Lleva razón el portavoz parlamentario del PP, Borja Sémper cuando afirma que "Me cuesta mucho, a veces, entender la política española como para dar lecciones sobre la francesa", y más después de los enrevesados resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas que han dado la victoria al Nuevo Frente Popular, la unión de los partidos de izquierda, que ha frenado en seco a la ultraderecha de Marine Le Pen, y ha dejado en segundo lugar a los redivivos liberales macronistas. Habrá que seguir con detenimiento como digieren los datos los dirigentes franceses, sobre todo en la mezcolanza que supone el NFP que reúne a comunistas, socialdemócratas, verdes y a los potentes 'insumisos' de Melenchon, y a quien designan candidato para que sea primer ministro en el nuevo periodo de cohabitación que se abre en Francia.
No se trata de dar lecciones a los franceses que, al menos en lo esencial, han hablado claramente sobre lo que no quieren, que la ultraderecha llegue al poder en Francia y para ello han tejido un cordón sanitario contra el Reagrupamiento Nacional. Ese es el mensaje primordial y lo que ocurra a partir de ahora hay que dejarlo a la habilidad y compromiso de los políticos franceses, que han de demostrar que han entendido el mensaje de las urnas, y que no pueden decepcionar a unos votantes que en muchos casos han tenido que sacrificar sus ideas personales para salvaguardar los valores republicanos
El asunto es al revés: se trata de estudiar qué lecciones que los comicios franceses pueden ser aplicables a la política nacional. La primera es confirmar que sin unidad no hay posibilidad de que la izquierda llegue al poder o lo conserve. En España está lejos el momento de que sea necesario un nuevo frente popular que aúne a toda la izquierda, pero sí es preciso que la izquierda del PSOE abandone el cainismo y el divisionismo y se presente en una candidatura única…, y que luego traten de minimizar las peleas internas. Es lo que le toca a la izquierda francesa, que además va a necesitar de acuerdos con los macronistas para garantizar la gobernabilidad y no generar más desafección y dudas entre la ciudadanía que les llevado al poder, porque el cordón sanitario se puede debilitar.
Para Pedro Sánchez la lección francesa es evidente, la unidad de la izquierda puede frenar a la ultraderecha y se congratula de los resultados electorales en Gran Bretaña y Francia y por haber sido el primer país importante de la UE que impidió que la ultraderecha de Vox llegara al Gobierno, después de que accediera a los gobiernos autonómicos y municipales de mano del PP.
Quién tiene que aclarar cuál es la lección que saca de las elecciones francesa es el Partido Popular que habla, por boca de Sémper, de que los resultados han dejado "una ventana de esperanza" ¿A qué se refiere? ¿A que tienen posibilidades de gobernar sin Vox? ¿Qué ofrecerían una gran coalición a los socialistas "clásicos"? ¿Todos los dirigentes del partido estarían de acuerdo? "El centro político debe unirse para evitar que los extremistas dirijan su futuro, ha dicho el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, refiriéndose, claro, a la UE, porque ese discurso no se compadece con sus pactos en España con Vox, Un socio, que se revuelve contra los resultados franceses y que junto a la ultraultraderecha le presionan para que acentúe el discurso xenófobo y antiinmigración..