La reforma del sistema de financiación local es un clamor en la Comunidad, para que los ayuntamientos puedan prestar servicios de calidad. Para ello, la presión fiscal a sus ciudadanos creció en una década un 24,5 por ciento en Castilla y León, hasta 651 euros por habitante en 2022, cuando la media nacional se elevó un 14,7%, con 686 euros.
Los datos publicados esta semana por el Ministerio de Hacienda, en su informe sobre las haciendas locales de 2022, indican que los ayuntamientos de la Comunidad (2.248) recaudaron ese año 1.545,8 millones, lo que representa un crecimiento del 16,1% respecto a 2012, cuando en el conjunto de España el incremento fue de un 14,8 por ciento. La evolución de la población también contribuyó a una mayor presión fiscal (menos habitantes por mayores ingresos), ya que en la Comunidad se redujo un 6,8 por ciento en esos diez años hasta los 2,37 millones de habitantes, frente a un alza en España del 0,1 por ciento.
El análisis, recogido por Ical, precisa que en impuestos directos, la recaudación de los consistorios ascendió a 966,8 millones, con un crecimiento del 12,6 por ciento, frente al 11,8 de la media nacional. En cuanto a los indirectos, aportaron 95 millones a las arcas municipales y se dispararon un 89,2 por ciento. En cuanto a las tasas, permitieron ingresar 483,9 millones a los ayuntamientos de la Comunidad, un 14,4 por ciento más que diez años antes; cuando en España avanzaron un 7,4 por ciento, hasta los 9.272,8.
La presión fiscal municipal crece un 24,5% en una década - Foto: FS ICALBajando al detalle, el grueso de la recaudación por tributos directos llegó del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que alcanzó los 708,2 millones, con una subida respecto a 2012 del 20,1 por ciento. Asimismo, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) aportó 125,1 millones, con una merma del 1,4 por ciento. Y también descendió, más del 50 por ciento, el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana.
En cuanto a los indirectos, el tributo que más contribuyó a engrosar las arcas municipales, fue el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras, que se disparó un 101,9%, es decir, se duplicó. El IVA también avanzó un 64,2%.
El estudio refleja el esfuerzo de financiación a los ayuntamientos desde otras administraciones. En este sentido, destaca un aumento de las aportaciones de la Junta del 182,1 por ciento, así como otro 159.9 por ciento desde las diputaciones.
Sin embargo, el grueso de los fondos llegó del Estado, con 614,9 millones, que supusieron un avance del 39,6 por ciento, respecto a 2012.