La eterna dicotomía entre lo rural y lo urbano, la contraposición entre tradición y modernidad continúa ahí, desde los tiempos de La ciudad no es para mí a los de As bestas, de Rodrigo de Sorogoyen; de los de El disputado voto del señor Cayo, de Miguel Delibes, a Un amor o Los asquerosos, de Sara Mesa y Santiago Lorenzo, respectivamente. Ahora, eso sí, con nuevo concepto (la España Vaciada) y nuevas interacciones sociológicas como el hipsterismo. «La situación del medio rural es grave, pero hasta en la tragedia» hay momentos en los que abordar esta problemática pide «una mirada amplia, mente abierta y nuevos enfoques», insiste Iván Juárez, director de Promecal Soria. Surgió así este martes 12 de noviembre en el Espacio Santa Clara de la capital soriana Un hipster en la España Vacía, un coloquio organizado por El Día de Soria, en colaboración con la Fundación Castilla y León de las Cortes regionales, y moderado por Juárez, director del rotativo semanal, en el que, en tono distendido y desenfadado, los periodistas y escritores Daniel Gascón y Víctor Lenore, identificaron problemas y se plantearon posibles soluciones.

Fenómenos sociales como la pandemia de la covid-19 o la gentrificación y la crisis del acceso a la vivienda han vuelto la mirada de los habitantes de las grandes ciudades al medio rural mientras que la llamada España vaciada ha dejado oír cada vez con voz más contundente sus reivindicaciones contra el abandono institucional que hasta entonces habían sido ignoradas. Para Víctor Lenore, sanestebeño, crítico musical y actual jefe de Cultura del medio Vozpópuli, lo fundamental es que «irte de tu pueblo sea una decisión tuya y no una imposición» o que «no tengas que marcharte de la ciudad porque no puedes pagar el alquiler». Al margen de ello, insistió Daniel Gascón, autor del éxito editorial Un hipster en la España Vacía que dio título al concurrido encuentro en Santa Clara, «España ya no es el país incomunicado que fue en otra época». Las infraestructuras viarias y las autopistas de la información, con internet a la cabeza, han contribuido a diluir las fronteras y hacer más cercano y permeable lo rural y lo urbano posibilitando una retroalimentación simbiótica que, en el caso del protagonista de su novela, procura no pocas situaciones cómicas. 

«En el estudio de los fenómenos sociales cabe también el humor, que es una cosa muy seria en todas sus vertientes», indicó el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, para el que «el eje izquierda-derecha comienza a ser insuficiente para explicar la complejidad del mundo en el que vivimos», apostilló. Pollán fue el encargado de dar la bienvenida a los presentes en un acto en el que se habló de cultura, de música, de medios de comunicación, de la  adaptación de ambos 'mundos' y, en un ambiente agradable y distendido, se elevaron una serie de recomendaciones a los políticos allí congregados, desde el presidente de la Diputación Provincial, Benito Serrano, o la delegada territorial de la Junta de Castilla y León, Yolanda de Gregorio, a alcaldes y concejales de las principales localidades de la provincia. Lo principal, sostuvieron Gascón y Lenore, es que se «escuche a la gente», prestar atención y «ver lo que interesa», no tratar de enfrentar lo rural y lo urbano, sino tender puentes. «En los años 60 y los 70 se hacían películas del que iba Madrid desde un pueblo y no sabía desenvolverse. Ahora es al de ciudad que se va a un pueblo al que le ocurre. Lo que es curioso es que casi todos descendemos de un entorno rural», añadió Gascón. 

A debate, lo rural y lo urbano con humor - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez MartínezPrecisamente con ese ánimo y, desde el humor, nació la novela Un hípster en la España vacía, recientemente adaptada al cine, y su continuación, La muerte del hípster. Ambas obras de Daniel Gascón nacieron de sus vivencias infantiles en los años 90 distintos pueblos (su madre es médico rural) y de su posterior establecimiento en una gran ciudad. «Me imaginé a uno de estos hipster con una ideología ecologista y feminista muy marcada» en ese ambiente rural que conoció bien, relató durante el encuentro. Para Víctor Lenore «la bajada a los pueblos» ha supuesto una particular «bajada de humos» para muchos urbanitas. La literatura, el cine, pero también los medios de comunicación nacionales aunque «los medios locales lleven 17 años hablando de estos temas», comentó con resignación Gascón, han comenzado a interesarse tambien por lo rural desde una nueva óptica, al tiempo que los núcleos rurales se modernizan. 

En el acceso a la cultura ahora no hay limites, insistió Lenore, aquel chico que hace 30 años iba con los cascos escuchando música por San Esteban de Gormaz resultaba algo «exótico». «En países como Francia se usa para distinguirse de los demás, como signo de estatus» social, en España, indicó, prima la democratización de la misma y, en el caso de la España Vaciada, como una oportunidad de dar vida de nuevo a sus poblaciones de la mano de eventos o festivales como el Boina Fest, que todos los años cudriplica los habitantes de Arenillas, un ejemplo que destacó el director de El Día de Soria. 

En cualquier caso, indicó Lenore, los festivales musicales de verano deberían ser algo más «que una sobredosis de tres días» y servir para ayudar a construir una programación cultural estable también a lo largo de todo el año, así como para incentivar el surgimiento de una cantera de artistas locales. 

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