Las asignaturas pendientes de Petro

EFE
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En los dos años que le quedan en el poder, el presidente de Colombia deberá hacer los cambios sociales con los que conquistó al electorado, todo un reto dado el clima político y su pérdida de popularidad

El dirigente, en la toma de posesión del cargo en agosto de 2022 - Foto: Reuters

Gustavo Petro tomó las riendas de Colombia en 2022 con la promesa de erigir su Ejecutivo como el «Gobierno del cambio». Sin embargo, sus compromisos se han acabado desdibujando en la primera mitad de su mandato al no conseguir el acuerdo nacional para aprobar sus reformar y trazar los cambios sociales con los que conquistó al electorado, lo que se ha traducido en la pérdida de popularidad del presidente.

Los desafíos que tiene por delante para los próximos dos años son muchos. Por eso, en su discurso de instalación del nuevo período de sesiones del Congreso, el pasado 20 de julio, el dirigente propuso un «pacto político (...) para que acordemos las reformas» y pidió a la Cámara hacer una apuesta por «la tarea de concertar los cambios, no los anticambios».

«El principal reto del presidente Petro es lograr gobernabilidad y eso se logra a través de consensos», afirma Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. Esas condiciones las necesita para avanzar en medidas que no salieron adelante en la anterior legislatura, como las de la salud, laboral, de servicios públicos y de la educación, pilares del que puede ser su legado político.

Pero para conseguir sus propósitos, tendrá que buscar acuerdos en un Congreso en el que no tiene mayorías y que en el caso del Senado es presidido por el opositor Efraín Cepeda, en tanto que las riendas de la Cámara de Representantes las tiene Jaime Salamanca, elegido con el apoyo de Petro.

Baja aprobación

Petro, primer gobernante de izquierda en Colombia, acaba de superar el ecuador de su Presidencia con la popularidad erosionada y una aprobación de su gestión del 34,6 por ciento, según una reciente encuesta de la nación latinoamericana.

El mismo sondeo señala que dos años después de su llegada al poder, solo el 29,4 por ciento de los consultados considera que el país va «por buen camino».

Eso se debe a diferentes factores, como la baja ejecución de su Gobierno y la consecuente falta de resultados, el deterioro del orden público en varias partes del territorio y los problemas de corrupción que involucran a miembros de su Gabinete como en el caso de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD).

Para Carlos Enrique Moreno, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, el momento político de Petro hará más tortuoso el trámite de los proyectos del Ejecutivo. «Estamos en la segunda parte del Gobierno de Petro y la favorabilidad del presidente no es muy buena, gran parte del Congreso va a comenzar a ser mucho más crítico ante los proyectos de ley», asegura.

En esa dirección, añade, los legisladores van a ser más exigentes «no solo por los hechos de corrupción, sino porque estos políticos van a comenzar a pensar cómo se van a ver en el siguiente año, si van a ser relacionados (por el electorado) con personas que apoyan el actual Gobierno o si se diferencian y son críticos» con él.

En la legislatura pasada, el Ejecutivo logró, después de salvar muchos obstáculos, aprobar 20 proyectos de ley y otros 15 siguen pendientes de debate. El principal triunfo fue la reforma de las pensiones, pero fracasó con las de la salud y la educación, mientras que la laboral seguirá su tránsito legislativo. También logró la aprobación de la Ley Estatutaria de Jurisdicción Agraria, que se ocupará de resolver los conflictos del campo, origen de la violencia en Colombia, y de la ampliación del cupo de endeudamiento público en 17.607 millones de dólares, necesarios para hacer frente a los compromisos de la deuda.

La sombra de la reelección

En este nuevo período, según González, el mandatario seguramente continuará negociando apoyos individuales en la Cámara de Representantes, pero en el Senado lo tendrá más complicado por estar presidido por un opositor.

Del ambiente político dependerá también que Petro siga adelante, o no, con la idea de convocar un asamblea constituyente para hacer cambios más profundos en el país, o de que se reviva la figura de la reelección presidencial, alentada por algunos de sus partidarios.

La senadora Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, coalición que apoya al dirigente, ya avanzó hace semanas que está listo el proyecto de acto legislativo para restablecer la reelección. Y, ante ese anuncio, el presidente del Senado advirtió: «No veo ambiente para una reelección presidencial. Debemos ocuparnos de temas que le interesen al país y que no polaricen». 

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