Un trono vacío

M.R.Y. (SPC)
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La decisión del presidente y la vicepresidenta de Argentina de no concurrir en las elecciones de octubre dejan al oficialismo huérfano de candidato

Un trono vacío

Tras cuatro años en el poder, el peronismo, que gobierna Argentina desde 2019, debe buscar su rumbo. Ni el actual presidente, Alberto Fernández, ni la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, optarán a las elecciones que se celebran el próximo 22 de octubre, por lo que esta corriente izquierdista ha quedado huérfana y debe afanarse en buscar un líder.

El tándem de enemigos condenados a entenderse -Alberto, exjefe de Gabinete del difunto esposo de Cristina, Néstor, llevaban una década peleados- ha triunfado por encima de lo esperado y, aunque él ha sido considerado un «títere» de ella, ambos han sabido salir airosos de los problemas económicos que ha atravesado la nación en esta legislatura, heredados de la gestión de su predecesor, Mauricio Macri.

A pesar de superar juntos las adversidades, ninguno de los dos intentará revalidar sus puestos. Es más, Cristina Fernández, asediada por la Justicia, podría intentar regresar a la Presidencia en busca de inmunidad. Pero ella misma lo ha descartado. Al igual que su compañero de fórmula, un mandatario que ha acabado harto de la división que se ha vivido durante estos años en el seno de su Gabinete, con partidarios de una u otro.

El peronismo -y más concretamente el kirchnerismo, la corriente que comenzó hace ahora 20 años, en 2003 con Néstor Kirchner al frente- queda, por tanto, huérfano de líder. Y, aunque todo apunta a que será la tercera pata del Gobierno, el ministro de Economía, Sergio Massa, el ganador en las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) que se celebrarán el próximo 13 de agosto podrían deparar una sorpresa y aupar a Juan Grabois al frente de la coalición oficialista, que se presentará bajo el nombre de Unión por la Patria -fue Frente de Todos en las presidenciales de 2019-, que aúna a los partidos peronistas y progresistas.

Curiosamente, Massa fue anunciado como único candidato para evitar divisiones en las PASO. Y, de hecho, en un gesto de unidad, el ministro escogió a Agustín Rossi, jefe de Gabinete de Fernández y uno de los favoritos a la candidatura en las elecciones de octubre, como compañero de fórmula. Además, otros pesos pesados del kirchnerismo, como Eduardo Wado de Pedro o Daniel Scioli declinaron ser aspirantes para unirse en torno a Massa.

Sin embargo, un día después, Grabois anunció que él también concurrirá en las primarias en un intento por aunar, ya no solo al peronismo, sino a los votantes más izquierdistas que puedan estar desencantados con el Gobierno de los Fernández.

Así pues, el oficialismo está sin líder y puede, además, crearse un cisma para elegirlo. Massa es más cercano al presidente, mientras que Grabois está considerado un pilar de la vicepresidenta. La suerte está echada y la decisión volverá a dividirse entre los dos bandos actuales.