Las calles de Magaña cualquier tarde de enero están desiertas. Y eso que, en esta ocasión, la temperatura es primaveral. Es la foto fija de cualquier pueblo de la Soria despoblada. Porque vacía no está. En el municipio (del que también forman parte Villarraso y Pobar) residen de forma continua una veintena de personas, aunque son 67 los empadronados (según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística -INE-). «Los meses malos son enero y febrero», advierte el alcalde, Fernando Marín. A partir de marzo, cuando los huertos ya exigen movimiento y, en particular, desde Semana Santa, es cuando la localidad se reaviva. «Así que cualquier actividad en invierno me interesa, cualquier iniciativa que informe, ayude y entretenga. Si vienen siete u ocho pues es muy importante, porque es gente que mantiene el pueblo todo el año», destaca el regidor. Lo cuenta minutos antes de que comience un taller para entender una factura eléctrica, promovido por Cruz Roja Soria en el marco del programa 'Reto 1213'. Hasta Magaña se desplazan Natalia Fernández, una de responsables de este plan, y Ángel Fernández, que imparte la charla. Y es que Magaña es uno de los 104 municipios de menos de 100 habitantes de la provincia que son objetivo de Cruz Roja en esta apuesta dirigida a 1.213 términos españoles con un padrón similar.
«El proyecto seguirá siempre porque es a través del voluntariado. Intentamos captar voluntarios en los pueblos para que ellos sean los que dinamicen, que organicen talleres... pero en Soria la gente es muy mayor y quieren que vayas tú, una vez al mes. Porque así salen de casa y se entretienen», admite Natalia Fernández al referirse a las dificultades para involucrar a los vecinos en esta tarea.
De la primera visita a Magaña ya surgió la propuesta de este taller sobre el recibo de la luz y la intención es continuar con otras actividades para conseguir, finalmente, el compromiso de algún habitante en el voluntariado. «Esto es una labor de iniciación para crear los grupos, para ver dónde hay gente y dónde, no», matiza.
El programa 'Reto 1213' arrancó en la primavera de 2023 en la provincia de Soria. Por ahora, las 104 visitas se han saldado con una veintena de talleres de eficiencia energética, creatividad, repostería... Y ya disponen de voluntarios en Dévanos, en Valdelagua del Cerro, en Santa María de las Hoyas... está a punto de dar el paso una vecina de Fuentes de Magaña, otra de Blacos... «Hay pueblos con gente dinámica, con ganas de hacer cosas, y en otros es inviable. También algunos cuentan con una asociación que ya hace muchas cosas y no ven la necesidad», asume Natalia.
PARTICIPACIÓN. Finalmente, son siete los que se presentan a la cita en el renovado y acogedor bar Buenaventura de Magaña (antiguas escuelas) donde se celebra la actividad. «Cuando vinimos en la primera visita, fue Jacinta quien nos pidió el taller», recuerda Natalia. Sin embargo, Jacinta, que lleva 24 años residiendo en el pueblo, no está por la labor, por el momento, de enrolarse como voluntaria rural de Cruz Roja. Tampoco lo descarta a futuro, ya que sabe lo que es. Rememora que recaló en Magaña, procedente de Bilbao «por el azar» y se refiere a su colaboración altruista con la Fundación Hogares de Magaña, que durante unos años se radicó en el pueblo y estuvo dedicada al trabajo con menores y familias en riesgo de exclusión social. «Ya me he jubilado [...] Ahora no puedo sumarme como voluntaria. Pero hay tiempo para todo, quizás en otro momento [...] Este taller me parece genial, por lo menos aprendemos algo», considera.
Intercambia sus opiniones mientras toma un café con Armando, otro de los vecinos del pueblo que se ha interesado por conocer los entresijos de la factura de la luz. «Así nos vemos de vez en cuando, porque hay veces que no nos vemos en una semana y estamos al lado. Es una manera de salir. Soy nacido aquí y desde que me jubilé, aquí vivo. Antes, alguna vez, me tocaba atender el bar. Esto me parece bien, es una forma de socializar. Se trata de convivir», significa.
