedan incorporar guardias civiles a estas áreas», aclara.

De esta forma, Latorre afirma que lo primero por lo que se interesa un agente cuando se traslada es por cómo están los pabellones y si hay disponibilidad, porque en las zonas rurales es más difícil encontrar vivienda para el arrendamiento.

Cabe recordar que la Comandancia de la Guardia Civil de Soria presta servicio de prevención y protección de la seguridad ciudadana en más del 97% del territorio soriano, lo que supone alrededor del 60% de la población, tal y como figura en su Carta de Servicios 2022-2025.

con 194 habitantes PUESTO DE DEZA

El municipio de Deza es uno de los más pequeños que mantiene en funcionamiento su puesto de la Guardia Civil. Con 194 habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con este servicio que atiende a toda la zona, teniendo en consideración que en las últimas dos décadas ha perdido a la mitad de su población. Pero para el pueblo es «fundamental» no perder esta dotación. «Estamos contentos con la presencia de la Guardia Civi. La colaboración es mutua. Si necesitamos algo, nos ayudan. Estamos muy satisfechos. En nuestra zona vive muy poca gente y estamos alejados», advierte el alcalde, Vicente Alejandre. Deza dista a casi una hora en coche de la capital soriana, aunque a poco más de 26 kilómetros se sitúa el puesto de Gómara y a 37 kilómetros, el de Monteagudo de las Vicarías. Tal y como figura en el libro La Guardia Civil. Historia de Soria desde 1845. Acuartelamientos y servicios relevantes, del coronel Andrés Manuel Velarde, anterior jefe de la Comandancia de Soria, los primeros datos del puesto de Deza se remontan a 1854 en la Guía de la Guardia Civil.

Cerca de Deza, en Serón de Nágima también hubo cuartel de la Benemérita que, debido a las malas condiciones de las instalaciones, se desalojó en marzo de 2009. Al año siguiente se suprimió el puesto, el último que desde entonces ha dejado de estar operativo en Soria.

parte de la vida del pueblo PUESTO DE LANGA DE DUERO

Para el alcalde de Langa de Duero, Iván Andrés, es «muy importante» contar con el cuartel de la Guardia Civil, ya que aporta «una seguridad muy grande». «Ahora está más o menos como siempre, se han ido dos, pero vino una agente nueva, y creo que falta uno [...] La gente se siente más tranquila, están ahí al lado y los tiempos de espera se reducen después de un aviso. La respuesta es inmediata», señala. Además, en el caso de Langa de Duero, muy cerca,  El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz tienen dos de los acuartelamientos más dimensionados en cuanto a plantilla.

Los agentes del puesto de la Guardia Civil de la localidad langueña residen en la casa cuartel. «Son siete u ocho con sus familias, están empadronados, los niños van al colegio. Son una parte muy importante del pueblo», subraya el alcalde.

Además, en el caso de Iván Andrés la relación con la Benemérita es muy estrecha, ya que su madre trabaja en la limpieza del acuartelamiento desde hace 37 años. «Para mí, que tengo 35 años, siempre ha sido muy cercano. He conocido a muchos guardias y tengo buenos amigos, algunos como si fueran familia», asegura. También rememora cuando el puesto llegó a estar dotado con «12-14» efectivos. En el libro del coronel Velarde, se explica que en 1985 se inauguró la casa cuartel de la Guardia Civil,  la misma que sigue prestando servicio en Langa de Duero.

MUNICIPIO CON MOVIMIENTOMEDINACELI

Medinaceli se sitúa en un punto estratégico de la provincia de Soria, a 158 kilómetros de Madrid, y a 175 de Zaragoza. En la villa paran autobuses que conectan con  ambas ciudades, también con Soria y Pamplona. Además, tiene la estación del tren que une el pueblo con Madrid, Barcelona y Lleida, y soporta un intenso tráfico en el municipio con la A-15 y la A-2. «Con el puesto de la Guardia Civil, lógicamente, estamos más protegidos. En Medinaceli siempre hay mucho movimiento [...] El cuartel está dotado con siete guardias y el sargento; ahora, creo que están cuatro», advierte el alcalde, Gregorio Miguel.

El regidor reconoce que le gustaría que los agentes se quedaran más tiempo, con sus familias, para que se asentaran en el municipio. «Ha habido tiempos con más, claro, hasta nueve como mucho. Lo que pasa es que antes se movían menos, en general, como pasa con todos los funcionarios», apostilla.

Hasta 1982 el acuartelamiento estuvo en la parte alta del municipio y después se desplazó a las proximidades de la estación del ferrocarril, en la parte baja de la villa, en la Avenida de Madrid.

integración socialALMARZA

«Estamos orgullosos de nuestro cuartel. Yo creo que tenemos más efectivos que nunca, hay ocho. Además de transmitir seguridad y tranquilidad a los vecinos de un medio rural como el nuestro, hay que destacar la integración social, ya que muchos viven aquí en la casa cuartel», asegura la alcaldesa de Almarza, Ascensión Pérez. 

La regidora menciona que en la pasada festividad del Pilar (12 de octubre), patrona de la Guardia Civil, los agentes organizaron un ágape para toda la comarca.

En este sentido, Pérez advierte de que es fundamental la presencia de la Benemérita, para el pueblo y para el entorno, ya que en este caso, los puestos más cercanos están en la capital soriana, en Vinuesa y en San Pedro Manrique, por lo que se atiende a buena parte de la zona del Valle. Durante un tiempo, desde 1978 hasta 1981, el puesto fue suprimido temporalmente, hasta que se construyeron las actuales instalaciones, según recoge la publicación La Guardia Civil de Soria desde 1845.

siempre hay déficitVINUESA

El alcalde Vinuesa, Juan Ramón Soria, admite que el puesto de la Guardia Civil «estaría mejor con todos los efectivos», ya que «siempre hay déficit» en una dotación de nueve agentes. En cualquier caso, pone de relieve que es «fundamental» este servicio en una población tan turística como la visontina, que no dispone de policía local. «Se ha visto que cuando desaparecen hay más robos, más incidencias y la gente es más incívica. Está bien que estén porque las fuerzas del orden  marcan los límites», considera.

El primer edil repasa algunos acontecimientos acaecidos en la localidad desde hace cinco años, desde que él es alcalde, como la quema de cuatro coches, pintadas en la ermita, el destrozo de un pilón como consecuencia de carreras de coches, introducir un vehículo en el patio del colegio, el atrincheramiento de un vecino armado, etcétera. Por ello, Soria no concibe que en algún momento Vinuesa pueda prescindir de la presencia de la Guardia Civil.

cercanía con el vecindarioABEJAR

La alcaldesa de Abejar, Carolina Romero, destaca, al igual que el resto de regidores con los que ha contactado El Día de Soria, la «cercanía» de los agentes con los vecinos. «Estamos encantados, han estado toda la vida. Es una seguridad para los vecinos. Son muy cercanos [...] Hay temporadas con más vacantes y otras, está completa la dotación. Es una demarcación amplia», resume.

En el caso del puesto de Abejar, Romero explica que los agentes son «jóvenes», llegan sin familia y están «de paso», por lo que no se llega a producir un arraigo en el pueblo, algo que sí ocurría hace años.

El cuartel de Abejar está pendiente de la rehabilitación, junto a los Almazán, Berlanga de Duero y Gómara, en un proyecto que prevé más de 4,4 millones de euros de inversión.