La Santa Sede en sus manos

Agencias
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Por su cargo de camarlengo del Vaticano, el cardenal Kevin Farrell deberá gestionar la institución hasta que se elija un nuevo Papa

Farrell selló ayer los apartamentos de Francisco tras haber constatado horas antes su muerte. - Foto: EFE

Fue su voz la que el pasado lunes pronunció unas palabras que ya forman parte de la Historia: «A las 5 de esta mañana, el Obispo de Roma, 7,35 Francisco, regresó a la casa del Padre». Y sus manos las que ayer mismo sellaron de los apartamentos del Papa, tanto en la Casa Santa Marta -donde vivía-, como en el Palacio Apostólico -donde tenía su oficina de trabajo-. Y es que estas son dos de las funciones del camarlengo del Vaticano, cargo que ostenta el cardenal irlandés Kevin Farrell, ex legionario de Cristo, y que durante el período conocido como Sede Vacante tendrá sobre sus espaldas toda la gestión del Vaticano.

Tras certificar la muerte del Pontífice, algo que también le correspondió a él según dicta la constitución apostólica Universi Dominici Gregis y la Praedicate Evangelium, promulgada el 19 de marzo de 2022 por el Papa Francisco, será el prelado irlandés quien dirija todo el procedimiento del traslado del féretro a la basílica vaticana para la exposición a los fieles, que arranca hoy a las 9 de la mañana. También se encargará de todos los detalles del funeral que seguirá, además, el guion aprobado por el argentino que introdujo varios cambios.

No habrá acabado su misión al término de esta ceremonia, ya que el camarlengo debe supervisar los procedimientos del cónclave y garantizar que todo lo que sucede en la Capilla Sixtina permanezca en secreto. En la práctica, debe garantizar que los lugares donde se desarrolla la votación permanezcan cerrados y que nadie entre en ellos sin autorización.

Asimismo, durante el período de Sede Vacante, se ocupa también de toda una serie de tareas administrativas y, en general, es responsable de todos los bienes y derechos temporales del Vaticano hasta que se elija un nuevo Papa. 

Salamanca

Kevin Farrell nació el 2 de septiembre de 1947 en Dublín, Irlanda, en el seno de una familia católica con cuatro hijos. Su camino religioso comenzó en 1966 con el noviciado en los Legionarios de Cristo y estudió sus Humanidades Clásicas en el centro que la congregación tenía hasta fechas recientes en Salamanca. Fue ordenado sacerdote en Roma, donde se había licenciado en Teología, el 24 de diciembre de 1978.

Comenzó a desempeñar su actividad pastoral en México, donde le tocó trabajar de cerca con Marcial Maciel, fundador de los LEgionarios de Cristo que, décadas más tarde, fue apartado por el Papa Benedicto XVI por sus conductas deshonestas y por casos de abusos sexuales. El propio Farrell abandonó esta institución en 1984.

Tras su paso por el país azteca, aterrizó en Estados Unidos al ser nombrado obispo auxiliar de Washington donde permaneció hasta que fue designado obispo de Dallas. Farrell, que posee también la nacionalidad estadounidense, fue creado cardenal en el tercer consistorio convocado por el Papa Francisco, en noviembre de 2016, y fue nombrado camarlengo en 2019, tras la muerte del prelado francés Jean-Louis Tauran. También es el prefecto del nuevo dicasterio de Laicos, Familia y Vida, y preside el Tribunal de Casación del Estado de la ciudad del Vaticano, así como el Comité de Inversiones del Vaticano, órgano responsable de garantizar el carácter ético de las inversiones mobiliarias de la Santa Sede.