Desde hace casi dos años, Toñi regenta el bar del pueblo. Con motivo del taller, esta tarde ha adelantado la apertura del establecimiento hostelero. «Soy de un pueblo de 12.000 habitantes de Huelva. He vivido en Cataluña, en Canarias, en Extremadura y después, aquí», contextualiza.
Solo cierra los martes, el resto de la semana abre por la mañana y por la tarde, y ofrece menú del día. Como en cualquier barrio o localidad, el bar es el punto de reunión de los lugareños. «Cuando se cierra el bar en un pueblo, es un cementerio», sentencia Toñi, que pone de manifiesto las carencias de servicios que se ha encontrado en la Soria remota y despoblada, algo que, reconoce, le ha llevado a dudar sobre su permanencia en Magaña. «En algún momento, claro que he pensado qué hago aquí porque no hay servicios», abunda.
La convocatoria del taller de Cruz Roja Soria estaba abierta también a los vecinos de Fuentes de Magaña. Pero solo Angelines se ha animado a desplazarse. «A mí me gusta que me enseñen cosas prácticas, útiles», aduce. Vive entre Soria capital y su pueblo, donde residen todo el año unas 25 personas (53 censados).
En Fuentes de Magaña, avanza Natalia Fernández, todos los jueves de febrero ya están programadas actividades de creatividad.
LO QUE BUSCA EL RETO. La esencia del proyecto 'Reto 1213' es que sean los voluntarios los que organicen las actividades para generar comunidad. En el primer recorrido realizado por los 104 pueblos sorianos de menos de 100 habitantes se han observado las necesidades de sus habitantes. «Hablamos con ellos y les explicamos que es un programa que parte del voluntariado, que siempre tendrán nuestro apoyo [...] Por ejemplo, en verano, cuando el medio rural está lleno, nosotras casi no hicimos visitas porque agosto no es la realidad de los pueblos y menos de los de Soria», cuenta Natalia.
La soledad no deseada de la que tanto se habla en distintos foros también sale a relucir en este diagnóstico inicial que las promotoras de 'Reto 1213' en Soria han concluido. Pero no es aislamiento, ya que, si algo es singular de la vida rural es la responsabilidad vecinal. «Aunque el carácter sea más o menos abierto, saben a qué hora levantas la ventana, si has salido o no a por el pan... están pendientes unos de otros. Lo que se ve es una soledad más personal, más hacia adentro, porque entre ellos se cuidan», explica.
Así las cosas, en el marco del objetivo de emisiones cero que Cruz Roja ha establecido para el año 2030, Ángel Fernández imparte este taller que desgrana el recibo eléctrico. «Nadie conoce el significado de la factura de la luz, pero no hay más desconocimiento en los pueblos», subraya. La clase arranca siendo genérica y avanza hacia la atención personalizada a cada uno de los participantes.
La actividad comunitaria no termina con las aportaciones informativas sobre ahorro en el consumo energético. «Siempre nos quedamos más para compartir un rato distendido con ellos», finaliza Natalia.
OBJETIVO. A finales de enero, Blacos acogió un taller sobre repostería marroquí en el que participaron 21 mujeres procedentes de Rioseco de Soria, Valdenebro, Torreblacos y Blacos. Shaida Namir, voluntaria de Cruz Roja en la capital soriana, fue la encargada de impartir la clase. Y esa es la esencia del 'Reto 1213', que sean los voluntarios los que organicen la actividad para construir comunidad. En definitiva, para dinamizar esos pueblos de menos de 100 habitantes.
«Van a hacer una actividad al mes, cada vez en un pueblo, porque sea ha creado un buen grupo. Hay una vecina de Blacos, médico jubilada, que está interesada en ser voluntaria», relata Natalia Fernández.
Asimismo, ya hay talleres de creatividad programados en Santa María de las Hoyas (7 de febrero); en Fuentes de Magaña habrá actividad cada jueves de este mes; el día 19, en Narros se impartirá una clase sobre mosaicos; y el día 29, Rioseco de Soria acogerá el taller de eficiencia energética.
En resumen, el 'Reto 1213' trata de implicar a voluntarios en los pueblos, impulsar procesos de autogestión y fortalecer la capacidad social.