"Todos a una" en Cruz Roja Soria

A.P.L.
-

Los presidentes de las cinco asambleas comarcales exponen sus objetivos en el inicio de sus mandatos de cuatro años

Pilar Ruiz, Cruz Roja Ágreda

En la nueva etapa de Cruz Roja en Soria, con Eduardo Martínez Pedroso como presidente provincial, la idea es «trabajar todos a una» porque la labor en las asambleas comarcales es fundamental. De esta manera, se va a poner en marcha una comisión de coordinación entre las comarcales, que comenzará con jornadas de formación y continuará con encuentros mensuales «para poner problemas en común y buscar soluciones conjuntas» porque lo que funciona bien en un sitio puede implementarse en otro. «El trabajo tiene que ser común, somos todos Cruz Roja y tenemos que ayudarnos entre todos», comenta el presidente provincial.

Centrándonos ahora en las cinco asambleas comarcales de Cruz Roja en Ágreda, Almazán, El Burgo de Osma, San Leonardo de Yagüe y San Esteban de Gomaz, destacan «las ganas y la ilusión» tanto de los nuevos presidentes como de los más veteranos para aportar en la labor de mejorar la sociedad como voluntarios, algo que debe ponerse en valor. «Es importante ese paso adelante tanto para liderar programas como para ayudar, porque el objetivo que tenemos es hacer una sociedad mejor», indica Martínez Pedroso. Las asambleas realizan diferentes programas, según la dimensión del voluntariado y los medios, y en El Burgo, Almazán, San Leonardo y San Esteban realizan, además, esa importante labor de servicios de emergencias y preventivos. La labor de todas ellas fue fundamental y cada uno de los responsables recuerda esos momentos tan duros pero a la vez esa respuesta tan positiva de todos los voluntarios. Se ayudó en muchos aspectos, pero también en cuanto a empleo y ayudas económicas y de alimentos. «Pudimos dar crédito de lo que es la institución de Cruz Roja», comentan satisfechos y recordando la unión que había.

ideas nuevas. Ana Marcos y José Antonio Alonso, de Almazán y San Leonardo, respectivamente, son los nuevos presidentes de asambleas comarcales. La primera lleva 12 años como voluntaria en Cruz Roja, tres de ellos en Soria, y considera que es «muy reconfortante» porque «das tiempo pero personalmente recibes mucho más». En Almazán hay diferentes programas: envejecimiento activo, soledad no deseada (no solo para mayores), promoción del éxito escolar, nuevas tecnologías y tercera edad... «Estamos al servicio del ayuntamiento y las entidades que nos lo piden, como el Ceas», explica añadiendo que «en las comarcales hacemos un poco de todo». 

Su objetivo, como en el resto de comarcales y en lo que se van a poner a trabajar de inmediato, es impulsar la participación de los jóvenes y «conectar con sus intereses» para que se animen a probar el voluntariado. Además, quiere promover actividades intergeneracionales para evitar la soledad y «hacer comunidad», así como luchar contra la violencia de género y el bullying, «temas muy latentes». La coordinación con las instituciones es vital, indica, así como la unión de las delegaciones de Cruz Roja que hay en distintos puntos de Soria.

José Antonio Alonso hizo la mili en Cruz Roja de San Leonardo en 1988 y, aunque después se desvinculó un tiempo, regresó diez años después como voluntario en emergencias animado por Luis Domínguez. En la presidencia ha tomado el relevo a Jesús Sala y su intención es continuar la labor que se realiza y, sobre todo, poner en marcha el área de juventud.«Después de hacer un servicio te quedas bien contigo mismo, has servido de algo a la sociedad. Más que nada, es el crecimiento personal», destaca. Recuerda que también se viven momentos trágicos, como la pérdida de un compañero cuando hacía la mili allí.

