Los montes regulados del municipio soriano de La Póveda volverán a contar la próxima campaña micológica con mayor presencia de agentes de la Guardia Civil y medio ambientales de la Junta. Al igual que ocurrió el pasado otoño, se controlará el acceso a sus bosques, una forma casi de poner vallas al monte, propiedad de los habitantes de este pequeño municipio y de velar porque el beneficio de sus frutos redunde en el medio rural.
El Programa de Micología de Castilla y León (Micocyl) desarrollado en La Póveda un proyecto piloto para controlar el acceso a los bosques productores de setas, una experiencia que permite conocer cómo se comporta el producto ante las distintas presiones recolectoras, en aras a preservar su diversidad y su producción.
Los responsables del Programa de Micología de Castilla y León (Micocyl) darán a conocer en junio las principales conclusiones de esta experiencia de control del acceso, un sistema “costoso” y que podría replicarse, en la próxima campaña, con estas u otras medidas de control, en los montes de otro municipios de la Unidad de Gestión Montes de Soria (UGAM), que sufren la llegada masiva de recolectores a partir de octubre.
El director científico del Micocyl, Fernando Martínez Peña, avanzó que la Asamblea de la UGAM decidirá dónde se desarrolla la experiencia en la próxima campaña. La iniciativa permite cerrar pistas de acceso al monte y limitar el número de permisos que se expiden a los recolectores conforme a varios criterios técnicos, obtenidos en base a estudios de investigación realizados a través de la red de parcelas de investigación del Micocyl en las que se estudia el efecto de la presión recolectora en la diversidad y producción de setas como boletus edulis desde 2011.
Martínez Peña señaló que en estas parcelas se estudia el efecto sobre los carpóforos y sobre la cantidad de micelio en el suelo. Las parcelas se someten a distintas intensidades de recolección. En paralelo, se analizan los resultados de los más de 3.000 controles a recolectores realizados por los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León anualmente.
“En ellos se comprueban las cantidades recolectadas por semana, los tamaños mínimos por especie y la presión recolectora real en los montes. Igualmente se trabaja coordinadamente con las Asociaciones Micológicas de Castilla y León (FAMCAL), especialmente preocupadas en la conservación del recurso, mediante inventarios realizados directamente por FAMCAL en distintas zonas de Castilla y León”, indicó.
El control de la presión recolectora es el principal problema para los ayuntamientos que forman parte de la UGAM de Soria. La alcaldesa de Vinuesa, Asunción Medrano, solicitó que se limiten el número de licencias expedidas. Una cuestión, que, según Martínez Peña, se lleva haciendo desde la puesta en marcha del programa que regula la micología en la Comunidad autónoma.
La capacidad de acogida se establece en cada UGAM atendiendo a criterios técnicos. De este modo, en las 157.621,41 hectáreas de la UGAM Montes de Soria el número máximo anual de permisos es de 71. 542, una cifra muy por encima de los permisos realmente expedidos anualmente en las últimas campañas.
“En todas las UGAMS está limitada en base a la producción y la recolección media que se hace se hace en función de la producción. Hay unos criterios técnicos. En Soria no se ha llegado nunca a vender el número máximo anual”, destacó.
El científico aseguró que muchos ayuntamientos se unieron a la experiencia de regulación cuando empezaron a tener problemas de presión recolectora, en especial de los grupos organizados de rumanos. Así algunas zonas donde no había regulación y que también tenían graves problemas de presión recolectora, pidieron ayuda a Micocyl en este sentido, como recientemente ocurrió con algunos pueblos de la comarca de Pinares de Burgos (Regumiel de la Sierra y Canicosa), a pesar de que podían haber optado por cualquier otro sistema existente en dicha provincia. “La peticiones de ayuda a Micocyl también han llegado de comunidades autónomas vecinas como La Rioja”, indicó.
Regular el recurso
Otro de los aspectos que más preocupan a los representantes de la UGAM de Soria es regular la comercialización del recurso. En este aspecto, desde el Micocyl exigen que las administraciones competentes, Junta de Castilla y León y Gobierno de España, contribuyan a solucionar los problemas derivados de la comercialización de las setas, y abogó porque las administraciones implicadas fueran de la mano en un asunto tan sensible e incluso estratégico para algunas zonas del medio rural de Castilla y León. Se espera que el nuevo decreto de micología impulsado por la Consejería de Medio Ambiente pueda dar una solución a ese problema.
Martínez Peña aclaró que los recolectores ilegales acuden donde hay producción siempre y cuando exista quién se la compre, pero si la zona donde recolectan está regulada y controlada se arriesgan a ser denunciados y decomisados por las autoridades competentes, en caso contrario recolectan sin consecuencias.
En este aspecto, el científico agregó que los compradores a recolectores ilegales saben perfectamente dónde hay producción en cualquier momento y lugar, ya sea de un área regulada por Micocyl o no porque disponen de contactos y saben organizarse.
“Todas las medidas que la legislación permita emplear para tratar de solucionar la recolección ilegal deben ser aplicadas por las autoridades competentes. Nos consta que se están teniendo contactos con la Guardia Civil y Fiscalía para poder tomar medidas disuasorias en este sentido, pero con plenas garantías jurídicas”, argumentó.
La llegada masiva de recolectores ilegales generó una gran preocupación en los municipios micológicos. Ante esto, Martínez Peña, les alentó a que traten de mantener la unidad contra los problemas comunes y la integridad del sistema, ya que el problema es complejo y hay intereses de distinto índole tratando de desacreditar el trabajo conjunto de muchos años. “Los principales beneficiarios de que cada uno vaya por su lado serán precisamente aquellos que todos queremos combatir”, resaltó.
Programa clave
El Programa de Micología de Castilla y León ha sido “clave” para la investigación y para la gestión sostenible del recurso micológico , iniciada hace más de 20 años por la Junta de Castilla y León desde el Centro de Investigación de Valonsadero y continuada ahora desde la Fundación Cesefor y su red internacional de centros de investigación colaboradores.
Como ejemplo, Martínez Peña detalló los 17 proyectos de investigación realizados; 40 publicaciones en revistas internacionales y toda una red de parcelas de investigación con más de 20 años de toma de datos semanales (la segunda serie histórica de datos más importante del mundo).
La gobernanza y gestión del recurso micológico a través de un sistema de permisos proporcionó una unidad de acción frente a problemas comunes en 300 municipios y más de 400.000 hectáreas en Castilla y León, un modelo valorado a nivel internacional que contribuye decisivamente a la ordenación del recurso.
Micocyl, permite además que, gracias a la decisión de los propios ayuntamientos, pueda conseguirse mayor eficacia económica y técnica de actuación, destinando fondos provenientes de los ingresos a la vigilancia, limpieza de los montes de basuras, restricción de accesos a los montes e invertir en I+D+i, entre otros.
Además promueve la generación de una imagen y atractiva micoturística de un valor “incalculable”, lo que contribuye a generar riqueza y con ello a valorar y conservar en monte del que depende esta riqueza.
El programa creó mercados de promoción y educación como mercasetas o mercatrufas, contribuyendo a dinamizar el medio rural de la región y a promocionar productos y servicios micológicos.
También permitió la formación y profesionalización impartidos en cursos específicos desde hace 15 años formado guías, inspectores, cocineros, recolectores, gestores y agentes medioambientales.