Hace dos temporadas, Alejandra Olalla tomaba una dura decisión, dejar el voleibol tras varios años compitiendo en lo más alto. Tras su paso por Superliga y su última etapa en Madrid Chamberí en Superliga 2, decidía dejar de compaginar sus estudios de medicina y el deporte en una temporada en la que además habían logrado el ascenso. «Llega un momento en el que debes parar porque es imposible vivir del voleibol aunque llegues a la selección española», asegura la soriana. Toda una dosis de realidad.
Entonces tenía tan solo 24 años y daba así por finalizada su gran pasión para regresar a su casa para preparar el exigente examen MIR, pero el club que la vio nacer tenía todavía algo que decir. El Sporting Club Voleibol Santo Domingo conseguía que regresara la pasada semana. «Ha sido muy emotivo el poder volver a jugar en Soria», reconocía a pesar de no empezar con buen pie. Fue una derrota ante Coslada, pero su incorporación puede ser determinante en las cinco jornadas que quedan para que el equipo logre la permanencia en Primera División.
El debut. Alejandra Olalla llevaba dos años sin prácticamente tocar una pelota de voleibol, sin dedicarse a un deporte que nunca había dejado de lado hasta entonces. «El volver no ha sido sencillo», reconoce. «A nivel físico se nota, pero poco a poco espero ponerme a tono para poder ayudar al equipo», añade. Técnicamente y a nivel táctico, esa adaptación será mucho más rápida a una categoría que está por debajo de su nivel en el voleibol en los últimos años.
Su llegada al Sporting CV Santo Domingo es un lujo para el club, pero a su vez eso genera unas expectativas altas. «Soy consciente de ello», afirma con sinceridad. «El nivel es bastante más bajo del que hay en Superliga o Superliga 2, pero aún así es exigente», detalla.
Su motivación es alta. «Mis compañeras son un ejemplo de que con poco tiempo se puede entrenar, trabajar y conciliar», afirma la soriana. «Eso me anima a pensar que puedo compaginarlo con el trabajo en el futuro», sentencia. Esa frase tiene un contexto que ahora aclararemos.
La realidad. ¿Cómo una buena jugadora puede dejar el voleibol a los 24 años? La pregunta tiene una rápida respuesta. «No se puede ser profesional en España, no importa la categoría en la que juegues», cuenta Alejandra Olalla. «Si hablamos de categoría femenina, todavía menos», puntualiza. Lo detectó en sus años en la élite. «Si eres estudiantes te dedicas más a ello, pero después es imposible», apunta.
Este mal obliga en demasiadas ocasiones a elegir. «Te agotas a nivel mental y por eso se toman esas decisiones», aclara. «Es posible que la idea la tengas ya en la cabeza, pero muchas veces te resistes a dar el paso de dejar algo que te gusta tanto», sentencia. «Creo que además la situación ha empeorado en los últimos años», alerta.
Ahora el club en el que se convirtió en la gran jugadora que es le ha dado la oportunidad y ella quiere aprovecharla. Su primer objetivo será liderar al equipo para lograr la salvación.