A Daniel siempre le había gustado dibujar, pero nunca se lo había planteado en serio; le apetecía probar. Stefano es autodidacta y no sabía que, en realidad, el acrílico era la técnica que estaba buscando instintivamente. Paula, que empezó Bellas Artes y ahora estudia Fotografía, decidió volver a las artes plásticas tras una jornada un tanto surrealista que acabó con una invitación a la que no pudo resistirse: «Vente a pintar con nosotros». Isis Gayo y Azahara del Campo son las mentoras de un nuevo proyecto de La Casa de la Juana del Casino Círculo Amistad Numancia, en colaboración con la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Soria, una iniciativa que tiene como objetivo guiar, acompañar, asesorar y ayudar a jóvenes de entre 14 y 30 años de edad a crear una obra artística.
El programa, que comenzó en octubre y continuará hasta el próximo 9 de diciembre, surgió con la idea de «conectar» con una franja de edad que suele considerarse «difícil» desde el punto de vista de la participación y demostrar que el arte puede ser una (hermosa) herramienta de expresión y comunicación. «No queríamos hacer un taller al uso», insiste Azahara del Campo, y, en este sentido, le dieron vueltas a un formato en el que querían que los jóvenes se sintieran, sobre todo, respaldados, acompañados. Nacieron así estas mentorías artísticas en las que, en función de los gustos, intereses y sus propias aficiones, buscan que los participantes, tengan o no experiencia en la pintura o el dibujo, encuentren su propio camino y creen una obra. «La idea es dar herramientas de pincel para algo que está expresado de otra forma», indica Isis Gayo.
Y el resultado no se hace esperar porque, como asegura Isis Gayo, «desde sus propias cualidades es donde ves su talento». Enorme, insiste. En sesiones semanales de dos horas individualizadas, pero en grupo, el punto de partida fue conocer sus preferencias, «los tipos de imágenes que les gustaban para buscarles qué autores habían trabajando en torno a ellas», indica Del Campo. Sirviéndose de la red social Pinterest crearon un panel gráfico personal sobre el que se agregaron obras de otros artistas. «La idea es buscar los lenguajes, los referentes y hacer una obra», agrega. Estos puntos de referencia pasaban en el caso de los participantes por el manga y una querencia por el «digamos lado oscuro vampírico», señala con humor Gayo. Para ellos, en este sentido, ha sido un descubrimiento y una inspiración la obra de Luis Royo.
Ampliar sus horizontes, motivarles, es la base de este programa, pero lo que más le gusta a Isis Gayo «son las conversaciones personales que tenemos. Son jóvenes con muchas ganas de vida, de luz», asegura. Para ella y también para Azahara del Campo está siendo toda una «experiencia».
el inicio. Aunque, como todo principio, el arranque no estuvo exento de dificultad y, en este sentido, reconocen, les costó mucho encontrar la forma de dar a conocer y publicitar la iniciativa. Recorrieron los institutos de la capital en busca de jóvenes talentos y, aunque no en muchos hallaron el apoyo deseado, gracias al Departamento de Plástica del Politécnico encontraron a Stefano. «Yo soy autodidacta. Es la primera vez que hago un curso de pintura», confiesa. Para él ha sido todo un descubrimiento no sólo conocer referentes artísticos, sino también empezar a aprender técnicas pictóricas que, en realidad, buscaba por instinto. El acrílico, asegura, le ha abierto un mundo de posibilidades que pondrá al servicio de Jesucristo (Stefano es muy religioso), el personaje protagonista de su proyecto artístico.
Paula, por el contrario, no pintaba desde hacía años. Llegó a las mentorías de La Casa de la Juana del brazo de Isis Gayo. No pudo resistirse a su invitación. «Ese día me encontré en la calle con una señora a la que llevé al dentista. Fue la primera vez que vi cómo sacaban una muela a alguien que no conocía. Al salir me topé con Isis», señala. Puede parecer surrealista, pero fue determinante en su caso. No en vano su proyecto artístico está vinculado con la técnica del automatismo que iniciaron en el primer tercio del siglo XX los artistas del Surrealismo y a la obra de grandes pintoras como Leonora Carrington o Maruja Mallo. El caso de Daniel es diferente. No hubo que ir muy lejos para encontrarle, señala Isis Gayo. «Es una de las muchas cosas buenas que ha traído el Carnet Joven del Casino», explica. En estas mentorías artísticas ha encontrado «la perspectiva que dan los materiales» porque, como en el caso de Stefano, no había tomado nunca clases de pintura. Quizá por ello, asegura, «no me preocupa mucho lo expresivo. Lo que más me importa es lo que estoy aprendiendo», reconoce. Su proyecto artístico está inspirado en todo un clásico de la historia del arte: la contraposición entre el negro y el blanco.
Las obras resultantes de estas sesiones artísticas podrán verse a partir del 9 de diciembre durante una semana (en horario de 19.00 a 21.00 horas) un piso más abajo de la «sala elástica» de la Casa de la Juana en la que dan forma a los lienzos, en el salón Gerardo Diego del Casino. La exposición permitirá contemplar no sólo la obra final, sino también los bocetos y todo el proceso creativo que ha llevado hasta ella. Porque a lo largo de estas sesiones han podido confirmar el talento de estos jóvenes artistas en ejercicios como la realización de una versión personal de una obra ajena. «Todos eligieron cuadros súper complejos tenían su versión en dos horas», explica Azahara del Campo. «Ahí te das cuenta del talento y de la pasión que tienen, porque rellenar un lienzo de 60 x 1,20 metros no es fácil», agrega Isis Gayo.
versatilidad. La versatilidad de este tipo de mentorías artísticas permite que confluyan «diferentes puntos de partida», explica Del Campo, y que, paralelamente, puedan interaccionar y retroalimentarse.
En el fondo, señala Gayo, la mecánica del taller se resume en «qué quieres contar, cómo quieres hacerlo y pintarlo». Talento en estado puro, «un imaginario mental muy rico» y una excepcional y muy singular fuerza visual son las cualidades que Del Campo y Gayo han visto en sus alumnos y que han tratado de guiar convencidas de que el arte es una de las formas más potentes que existen de comunicación y autoexpresión.
A punto de concluir, desde la Casa de la Juana confían en poder volver a repetir estas mentorías artísticas en nuevas ediciones en colaboración con la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Soria. El balance es positivo y enormemente enriquecedor para ambas partes. «Le hemos dado muchas vueltas a cómo llegar a la gente joven», apunta Gayo, y ahora cuentan con más estrategias para animar a la participación. Así que desde la Casa de la Juana estarían encantadas de repetir.
La iniciativa es «la punta del iceberg» de toda la batería de iniciativas que están poniendo en marcha desde este espacio de creación artística, colaborativo y feminista, que comenzó su andadura en 2022 tras surgir la idea durante la pandemia de la covid-19. Desde la segunda planta del Círculo Amistad Numancia, Isis Gayo, Azahara del Campo, Miriam Tello y Cristina Ortega han concebido un espacio de diálogo entre creadores de distintas especialidades artísticas a través de la organización de actividades y eventos culturales o la impartición de cursos y talleres como el proyecto Lienzo en jarras, en colaboración con la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Soria, una acción reivindicativa en torno a la pintura, la palabra, el juego y el propio cuerpo que ha culminado en la creación de un gran lienzo de 2x10 metros.
«Esto no ha hecho más que empezar», indica con una gran sonrisa Isis Gayo. Y, en este sentido, un nuevo paso es brindar apoyo y guiar los pasos de nuevos jóvenes artistas.