Cada cuatro años, con cada olimpiada , todo español recuerda lo vivido en Barcelona 92. El campeón olímpico en 1.500, Fermín Cacho, tiene grabada esa fecha. «A todo el mundo se le viene a la cabeza. Le damos ahora mucha más importancia que en el momento que se consiguió», asegura.
El atletismo es uno de los deportes estrella dentro de este evento mundial. Y es que el deportista soriano siempre será recordado en esta disciplina por aquella icónica imagen a pocos metros de la línea de meta, donde se le ve festejando antes de cruzarla. «Sabía que algo muy malo me tenía que ocurrir para no ganar. A mitad de la última recta, ya sabía que iba a ser campeón olímpico», confirma.
En cuanto a polémicas como la composición de series como la de Isaac Nader, instruido por Pascual Oliva, Fermín Cacho no analizaba al adversario. « Mi fijación sólo estaba en el lugar y la hora de la final. Yo no me paraba a ver quién pasaba y quién no. Los que tenían que pasar eran ellos, yo ya estaba en la final desde el primer momento», aclara.
SIN METAL SORIANO. Al igual que el agredeño, Marta Pérez luchó ayer por esa final de los 1.500. Sin embargo, no pudo entrar en esos seis primeros puestos. «Se clasificó muy bien para semifinales. Posicionarse en la calle 1 fue un acierto, le da ventaja a la hora de abrirse. Es una de las atletas que lucha siempre por estar en las finales», afirma.
Sin embargo, lo que sí que conseguía era ese récord de España y marca personal con 03:57, algo que Cacho vaticinaba «No es un sueño. Tiene las piernas para hacerlo», concluye.
Por otro lado, Ibrahim Chakir, pupilo de su antiguo entrenador, compite en la maratón olímpica de este sábado. «Vamos a ver qué adaptación tiene al circuito, a la humedad y, sobre todo, a los demás participantes. Será una maratón que, seguramente, baje de 02:06:00. Va a depender también de cómo se encuentre física y moralmente', analiza.
TODO CON OLIVA. Y es que, si alguien ha estado con casi todos los atletas sorianos en los juegos, ese ha sido Oliva. El agredeño comparte gran cantidad de anécdotas con «el mejor entrenador del mundo». «Recuerdo la noche anterior de correr la final. El balonmano había conseguido la medalla de bronce. Cuando entraron en la villa, saltaron las alarmas de incendio. Nos hicieron desalojar el edificio. Yo dormía con Enrique, y me acuerdo que le dije; mira a ver lo que pasa, si es grave me avisas que yo me quedo durmiendo. Y, efectivamente, me quedé durmiendo», recuerda.
VALORAR UN METAL. Al inicio de la gran competición, Cacho había estimado que los españoles cruzasen los Pirineos con 25 medallas, superando el año de Barcelona. Sin embargo, tras estar rozando el final de estos juegos de 2024, el soriano comienza a dudar. «Ahora no lo veo tan fácil. Por eso, hay que valorar las 22 medallas que se consiguieron en el 92. Y de esas, 13 fueron oros», recuerda. «España tiene un alto nivel competitivo, el problema es que el resto también», sentencia.