Las obras deberían haber acabado ya, pero en su lugar sólo hay un hueco de unos 1.500 metros cuadrados de superficie y 50 centímetros de profundidad, un espacio que, paulatinamente, se ha ido llenando de latas, papeles y otros residuos, y que para los vecinos y los comercios de la calle Doctrina, entre los números 2 y 12, se ha convertido en un verdadero agujero negro en el que llevan inmersos desde febrero de 2023, «desde el mismo día en el que pusieron esta valla», recalca Miguel, de 86 años, cuyo hijo tiene un piso en uno de los seis bloques de viviendas que se erigen en ese tramo de la vía. Vicente Sanz, desde la peluquería de caballero que regenta en esta misma acera, mira hacia la estructura metálica, a un escaso metro de la puerta de su establecimiento, y esboza una sonrisa amarga de pura desesperación. «Pues ya ves cómo lo llevamos», comenta. Unos metros más abajo, Eva María Valtueña mira también con desasosiego desde su centro de estética la endeble 'pared' de aluminio de casi 2,06 metros que la atemoriza cuando sopla fuerte viento. «Ya sólo nos falta que tener ratas», afirma.
«Nos prometieron y nos juraron que las obras iban a durar 18 meses», apunta Vicente Sanz. De momento, la única certeza que tienen («porque el Ayuntamiento no ha vuelto a reunirse con nosotros ni nos ha dado otra explicación», asegura Ana María Valtueña), es que los trabajos llevan desde principios de año paralizados. La aparición de más roca de la prevista en la operación de vaciado del parquin cuando la intervención estaba al 44,12% y se había llevado a cabo el pilotaje estructural de la infraestructura, un año después de que comenzaran en febrero de 2023, motivó un aumento de los costes. La empresa adjudicataria, la Unión Temporal de Empresas (UTE) Indesfor Soria S.L. y Ciser Obras y Servicios S. L. solicitó entonces hacer un modificado previo sobre el presupuesto, licitado en un total de 1.980.258 euros. El Ayuntamiento de la capital quería que se hiciese después, una vez calculada al céntimo la demasía de la obra, que se cofinancia con fondos europeos Next Generation con cargo al programa de ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones. Tras meses de negociaciones, no hubo acuerdo. El pasado 31 de octubre, la Junta de Gobierno Local del Consistorio soriano aprobaba la cesión del contrato a una nueva empresa, Martínez Romera, un trámite con el que se evitaba tener que volver a adjudicar la obra para no sumar más meses de parálisis e incomodidades a los vecinos y viandantes. La tramitación notarial del contrato de cesión, confirma el Ayuntamiento, ya ha sido completada y se espera que los trabajos puedan retomarse, según el «compromiso de la empresa», después de próximo puente festivo de la Constitución. Desde el equipo de Gobierno municipal se pide de nuevo disculpas a los afectados y, obviamente, mantienen, comprenden y respetan el enfado de vecinos y comerciantes. Pero después de casi dos años, lo único que éstos se piden son «soluciones».
La calle está sucia. «Nadie pasa a limpiarla», declara Vicente Sanz. «Es una porquería, algo que no es lo más indicado para un negocio como éste», recalca Ana María Valtueña desde su centro de estética. Ambos han perdido a lo largo de estos meses mucha clientela, gente de paso y, sobre todo, gente mayor, con movilidad reducida, que antes llegaban en coche hasta la puerta.Ahora a duras penas cabe en la silla de ruedas o andadores. «Seguimos abiertos porque llevamos muchos años trabajando y en ese tiempo hemos ido haciendo una clientela fija de clientas que, más que eso, son amigas», sostiene Valtueña. La desesperación de los comerciantes se marca en sus rostros cuando recuerdan los dos días, el 31 de julio y el 1 de agosto de 2023, en los que tuvieron que cerrar sus puertas. «Los operarios excavaron más de lo necesario y se llevaron por delante la acera», relata. Por aquellos dos días que tuvieron que cerrar no han recibido ninguna compensación, tampoco han visto atenuado la presión fiscal. «Se pidió desde FOES [la Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas] que nos eximieran del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)», pero el Consistorio de la capital no atendió la petición. «Seguimos pagándolo junto al agua y las basuras, a pesar de que ahora tenemos que sacar nuestros residuos fuera de nuestro horario comercial porque ahora tenemos contenedores de quita y pon», indica Sanz.
Los vecinos de Doctrina están hartos de las obras del parquin - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezAl margen de eso, estos los comerciantes han tenido que incluir en el capítulo de gastos el coste de la zona azul y si te despistas con la aplicación digital: multa. «A los vecinos que tienen garaje que ahora no pueden utilizar les han dado plazas en el parquin de Doctrina, pero no a los que trabajamos aquí, porque no somos residentes», certifica.
Incomodidades. A pesar de todo, asegura Valtueña, son los residentes de los seis portales de viviendas y los dos vados de aparcamiento que se erigen en este tramo de la calle Doctrina los que se llevan la peor parte de las incomodidades. Con un vecindario muy envejecido, alega, «a ver cómo entra aquí una ambulancia» en caso necesario. Ya sólo cuando hay lluvia, como en la mañana de este lunes 25 de noviembre, apenas caben dos paraguas de forma simultánea.
La ampliación del parquin de Doctrina que quedó pendiente en 2017, tras las obras de remodelación del mercado municipal, proyecta en este otro lado de la calle la construcción de 74 plazas de aparcamiento y 30 trasteros. Una orden del 21 de julio del Ministerio de Transporte autorizó la cofinanciación de la obra, que fue adjudicada finalmente el 25 de noviembre de 2022 y formalizada por contrato semanas después, el 21 de diciembre. El Ayuntamiento de Soria recibió dos ofertas para hacerse cargo de los trabajos de construcción de esta infraestructura subterránea de 3.089 metros cuadrados distribuidos en dos plantas soterradas. Las desavenencias insalvables con la empresa adjudicataria concluyeron, tras diversas negociaciones, con la fórmula de cesión del contrato a la también empresa soriana Construcciones Martínez Romera S. A. que fue aprobada en sesión de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Soria el pasado 31 de octubre.
