Es una realidad: el cambio climático impacta directamente sobre la disponibilidad de los recursos hídricos, con episodios meteorológicos extremos como inundaciones o sequías cada vez más frecuentes. La gestión del agua se halla en un momento crucial. Es necesario dar el impulso definitivo hacia un modelo circular que permita depender cada vez menos de la lluvia, diversificar las fuentes de abastecimiento y salvaguardar este recurso natural insustituible para la vida y el planeta.
El Día Mundial del Agua, que se celebra este 22 de marzo, subraya este año, bajo el lema Agua para la paz, el papel de este recurso como elemento fundamental en la estabilidad y el progreso de las sociedades. Precisamente esta cooperación entre comunidades y países resulta esencial a la hora de garantizar el acceso al agua y saneamiento universal para todas las personas, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 establecido en la Agenda 2030.
Regeneración
Frente a este desafío, se evidencia cada vez más la necesidad de impulsar la regeneración. En el caso del recurso hídrico, se trata del tratamiento avanzado del agua residual que permite reutilizarla con todas las garantías de calidad, con el fin de devolverla a la naturaleza o emplearla en nuevos usos como la agricultura, el riego de zonas verdes, la limpieza de calles en las ciudades o para las distintas industrias.
Aquona, empresa del grupo Veolia -referente mundial de la transformación ecológica con soluciones en agua, energía y residuos y presente en más de 130 municipios de Castilla-La Mancha y Castilla y León-, integra los principios de la economía circular en sus actividades, con las nuevas tecnologías, la digitalización y la colaboración público-privada como palancas.
Ecofactoría de Palencia con los gasómetros al fondo.La apuesta de Aquona por la economía circular y la transformación ecológica para minimizar los efectos del cambio climático se materializa en las plantas de tratamiento de agua, instalaciones que avanzan hacia la autosuficiencia energética. En concreto, la compañía ha instalado placas solares fotovoltaicas en 17 plantas de tratamiento de agua que, además de abastecer de energía a la operación de la planta, evita emisiones de gases de efecto invernadero. Sólo en el último año, la empresa ha evitado la emisión de más de 1.500 toneladas de CO2 gracias a esta producción de energía.
Además, la innovación y la digitalización son elementos cruciales para Aquona a la hora de dar una segunda vida a los recursos. La circularidad del agua encuentra un buen ejemplo en la planta de depuración de aguas residuales de la localidad burgalesa de Briviesca. Allí, se somete el agua depurada a un tratamiento terciario con membranas de filtración, el cual ha conseguido una reducción muy importante de la huella hídrica que dejan las industrias. La cifra total de agua regenerada en las instalaciones que la empresa gestiona supera los 969.900 metros cúbicos de agua, lo que equivale a la capacidad de unas 390 piscinas olímpicas.
Además, las depuradoras son escenario de revalorización de residuos. Y es que Aquona destina el 100 por ciento de los lodos producidos en el proceso de depuración a la agricultura, con el fin de darles un segundo uso y contribuir así a la transición hacia el modelo circular de la gestión del agua.
Sin ninguna duda, el referente más consolidado en cuanto a transición ecológica y lucha contra el cambio climático en el sector del agua de Castilla y León es la depuradora de Palencia que, gracias al compromiso de Aquona y el Ayuntamiento de la ciudad, la economía circular ha evolucionado hasta convertirse en una ecofactoría. De hecho, la planta ya ha alcanzado un nivel de autosuficiencia energética superior al 60 por ciento, apoyándose en la generación de energía eléctrica a través del biogás producido en la depuración, así como en una importante inversión en instalación de placas solares fotovoltaicas. Estas se complementan con la adquisición de un nuevo motogenerador de mayor potencia que permitirá llegar al 100 por cien de autoconsumo del biogás obtenido en el proceso.