Incertidumbre e impotencia en el sector del transporte de Castilla y León por la situación de bloqueo que se vive estos días en Francia. Las protestas de los agricultores impiden el desarrollo con normalidad del trabajo de los transportistas castellanos y leoneses, que en muchos casos han optado por paralizar las flotas hasta que se garantice su seguridad. Una preocupación que se traslada al sector agrícola, que también ve cómo sus productos se quedan en los almacenes o las cisternas de los camiones sin llegar a sus clientes de cualquier país de Europa para el que sea necesario atravesar Francia. Desde la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera (Fetracal) estiman que todas las empresas regionales que hacen servicio internacional, más de mil en la Comunidad, se están viendo perjudicadas, bien porque tienen que viajar a Francia o porque necesitan cruzar el país en dirección a Alemania, Bélgica o los Países Bajos, por ejemplo.
Todavía más difícil es conocer las consecuencias económicas que el bloqueo puede suponer para Castilla y León. El año pasado, nuestra región exportó por carretera al país galo productos por valor de 2.282,8 millones, una cifra que supera los 8.000 millones si se tienen en cuenta todos los destinos de Europa a los que los transportistas de la región llegan cruzando Francia. «Las pérdidas habrá que cuantificarlas al final del paro, pero nos preocupa, de manera clara, la seguridad de los profesionales. Y, hasta el momento, no hay que lamentar daños humanos», afirmó el presidente de Fetracal, Juan Luis Feltrero.
Castilla y León cuenta en la actualidad con 14.429 empresas dedicadas al transporte por carretera, de las cuales 12.159 se dedican al de mercancías, según datos facilitados por la Consejería de Movilidad. Estas cifras dan una idea de la importancia que el sector tiene para la Comunidad, con más de mil empresas que hacen rutas internacionales, por lo que desde la Federación advierten de que las pérdidas pueden ser muy elevadas. Además, las mercancías que más se transportan al país galo son productos agroalimentarios que, por su características, requieren de un control de temperatura y condiciones especiales. «Esto hace que nuestra preocupación aumente, porque está en riesgo nuestro trabajo y todo aquello que transportamos. Por ello, desde Fetracal insistimos en que este problema de Francia puede generar perjuicios graves a todos los miembros de la cadena, desde el productor al consumidor final», añadió Feltrero.
Primeros altercados
Las empresas castellanas y leonesas ya están sufriendo las primeras consecuencias de las protestas de los agricultores franceses. Uno de los camiones de Transportes Cobreros, con sede en la localidad zamorana de Castrogonzalo, sufrió el pasado jueves un altercado al ser vaciada en un parking toda la carga que transportaba. En concreto, el vehículo llevaba vino blanco procedente de Castilla-La Mancha con destino Alemania. «El compañero estaba con el camión parado en un aparcamiento en Montpellier, cuando de una forma violenta le vaciaron la carga», explicó el gerente de esta empresa, José Cobreros.
En su caso, que transportan principalmente leche a clientes de toda Europa, han decidido paralizar las exportaciones hasta que la situación se calme. Ya no solo por la inseguridad que han generado las protestas, sino por la pérdida de la carga al tratarse de productos perecederos. «Hay mucha incertidumbre, no se sabe qué va a ocurrir. El acceso por carretera al resto de Europa desde España es Francia y las carreteras secundarias también están colapsadas y hay más inseguridad», agregó Cobreros.
También la compañía soriana Molinero Logística, con sede en Ólvega, ha visto cómo su trabajo internacional se ha ralentizado por el bloqueo en Francia. «Un trayecto que normalmente se hace en cuatro días, estamos tardando siete, nos cuesta muchos más», aclara Javier Jiménez Omeñaca, su director general. 35 de sus camiones hacen la ruta internacional y transportan principalmente alimentos: «Hay que tener paciencia y ver qué va ocurriendo».
Desde la Federación regional defendieron que «el trabajo hay que realizarlo, porque en muchos casos la mercancía no tiene Francia como destino final», aunque recomendaron a los transportistas que se mantengan informados sobre el desarrollo de la situación, así como que eviten «enfrentamientos innecesarios y sigan las recomendaciones de las autoridades francesas». Además, pidieron al Gobierno que proteja a los profesionales. «Podemos entender las manifestaciones, las críticas..., pero que se haga respetando nuestro derecho a realizar un trabajo que es considerado esencial», concluyó.
Alerta en el campo
Las alertas también se han encendido en el campo castellano y leonés, cuyos profesionales ven cómo sus productos se pueden quedar sin vender como consecuencia del levantamiento en el país vecino. Francia, después de Portugal, es uno de los destinos principales de nuestras exportaciones agroalimentarias. Fuentes de Asaja señalaron que principalmente nos compran patatas fritas, carne porcina, carne ovina y queso. Pero Italia y Alemania también reciben galletas, vino, café, whisky o jamón de España, sin olvidar que estos alimentos también llegan a los Países Bajos o el Reino Unido.
Los agricultores de Castilla y León se suman a las protestas
Los agricultores de Castilla y León también se suman a las protestas convocadas a nivel nacional por las organizaciones agrarias para exigir un «plan de choque» con medidas a nivel europeo, nacional y autonómico en defensa del sector primario. Esta cita se conoció horas después de que ya los primeros profesionales del campo de la Comunidad salieran a las calles de Zamora de «manera espontánea» y convocados a través de las redes sociales ante «el hartazgo» por la situación del sector. En concreto, según los datos de la Subdelegación del Gobierno, más de 60 tractores participaron en las protestas. Las movilizaciones se producirán en otras provincias de la Comunidad, como confirmó Aurelio González, uno de los responsables regionales de la Alianza UPA-Coag, que ya tienen previstas varias jornadas en Palencia, Zamora y León, a las que se irán sumando el resto de provincias. Por su parte, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, consideró ayer «comprensible» la posibilidad de que los agricultores se echen a la calle debido «a las difíciles condiciones y asfixiante burocracia que generan las normativas de la Unión Europea». Para el dirigente autonómico, es fundamental «buscar la cohesión entre la sostenibilidad ambiental y la productiva», una posibilidad que debería marcarse desde las administraciones.