La tumba de Leonor Izquierdo (1894-1912), esposa del autor de Campos de Castilla, en el «alto Espino», es uno de los principales lugares de 'peregrinación' machadiana y para los amantes de la literatura. Es la sepultura más visitada del cementerio municipal y el punto de encuentro de homenajes al poeta, como el que este sábado 22 de febrero celebran conjuntamente el Instituto Antonio Machado y la Fundación Española Antonio Machado con motivo del 86º aniversario de su muerte. Pero Leonor no está sola. Sus restos mortales comparten espacio con su hermana Antonia (fallecida en 1943) en la sepultura que cubre la lápida que encargó Antonio Machado. Y justo al lado, en la tumba de la derecha, aunque no figura su nombre, está enterrada su madre, Isabel Cuevas, que falleció en el año 1947, a los 83 años de edad. Repasando documentos del Cementerio Municipal, Jesús Bozal, director de la Fundación Española Antonio Machado, ha encontrado el dato que permite corroborarlo. El 22 de febrero del año 1927, en concepto de propiedad perpetua y, por acuerdo de la comisión municipal permanente, se autoriza la cesión de la sepultura 809, la que se encuentra junto a la 810 (la actual tumba de Leonor), a Isabel Cuevas. «Accediendo a lo solicitado por doña Josefa Sánchez Tirado [la propietaria], en lo sucesivo esta sepultura figurará a nombre de doña Isabel Cuevas Acebes, a la que la referida señora cede todos sus derechos», señalan las observaciones de los papeles del cementerio. Por tanto, esta documentación certifica que ambas, madre e hija, reposan una junto a la otra. «En estos papeles está bien claro», apunta Jesús Bozal.
CAMBIO DE TUMBA. La tumba que actualmente se conoce como la de Leonor no fue la original en la que fue inhumada la joven tras su fallecimiento, a causa de la tuberculosis, el 1 de agosto de 1912, y a la que el poeta de Soledades solicitaba a su «buen amigo Palacio» que subiera flores. «La sepultura de Leonor estaba en la número 432» del camposanto, explica Bozal. «En el año 1927, la dueña de la tumba 810 [Josefa Sánchez] le cede todos los derechos de ésta a Isabel Cuevas Acebes y, además, en esa fecha, los cuerpos que estaban en la 810, pasan a la 809», señala. Es así como Leonor termina ocupando su actual ubicación en la tumba número 810. El capellán Saturio Sáenz firmó la autorización de traslado de los restos de Leonor el 13 de mayo de 1938, justo el año en el que Antonio Machado se encontraba ya en Barcelona ante el avance del ejército sublevado durante la Guerra Civil (1936-1939).
DE LA MISMA. El cambio de sepultura, apunta Bozal, pudo estar motivado por el propio crecimiento y expansión del cementerio municipal soriano, que había dejado en un lugar poco accesible la tumba de la esposa del poeta. «Leonor estuvo primero en la 432. Esto era como si dijéramos, un pasillo. Pero construyeron más, con lo cual la taparon», señala el estudioso machadiano.
«Las dos tumbas, la 809 y la 810 eran de la misma familia», argumenta Bozal, algo que explicaría que ambas estén delimitadas y acotadas por una pequeña verja de forja que las agrupa. Sin embargo, en la lápida de la 809 sólo figuran los nombres de Manuel María Prado del Salto y de Luisa, Lorenza y Josefa Sánchez Tirado y Prados y no la madre de Leonor. El dato de que los restos de Isabel Cuevas y de su querida hija Leonor reposan juntas una al lado de la otra «no se sabía», asegura Bozal. «Miguel Moreno [cronista de Soria hasta su fallecimiento en 2010], sí que había recogido que los restos de Leonor habían pasado de la 432 a la 810. Pero lo de la madre, no», concluye el director de la Fundación Española Antonio Machado.