Cuando en el siglo XIX los ingleses inventaron ese deporte que consistía en trasladar la pelota de un lado a otro del campo sin usar las manos, pero en ese momento sin pasarla, al más puro estilo rugby, creyeron que su condición de creadores les elevaría para siempre a un dominio sin paliativos en el mundo. Sin embargo, bien entrado el siglo XXI esa condición no se ha cumplido ni de lejos. Con solo el triunfo en 'su' Mundial, en 1966, en sus vitrinas, la selección británica no puede presumir de tener el palmarés más destacado. De hecho, este verano intentará adjudicarse la primera Eurocopa de su historia, un torneo que desde 1960 le ha dado la espalda una y otra vez. Pero, estos próximos meses, Gareth Southgate tendrá que jugar al 'tetris' en el centro del campo, por toda la materia primera y talento que tiene en esa posición y por su perfil conservador.
Cole Palmer, Phil Foden, Conor Gallagher, Jack Grealish, Mason Mount, James Maddison, Eberechi Eze, Jude Bellingham, James Ward-Prowse... y alguno más se podría mencionar en una larguísima enumeración de centrocampistas que poseen una destreza sin igual en sus funciones.
Con estos nombres, y algunos más en otras demarcaciones, Inglaterra sería, indudablemente, favorita para la Eurocopa de Alemania, pero el lado más 'amarrategui' de su preparador quizá está restando posibilidades a su combinado de ser una cosa distinta a la que él quiere dibujar.
El técnico de Watford no negocia un sistema que no presente un doble pivote en la medular, una consigna que resta muchas opciones a futbolistas más creativos como los anteriormente mencionados. Con Declan Rice como 'ancla' asegurado, casi todo pasa por su acompañante, que en los últimos tiempos suele ser un Calvin Phillips que recientemente llegó al West Ham tras no jugar en el City, aunque eso no ha sido un obstáculo para que el entrenador del combinado nacional deje de confiar en él.
Sin el ex del Leeds en el once, ese puesto acompañando a Rice podría recaer, dentro de un 4-3-3 más ofensivo, para un Palmer que se ha erigido en el líder absoluto de un Chelsea que está intentando encontrarse a sí mismo este curso. A su lado, Bellingham no presenta debate alguno como titular.
A partir de ahí es donde llegan los problemas, ya que Harry Kane es fijo en punta y Bukayo Saka lo es como extremo por la derecha. Tan solo quedaría vacante el costado izquierdo, ubicación en la que Grealish parece perder fuerza ya que no está contando con tantos minutos con Pepe Guardiola este curso en los 'citizens'.
Con ese puesto libre, ahí podría hallar acomodo un Foden que, al contrario que su compañero de equipo, ha elevado exponencialmente su nivel de juego, aprovechando sobre todo la ausencia de Kevin de Bruyne por lesión en los últimos meses. El inglés puede partir por la izquierda, a pierna natural, para mezclar por dentro ganando el carril del ocho, pero Southgate no es demasiado amigo de las posiciones líquidas.
De hecho, la materia prima con la que cuenta el preparador británico le podría replantearse utilizar a Trent Alexander-Arnold como centrocampista, algo que ya ha hecho en alguna ocasión, pero en encuentros contra rivales de poco nivel. El lateral del Liverpool posee tanta calidad que podría jugar junto a Rice en la base de la medular para liberar su posición natural en favor de Kyle Walker o Kieran Trippier. Las posibilidades son infinitas en una selección que en el banquillo tiene un 'dique' que prefiere contener al talento en vez de darle rienda suelta.