Los vecinos de Doctrina están hartos de las obras del parquin - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezMuchos residentes de avanzada edad han restringido sus salidas a la calle por la incomodidad de transitar por un espacio de apenas 100 centímetros que en algunos punto se reduce a 89 por la presencia de una papelera. No es el caso de Mari Carmen, vecina del número 8, de 81 años de edad, que afirma que, a pesar de todo, continua haciendo su vida normal. «Salgo a hacer mis compras y los lunes y los miércoles voy a Memoria a las Aulas de la Tercera Edad», afirma. Para ello, no obstante, tiene que empujar bien fuerte el andador del que se ayuda al caminar para superar la rampa provisional que comunica este tramo de Doctrina con el resto de su calle. «Y agarrarme bien a la barandilla para poder bajar», insiste. El problema es que cuando viene otro peatón de frente no queda más remedio que orillarse en algún portal, añade. Es la misma operación que tiene que realizar una vecina del barrio de San Pedro que transita habitualmente con su carro de la compra para dirigirse al Mercado Municipal de Bernardo Robles. «Cuando viene alguien me meto en un portal», señala al tiempo que expresa su perplejidad por el hecho de que la obra lleve «a medias» tanto tiempo. Es la única acera abierta en esta parte. La opuesta, a la que dan las traseras del palacio de los condes de Gómara y la entrada del antiguo Colegio San José, cerrado desde hace años, está totalmente bloqueada al paso desde que se iniciaron los trabajos de construcción del parquin.
Vivir en este lado de la calle Doctrina tiene también otras incomodidades como, por ejemplo, hacer una mudanza. Fue el caso del hijo de Miguel, que se trasladó este verano. «Los operarios no sabían por dónde meter los muebles», insiste. Pero lo que más le preocupe es la propia estabilidad de la calle que, en la parte que a principios de agosto de 2023 se desmoronó por el efecto de las obras, se encuentra apuntalada. «Tiene peligro para los edificios, los cimientos se pueden resentir», asegura. Un parche de hormigón cubre actualmente el espacio que quedó al aire, tan sólo 76,6 centímetros (un par de baldosas) a la altura del centro de estética de Ana María Valtueña. «La obra ha sido desde el principio un despropósito», recalca, al tiempo que señala que apenas se dejó espacio entre los pilotes secantes de 45 centímetros de diámetro que perimetran la estructura del aparcamiento subterráneo y la antigua acera. Aquella semana en la que se desplomó el suelo «tuvieron que traerme en volandas a una clienta», recuerda con estupor Valtueña. La reclamación que interpuso Vicente Sanz por estos hechos, asegura, aún no ha sido atendida. Aunque más que la indignación pesa el hastío. «Estamos aburridos de ver esto así», añade Mari Carmen apoyada en su andador. «Voy a morirme sin ver esto acabado», afirma con una sonrisa no exenta de tristeza. Los comerciantes afectados temen tener que llegar ya al extremo del cierre. La situación es para ellos insostenible. Pensaban que lo peor de las obras de construcción del parquin serían los ruidos y el polvo generado. Ver todo parado y tener «esto así», es mucho peor, afirma Miguel. «¿Qué pensaría si esto mismo lo tuviera usted en su calle?», interpela.
El Ayuntamiento de Soria espera que una vez retomadas las obras, tras las Navidades puedan «agilizarse los trabajos» e ir avanzando en la construcción subterránea. En cualquier caso, mantiene el Consistorio, entienden y respetan todas las quejas de los afectados. «Pedimos disculpas», insisten fuentes municipales.
Los vecinos de Doctrina están hartos de las obras del parquin - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezLa 'tapa', sin adjudicar. La conclusión de las obras de vaciado del terreno y construcción de aparcamiento no son las únicas que restan en esta parte de la calle Doctrina entre los números 2 al 12. Una vez que estas terminen, tendrá que colocarse 'la tapa', el remate superior de la infraestructura. Sin embargo, el Ayuntamiento aún no ha podido encargar la (futura) obra a ninguna constructora. El adjudicación del contrato de pavimentación y calmado del tráfico en la zona, por un importe de 902.097 euros, quedó desierta el pasado 3 de enero.
La 'tapa', también bajo diseño del arquitecto Francisco Javier Ceña Jodra, persigue la «peatonalización máxima del área incluyendo las conexiones con los niveles inmediatos a Doctrina, Calixto Pereda, plaza Ramón Ayllón y San Miguel de Montenegro», reza el pliego de condiciones técnicas de dicho proyecto. Dado que éste se incluye dentro de la estrategia municipal para fomentar las bajas emisiones contaminantes, se calcula que, una vez concluido el aparcamiento y la pacificación del tráfico en este entorno, se conseguirán evitar en un 75% en este espacio.
Lo de menos es cómo quede. «Lo único que pido es que empiecen ya y acaben cuanto antes», concluye Ana María Valtueña. En su caso, una vez concluyan los trabajos no le quedará más remedio que sustituir algunos elementos de la decoración exterior de su local.
Los vecinos de Doctrina están hartos de las obras del parquin - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezEl polvo levantado durante los meses que la obra estuvo activa ha dañado parte de la carpintería metálica, sostiene. «Que acaben», reitera mirando fijamente la valla de aluminio que se ha convertido en su única vista de la calle.