Estamos entrando en un nuevo horizonte evolutivo como especie; es un salto inquietante, que nos situará en una nueva forma de «estar en el mundo», de «Ser el Mundo».
El hombre ( 'non nemo', 'el no nadie' ¿etimología?), como toda realidad, se va construyendo a través del tiempo en un espacio-tiempo de muchos millones de años. El hombre, como logro evolutivo, tiene un cerebro en el que se superponen tres niveles cerebrales: el cerebro de los reptiles (cerebro rectilino), el cerebro de los mamíferos, y el Neocórtex.
Cada uno de estos estadios nos construyen evolutivamente y así somos una suma de estadios 'in crescendo'. Somos en realidad «un pueblo en busca de la Tierra Prometida». El primer cerebro nos instala en la biología animal; el sregundo, en la dimensión social y el neocórtex nos alumbra el mundo de las ideas y la racionalidad. Hoy estamos llegando a algo de una novedad absoluta. Hemos aprendido que todo es información.
Nuestro cerebro, a pesar de sus tres pisos, no es suficiente; se «ha desparramado fuera de la caja craneal» y se ha hecho externo en forma de máquinas eficacísimas para manejar información cuasiinfinita (de momento). Ahora , nuestro cerebro deja de ser individual y se convierte en cósmico, la noosfera.
El miedo a la IA procede de que lo humano y la falta de límites se contradicen. El nuevo poder de los hombres es tal que puede desembocar en todo lo mejor y en todo lo peor que supone el nuevo poder. Y… el poder a lo largo de la historia de la Humanidad ha sido de todo menos fiable y honesto.
¡Qué bien se han llevado siempre el poder de turno y el sufrimiento de casi todos!