El gran fracaso de Israel

Agencias-SPC
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Hamás burló la Inteligencia y la seguridad militar hebrea para asestar un golpe a un vecino que jura venganza

El gran fracaso de Israel - Foto: ATEF SAFADI

Considerada una de las mejores agencias de Inteligencia del mundo, el Mosad sufrió hace ahora una semana uno de los mayores golpes de su existencia que derivó en una de las peores tragedias jamás vividas en Israel. Y es que engañando a esos servicios especiales y haciéndoles creer que quería evitar una guerra, el grupo islamista Hamás sorteó todos los obstáculos de seguridad y preparó a fondo una sofisticada operación que el pasado 7 de octubre le llevó a atacar por tierra, mar y aire, asestando un golpe que supone el peor fracaso militar de la historia del territorio judío.

En un Estado con el Ejército más fuerte de Oriente Próximo que tiene las tecnologías de control más avanzadas del planeta, ver a milicianos palestinos matar y capturar a soldados, tumbar la barrera de separación o sortear sensores de seguridad sin resistencia era una pesadilla hecha realidad que se debió a errores graves del aparato de Inteligencia o falta de efectivos castrenses. A esto se sumó la rápida toma por parte de unos 1.000 extremistas, que se colaron a Israel incluso en parapente y lograron cruzar por unas 22 brechas que hicieron en la valla divisoria donde entraron también con camionetas. Algo más allá de lo que se pudiera imaginar. 

El grupo islamista se preparó en completo secreto para esta operación desde hace más de un año, creó un puesto que recreaba un asentamiento israelí donde podían entrenar y, sobre todo, consiguió engañar a sus enemigos, transmitiendo el mensaje de que no estaba interesado en un conflicto y que quería calma. Es más, se desmarcó de los combates cuando la Yihad Islámica luchó sola en las dos últimas escaladas de violencia, en agosto de 2022 y en mayo de 2023, mientras planeaba esta ofensiva sin precedentes, de la que parte de la cúpula del grupo y muchos milicianos no tuvieron conocimiento hasta que empezó a primera hora del pasado sábado, cuando Israel aún dormía en pleno shabat, el día de descanso judío.

En poco tiempo, los extremistas atacaron y tomaron puestos clave como el paso fronterizo de Erez, donde hay también una base militar en la que mataron y capturaron a soldados y miembros del servicio de Inteligencia. A su vez, irrumpían en la principal base del Ejército hebreo del área de Gaza, situada en la granja colectiva de Reim. Ahí había el centro de cámaras y de gestión del complejo sistema tecnológico de sensores y vigilancia que rodea Gaza. «Lo atacaron con drones y luego entraron y mataron a los soldados», lo que supuso que quedara desactivado, asegura Eran Lerman, ex alto cargo en la Inteligencia Militar israelí.

Tras esto, la irrupción de milicianos -acompañada del disparo de cohetes desde Gaza incluso hacia Jerusalén o Tel Aviv- fue muy rápida. Avanzaron hacia comunidades judías cercanas y en poco rato controlaban unos 600 kilómetros cuadrados de territorio.

Esto, en una de las zonas más vigiladas del planeta, donde Israel invirtió muchos recursos para aplicar una estructura de bloqueo por tierra, mar y aire sobre Gaza desde 2007, cuando Hamás tomó su poder, y que según grupos de derechos humanos creó «una prisión al aire libre» en una medida «de castigo colectivo».

Fallos de respuesta 

Más allá de los errores del aparato de Inteligencia y del Gobierno, «donde hubo la falsa concepción de que Hamás buscaba una convivencia que sirvió de tapadera para el plan de su ala militar», Lerman destaca que «hubo fallos de despliegue» de fuerzas militares, reducidas y que no supieron responder a la ofensiva sorpresa.

Para colmo, las tropas israelíes en el área tenían sus poderes al mínimo y había pocos soldados después de que muchos batallones fueran trasladados a Cisjordania, otra razón que debilitó la capacidad de respuesta del Ejército e hizo que los israelíes de las comunidades colindantes quedaran casi totalmente desprotegidos, lo que permitió el secuestro de más de un centenar de individuos y la muerte de cientos de personas en un solo día.

«El colapso de Israel, a quién le costará mucho tiempo rehabilitar su imagen de potencia militar es una victoria simbólica de Hamás», que hasta ahora era considerado «una amenaza de segunda clase» para las autoridades hebreas, remarca el experto Abu Saada. «Pese a que haya guerra y destrucción» y que los muertos de Gaza por bombardeos israelíes sean más de 600, esto «es un claro triunfo» para Hamás, que gana puntos en la escena política palestina y como estandarte de resistencia a Israel en el mundo árabe.

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