Las obras de la carretera de Logroño, más cerca

Sonia Almoguera
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La remodelación de la travesía incorporará dos glorietas a la altura de las calles Las Casas y Paseo de la Florida

Las obras de la carretera de Logroño, más cerca - Foto: E.G.M

El comienzo de las obras para la humanización de las travesías Este-Norte de la capital en torno a la carretera de Logroño (N-111) y la de Burgos (N-234) está cada vez más cerca. Tras la adjudicación de los trabajos a mediados del pasado mes de diciembre, la mercantil ganadora del concurso público debe entregar ahora la documentación necesaria de cara a que el Ministerio de Transportes pueda supervisarla para formalizar finalmente el contrato y dar inicio a las obras, según confirma la Subdelegación del Gobierno de Soria. La empresa Construcciones y Obras Llorente-Pavasal será la encargada de llevar a cabo la remodelación en torno a la carretera de Logroño, la Cuesta de la Dehesa Serena, la calle Obispo San Agustín el puente de piedra y la carretera de Zaragoza que cuenta con un presupuesto de 7,3 millones de euros y un plazo de ejecución de dos años y cuatro meses. Distribuidos en cuatro tramos (sin contar la adecuación del puente de Piedra, que se desarrollará a través de otro proyecto), la intervención seguirá la línea de las obras de la travesía de la avenida de Valladolid y Eduardo Saavedra, actualmente en ejecución, con asfaltado y pavimentado que contribuirán a reducir la contaminación y fomentar el drenado del agua de lluvia, así como la creación de aceras más anchas e isletas verdes en las esquinas que funcionarán como espacios de encuentro para los ciudadanos. 

De hecho, la actuación marca que los carriles reservados a los coches ocuparán el mínimo necesario para reservar el espacio sobrante al disfrute peatonal aunque, en este sentido, conjugándolo con bandas de aparcamiento en línea, en batería o semibatería. También contará con un carril bici de 2,50 metros de ancho y doble dirección que se desplegará en todo el trazado de la intervención, incluida la entrada a la capital desde la N-234 hasta el puente de piedra, donde, al menos durante 80 metros, discurrirá contiguo a la ribera del Duero. 

Además de la eliminación del paso inferior de la Cuesta de la Dehesa Serena, la travesía que se extiende por la carretera de Logroño articulará la resolución de algunos cruces con la construcción de dos glorietas o rotondas. Una de ellas se ubicará justo a la entrada de la ciudad en la intersección con la calle Las Casas, mientras que la otra se emplazará en la carretera de Logroño en su cruce con el Paseo de la Florida. Al mismo tiempo, en todo el recorrido se establecerán 19 puntos semafóricos.

Como en el caso de la travesía de la avenida de Valladolid y Eduardo Saavedra, el objetivo es que el trazado viario y peatonal esté serpenteado y enmarcado por una hilera de arbolado frondoso de gran porte. Para ello, se han elegido especies caducas perennifolias (acacias de Japón, acacias tres espinas, aligustre de Japón, aligustre arbóreo, cinamomo y olmos resistentes) que se combinarán con parterres de especies arbustivas en las isletas verdes que se instalarán en cada esquina con ejemplares de aligustres, azahares de China, romero, lavanda y tomillo. En este sentido, se llevará a cabo una criba de árboles para conservar aquellos ejemplares que se encuentren en buen estado y cuyas raíces no generen futuros problemas en el pavimentado. En principio se prescindirá de árboles de más de cuatro años y de entre 10 centímetros a un metro de diámetro que no cumplan las anteriores condiciones. Los nuevos árboles (todo el proyecto de mejora y humanización de las travesías incluirá la plantación de 1.000 nuevos ejemplares) también se instalarán en el interior de las glorietas, así como en las zonas ajardinadas de la mediana que se establecerá en el tramo superior, entre la entrada de la ciudad al paseo de la Florida, de la carretera de Logroño. 

alumbrado LED. La reposición del alumbrado con nuevas luminarias de tecnología LED más eficientes replicará el modelo de farola que ya se está colocando en la avenida de Valladolid. La única excepción serán las de tipo candelabro que alumbran la calle Obispo San Agustín, que se conservarán tras un proceso de restauración y transformación a LED.