Hoy habrá 49.000 espectadores en el Parque de los Príncipes (2.000 de ellos, aficionados azulgrana), 22 futbolistas sobre el césped, otros tantos en los banquillos, técnicos y 'staff', directivas… Y puede que, exceptuando a Xavi, a un par de miembros de la comitiva del Barça y a un puñado de los aficionados catalanes de más solera, el más culé de todos sea el entrenador de Paris Saint-Germain.
Luis Enrique Martínez (Gijón, 8 de mayo de 1970) es historia viva del Barcelona: futbolista durante ocho temporadas, capitán, icono reconocible en la eterna 'guerra' con el madridismo, técnico de éxito en el filial y de aún más éxito en el primer equipo, sigue siendo socio de la entidad siete años después de su salida…
Los férreos y eternos lazos entre 'Lucho' y el Barcelona se empiezan a tejer en la primavera de 1996, cuando Johann Cruyff le llama personalmente a Madrid. El neerlandés (que no le entrenaría en la 97/98, ya que fue despedido por Núñez) le convence. Todavía hoy no hay una respuesta clara al porqué de su salida gratuita al 'gran rival', ya que se trataba de una pieza clave para Fabio Capello, pero en su primer clásico con la camiseta blaugrana (1 de noviembre de 1997) su eufórica celebración en su gol en el minuto 50 y en la victoria final (2-3) dejaron claros sus colores: el '21' azulgrana le sentaba mejor.
De su etapa como jugador, destacan dos hitos (al margen de los títulos): ha sido el último jugador no criado en La Masía que ha portado el brazalete de capitán (lo hizo entre 2002 y 2004)… y, sobre todo, la ovación estruendosa de su último partido: el 16 de mayo de 2004, en un Camp Nou abarrotado, es sustituido por Overmars en el minuto 60. Atrás quedaban 300 partidos y 109 goles.
Luis Enrique no pierde el contacto con el Barça. Es más, lo estrecha con gestos como el de la final de la Champions de 2006 (la del título ante el Arsenal), donde no se ubicó con las personalidades en las zonas VIP del Parque de los Príncipes, sino en la zona de la afición, envuelto en una bandera del Barça. Ya en 2008, con el título de entrenador en la mano, firmó con el filial azulgrana… donde cuajó tres años inconmensurables: ya no solo por el ascenso a Segunda, sino por el tercer puesto logrado en 2011 (la mejor temporada en la historia del Barça B).
Su momento
El destino le tenía preparado el gran giro el 12 de mayo de 2014, cuando fue anunciado como el entrenador del primer equipo. «El líder soy yo», aseguró cuando le preguntaron por los supuestos 'caprichos' de Messi a la hora de elegir técnico. Realmente, de entrada tuvo que lidiar con dos conflictos: sentar a un mito como Xavi para darle galones a Rakitic (junto a Iniesta y Busquets) y un pulso con Messi y Neymar tras 'castigarlos' en Anoeta (y perder 1-0) por alargar sus vacaciones navideñas. 'Lucho' recondujo la situación para hacer que la 'MSN' hiciera disfrutar a todo el planeta-fútbol y lograra un triplete mágico en su primer curso (LaLiga, por dos puntos, al potente Madrid de Ancelotti; la Copa, al Athletic; la Champions, por 3-1 a la Juventus).
Siete días después de anunciar su marcha (1 de marzo de 2017), Luis Enrique vivió el partido más especial de su etapa en el banquillo azulgrana (y un guiño del destino al duelo de esta noche): el 6-1 sobre el Paris Saint-Germain. «Si ellos nos metieron cuatro, nosotros podemos meterles seis», había dicho antes del partido.
Ya fuera del Camp Nou, como seleccionador, los guiños continuaron: fue el que hizo debutar a Ansu, Pedri, Balde, o el que aguantó el chaparrón por hacer debutar y darle galones de titular a un recién llegado como Gavi. Su historia es la de un culé de corazón que esta noche tal vez haga por dentro (celebrar o lamentar) lo contrario de lo que esté haciendo hacia afuera.