Asunción Cuesta, precursora del turismo rural

APL
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La hostelera cuenta como fueron los inicios del sector en la provincia de Soria, que pasó de cuatro a 200 establecimientos en poco

Asunción Cuesta, precursora del turismo rural

Asunción Cuesta Martín acaba de ser homenajeada por la asociación Tursoria tras 28 años dedicada al sector del turismo rural y por haber sido una de las principales impulsoras en la provincia. Recuerda para El Día de Soria los comienzos de un sector que «nada tiene que ver con el de ahora», porque se quería «vivir como en un pueblo» (sin quejarse del ruido de las gallinas o de las campanas o del paso de tractores) y participar en tradiciones como las matanzas y la vendimia; aunque desde 2008, con la primera crisis, la clientela ha evolucionado a despedidas de solteros, para cumpleaños... que tan solo piden las llaves y no precisan más 

En su caso, aprendió de iniciativas que ya se ponían en marcha en Galicia y Navarra y en cursos que les ofrecían. «Nos presentaban las primeras ayudas disponibles para estos establecimientos, con la idea de que se dedicaran a ello personas relacionadas con la agricultura, que fuera algo complementario», explica agradeciendo el apoyo de la Junta de Castilla yLeón desde esos momentos.

De esta manera, Asunción, más conocida por Maruchi por sus amigos, al vivir en una «casa de labor», decidió arreglar la parte de abajo, lo que correspondía a las cuadras y los pajares, y puso en marcha la casa rural El Robledal I, con dos habitaciones, un año, un salón y una cocina. En total, invirtió 1.800.000 pesetas y recibió de subvención el 30%. A los dos años abrió la Escuela Española de Caza, por lo que fue un impulso para este tipo de establecimientos.  También influye elCamino del Cid y estar en la zona de la DO Ribera del Duero. Más tarde, decidió transformar la cochera para tractores en una nueva casa rural, El Robledal II, para la que recibió un 41% de subvención por parte de la administración autonómica. Los pioneros crearon la asociación Soria Rural, que pasó de cinco a 200 miembros en poco tiempo e incluso creó una central de reservas.

reinventarse. Ella sí que es de la opinión de que el turismo rural mantiene con vida a muchos pueblos, «al menos en el mío sí que ha sido así», sobre todo reinventándose. Yrecomienda que para poner en marcha un establecimiento de este tipo, «hay que tener las cosas muy claras y empezar haciendo las cosas bien para hacer una inversión fuerte». No es partidaria de escatimar ni de subir precios. Sobre el futuro del sector, espera que «no pete» y que se controlen más los establecimientos ilegales y se siga diferenciado el turismo rural de calidad frente apartamentos y hostales. Maruchi sigue pendiente sus huéspedes, algunos de ellos clientes fijos desde hace muchos años, a los que acerca leña y pan y aconseja rutas por los alrededores y la provincia.