En la pandemia se realizó bastante actividad, en coordinación con el ayuntamiento, y ahora cuentan con un equipo humano de 25 voluntarios, aunque efectivos son diez, además de medios materiales. También ofrecen el programa de apoyo escolar, personas mayores (aunque últimamente está «un poco abandonado»), traslados a gente sin recursos y préstamo de sillas de ruedas, andadores, camas articuladas, muletas... Entre todos ellos llegan a unas 50 personas de San Leonardo y los alrededores. La captación de voluntarios más jóvenes cree que podría lograrse con charlas en colegios e institutos. «Es una pena que tengamos tan poca gente», porque en 1990 se llegó a tener mil socios y ahora son 300. Se mueven por la provincia de Soria, pero también se desplazan a otras, como otras asambleas.

continuidad. Pilar Ruiz Marquina es veterana, ya que lleva 25 años como voluntaria y nueve al frente de la sede de Ágreda. Junto a una amiga, decidió tomar las riendas y reconoce que Cruz Roja supone «todo» para ella y le ha dado fuerza para seguir adelante en momentos difíciles, como el fallecimiento de su marido, al que conoció en la entidad. «Que si juventud, que si alimentos... me he enganchado a todos los proyectos que hay y ahí sigo porque estoy muy a gusto», expresa con emoción esta jubilada que, por esta circunstancia, ha podido dedicar más tiempo al voluntariado. 

«Me ha ayudado mucho a valorarme como persona y a ver que estoy haciendo cosas para el pueblo y para la comarca que han salido adelante», añade. Precisamente este domingo hay una actividad cultural-gastronómica en Ólvega para degustar platos típicos de distintas nacionalidades, como una muestra de la intensa actividad de esta asamblea que, además, crea vínculos entre los participantes. Trabajan en 20 pueblos y, por ejemplo, en Ólvega cada mes se sube a la farmacia de guardia a por medicación y en Fuentes de Magaña realizan traslados para un chico con movilidad reducida. 

«Donde se nos demande, está claro, que ahí estamos», incide.  Para estos cuatro años, su objetivo es Cruz Roja Juventud porque «los jóvenes no terminan de involucrarse, pasan olímpicamente de lo que es un pequeño compromiso... Queremos que fluya y que funcione como otros programas». En total, tienen un centenar de usuarios.

David Crespo es otra de las caras conocidas de Cruz Roja en Soria, al estar al frente de la delegación de El Burgo desde 2019 y como voluntario desde 2002, tras integrarse en la sección de juventud. Como el resto de sus compañeros, «poder ayudar a otras personas en su día a día (personas mayores, niños, refugiados...) es una gran aportación a nivel personal». Además, se siente «agradecido» por el apoyo de su mujer y sus hijas para realizar esta labor al frente de la entidad en la villa burgense. Además de los programas de personas mayores, apoyo escolar, grupo de ganchillo (en la pandemia eran mascarillas), medio ambiente, socorro para emergencias y preventivos en la zona, actividades para jóvenes y niños, venta de lotería y concierto solidario... gestionan el albergue para refugiados internacionales, que comenzó atendiendo a personas de Ucrania que llegaban de la guerra. Además de la sede, cuentan con un local cedido por el ayuntamiento. Crespo pretende en esta nueva etapa «captar más voluntarios» en la comarca y mantener la proyección de Cruz Roja, que estuvo a punto de desaparecer hace unos años. El presidente recuerda con cariño a Sonia, su antecesora, por ofrecerle tanto apoyo. 

Todos los presidentes agradecen la colaboración de socios, voluntarios, instituciones, empresas, educación, Guardia Civil... También Francisco Yunqueras, de San Esteban, quienlleva en Cruz Roja desde 1994, cuando hizo la mili, y ocho años como presidente y responsable de socorro y emergencias. «Estar más cerca de los pueblos y atender a los pocos vecinos que hay en muchos de ellos. Hay que llegar a esa gente» es su principal objetivo para estos cuatro años.

Ser voluntario supone para Yunqueras «satisfacción», por esa oportunidad de ayudar a los demás, a quien le haga falta. En la conversación recuerda que durante la pandemia el grupo Eroski donó 10.000 kilos de alimentos, que repartieron junto a otras instituciones, y también medicamentos. «Lo que sobró lo mandamos a Ucrania. No hemos parado ninguna de las dos veces», apunta.San Esteban es una de las delegaciones con más socios, con unos 700 actualmente. «A nivel nacional por metros cuadrados estamos en los primeros puestos», resalta. Yvoluntarios tienen unos 140. Cruz Roja llega a más de cien usuarios y mantiene los programas de emergencias y teleasistencia, entre otros. El año pasado participaron en un simulacro de accidente de avión con el Ejército del Aire, «que estuvo muy bien»; y recientemente en Pedraja de San Esteban han realizado demostración de lo que ofrece la asamblea, tanto a nivel de socorros como préstamo de material, a lo que recurren muchos de los usuarios.

(Reportaje completo en la edición impresa)