El Ejército ruso se ha hecho con el control, en las últimas horas, de la pequeña localidad ucraniana de Krokhmalne, en la frontera entre las regiones de Járkov y Lugansk, en el noreste del país, tras una operación que ha obligado a las fuerzas ucranianas a retroceder a posiciones defensivas, según constató poco después la autoridad militar de Ucrania.
Los rusos han entrado en la localidad como parte de su ofensiva hacia Kupiansk, en Járkov, ahora mismo bajo asedio ruso, según ha explicado el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
Por su parte, el responsable de medios de las Fuerzas Terrestres de Ucrania, Volodimir Fitio, ha confirmado la retirada de las fuerzas ucranianas de la zona aunque ha restado importancia a la pérdida de la ciudad.
"Krokhmalne era un asentamiento donde vivían 45 personas antes del inicio de una guerra a gran escala. Vamos a decirlo claro: eran cinco casas, y todas ellas fueron destruidas por el agresor ruso", ha indicado en comentarios recogidos por el magacín Dzerkalo Tyzhnia (Espejo Semanal).
"Nuestro objetivo es salvar las vidas de los defensores ucranianos y por ello recibieron orden de trasladarse a las posiciones de reserva que tenían preparadas", ha añadido.
El portavoz entiende así que la retirada de Krokhmalne es un "fenómeno temporal" porque el frente del este de Ucrania "cambia todos los días". "Nosotros no informamos de capturas o avances de cien o doscientos metros, pero parece que los propagandistas rusos sí están obligados a hacerlo", ha zanjado.