Desde que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) nombró el pasado 6 de marzo a Jana, la décima borrasca de gran impacto de la temporada, los episodios de lluvias torrenciales, viento y frío no han cesado. A Jana le siguió Konrad. Después llegó Laurence, que pasó a ser 'destituida' por Martinho, que pronto dio paso a Nuria. Ahora, Olivier promete 'mojar' la Semana Santa de 2025.
El tren de borrascas sigue regando Soria -y España en general- y llenando los embalses -también el soriano de Cuerda del Pozo-.
El invierno parece no querer rendirse a pesar de que la primavera avanza y, con las reservas a tope y la sequía meteorológica sentenciada, la campaña de riego que ahora comienza lo hace «con buenas perspectivas» y sin previsión de restricciones.
En este tesitura, en el Alto Duero, el embalse de Cuerda del Pozo se encuentra prácticamente al 88% de su capacidad total (que asciende a 248,776 hectómetros cúbicos). En concreto, acumula 219 hectómetros cúbicos de agua, «20 por encima de la media de los últimos diez años», destaca el director técnico de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Alejandro Barriuso. «Se puede considerar que es un dato bastante favorable y bueno para el momento del año hidrológico», añade.
El 'llenado' del pantano, además, continúa, gracias a las aportaciones de las últimas lluvias. Según el parte emitido por el organismo de cuenca el lunes, las precipitaciones registradas durante la última semana en la zona del embalse han alcanzado los siete litros por metro cuadrado y el balance hídrico de la semana ha sido de 1,672 hectómetros cúbicos. En la contra, la salida media diaria se sitúa en seis metros cúbicos por segundo.
EFECTO 'BORRASCAS'. El buen estado de salud que presenta Cuerda del Pozo se debe, en buena medida, al efecto de las últimas borrascas. «Las aportaciones al embalse en el mes de marzo han sido muy importantes, bastante más altas que otros años. Es verdad que al principio del otoño, y sobre todo durante el invierno, la zona del Alto Duero no tuvo demasiadas precipitaciones. De hecho, noviembre y diciembre fueron meses un poco secos, con aportaciones por debajo de lo normal; pero la situación, sobre todo en marzo, ha mejorado sustancialmente», explica el director técnico. De hecho, a pesar de que el 'pantano' soriano «era uno de los embalses que iba más rezagado», desde «hace ya unas cuentas semanas» está «en una situación muy buena» y «ha alcanzado el resguardo», destaca el director técnico de la CHD.
Quedan además por incorporar aún las aguas procedentes del deshielo del nacimiento del Duero. No obstante, avisa Barriuso, «según nuestros datos de previsión, hay ya muy poca nieve en la cuenca drenante de Cuerda del Pozo, por lo que no se esperan aportaciones relevantes».
campaña de riego óptima. Con estos datos, la campaña de riego que ahora comienza se presenta en condiciones óptimas en toda la cuenca del Duero, y también en Soria. No se contemplan restricciones para irrigar los campos de regadío de la provincia y se ha podido tomar como válidas las asignaciones máximas propuestas por la Junta de Explotación, de modo que los regantes sorianos podrán utilizar hasta 6.000 metros cúbicos por hectárea.
Barriuso recuerda al respecto que la Junta de Explotación del Alto Duero se celebró el 12 de marzo en Aranda de Duero y ya entonces «no se planteó ningún problema en cuanto al desarrollo de la campaña de riego porque hay agua suficiente». La cita sirvió para «marcar un volumen de embalse mínimo a mantener el 30 de septiembre de 2025 (para el final de la campaña de riego)». Ese valor de dotación se expuso en la Comisión de Desembalse celebrada a finales de la semana pasada, donde quedó fijada la dotación máxima, que esta campaña será de esos 6.000 metros cúbicos por hectárea mencionados. «Esto supone que las perspectivas sean buenas y que no vaya a haber ningún problema», reitera el director técnico.
desembalse. El tren de borrascas registrado en las últimas semanas ha sido clave para llenar Cuerda del Pozo y garantizar la campaña de riego pero, en el lado contrario, ha puesto en jaque a diversos núcleos de población de la provincia que han temido por la crecida desaforada de sus ríos. En concreto, durante el episodio de avenidas número seis del actual año hidrológico, «que fue muy largo, entre el 6 de marzo y el 1 de abril», en la provincia de Soria se emitieron un total de 92 avisos hidrológicos, de los cuales 56 fueron amarillos, 35 naranjas y uno rojo (el río Tera en Tardesillas), concretan desde la CHD.
Precisamente en esos momentos, la gestión que se hizo desde Cuerda del Pozo fue clave: «Durante el episodio de avenidas número 6, como el embalse todavía tenía espacio, la avenida que se presentó el 9 de marzo se pudo laminar por completo. En concreto, hubo momentos que al embalse estaban entrando más de 70 metros cúbicos por segundo y, sin embargo, del embalse solo salían 5-6. Por tanto, esa avenida se contuvo y se paralizó en el embalse», explica Barriuso. Recuerda «cómo iba el Duero aguas abajo de Soria y los problemas que se causaron en Almazán, en San Esteban de Gormaz...» y repasa que «esos días (10-11 de marzo) hubo más de 70 metros cúbicos que venían por el Duero desde arriba, que se quedaron en Cuerda del Pozo, y no se sumaron a las caudales que después fueron llegando, por el río Tera por ejemplo, y que causaron esos problemas que ya conocemos». «Claramente, el embalse de Cuerda del Pozo en marzo evitó que todos esos daños fueran de unas dimensiones bastante más grandes», considera, al tiempo que recuerda que «el Duero llegó a tener por Almazán hasta 200 metros cúbicos por segundo el 10 de marzo. Y en Cuerda del Pozo se estaba soltando un caudal pequeño de dos metros cúbicos por segundo».