La región rusa de Kursk sigue bajo alerta roja por misiles después de los últimos ataques efectuados esta pasada noche por las fuerzas ucranianas que entraron esta semana en el territorio ruso y que Moscu todavía no ha sido capaz de expulsar.
Esta madrugada, la defensa aérea regional ha conseguido interceptar con éxito 14 drones ucranianos y cuatro misiles tácticos Tochka-U sobre la región, según la última evaluación del Ministerio de Defensa ruso. Sin embargo, los restos de uno de los cohetes acabaron impactando contra un edificio residencial en una explosión que ha dejado al menos 13 heridos, entre ellos dos en estado grave, según el gobernador en funciones de Kursk, Alexei Smirnov.
Smirnov ha comparecido hace unas horas en redes sociales para declarar una alerta por misiles "en toda la región" y solicitado a todos los residentes que se queden en sus domicilios.
El gobernador ha confirmado igualmente que este pasado sábado "un grupo ucraniano de sabotaje y reconocimiento" entró en el distrito de Belovski pero la situación ahora mismo parece estabilizada y "los guardias fronterizos están protegiendo la frontera".
No obstante, el jefe de la administración de Belovski, Nikolai Volobuev, ha indicado que la incursión ucraniana generó "momentos de mucha confusión y pánico" entre la población. "Actualmente la situación es estable, pero muy tensa. La verdad es que ahora mismo no terminamos de entender algunos aspectos sobre lo que está ocurriendo en las zonas fronterizas", afirmó el jefe del distrito en declaraciones recogidas por la cadena rusa RBC.
Al mismo tiempo, la comisionada de Derechos Humanos de la Federación Rusa, Tatiana Moskalkova, ha realizado un llamamiento a Naciones Unidas para que condene los ataques de la incursión ucraniana, que han dejado "miles" de heridos, informa la agencia rusa TASS.
La Guardia Nacional de Rusia, que ha recibido refuerzos militares en las últimas horas, ha destruido un tanque ucraniano T-72 y dos vehículos blindados del contingente ucraniano que entró en Kursk el pasado día 6 de agosto, en una contraincursión de envergadura sin precedentes desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.