El Defensor del Profesor atiende cinco casos en Soria

A.P.L.
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Las situaciones más problemáticas son, según este servicio de la comunidad con sede en Salamanca, "falsas acusaciones y situaciones de amenazas, acoso y presión por notas"

El Defensor del Profesor atiende cinco casos en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Martí

El Defensor del Profesor atendió en el curso pasado (2022/2023) cinco casos en Soria, dos menos que el anterior, lo que supone el 7% de las intervenciones en Castilla y León, según el informe presentado recientemente. María José Martín, responsable de este servicio en Castilla y León, con sede en Salamanca, explica que tiene  carácter nacional y que funciona en cada comunidad. «Prestamos atención a profesorado que se encuentra ante situaciones de violencia y acoso en las aulas, el centro educativo e incluso en su entorno personal derivados de problemas con alumnos o padres, fundamentalmente», concreta.

Los profesores pueden ponerse en contacto vía telefónica (en el 655 555 187) o por correo electrónico (anpecastillayleon@eldefensordelprofesor.es), aunque también hay docentes que se acercan a la oficina en Salamanca. «En todo momento se mantiene el anonimato, por supuesto. Tras explicar las características del servicio, el docente describe armándose de valor lo que le está pasando o sufriendo, porque algunos están muy agobiados. A partir de ahí, lo que hacemos es recoger información, analizarla y valorar sus necesidades», comenta. Hay veces que tan solo consiste en apoyo psicológico, «un proceso de escucha para calmarse o recibir alguna pauta»; pero en otras se informa de la legislación respecto a protocolos de convivencia o de agresiones, incluso, y se ofrece asesoría jurídica. «También podríamos personarnos en un juicio pero, afortunadamente, en Castilla y León no hemos tenido casos así», añade la especialista del servicio.

CASOS

Sobre los casos de Soria, María José Martín no puede concretar, «porque esa persona puede sentirse identificada» al tratarse de una provincia con poca población. «Pueden sentirse mal porque son situaciones que a veces generan ansiedad, bajas de larga duración, problemas familiares y laborales...», apunta.

Por etapa educativa, los casos más numerosos corresponden a ESO, Bachillerato y FP; y, por problemas, los que son con padres (30 casos), con alumnado (22 casos) y otros (19 casos). «Tanto con el alumnado como con los padres, las situaciones más problemáticas son las falsas acusaciones y situaciones de acoso, amenazas y presión por notas», pero se están disparando casos relacionados con «problemas con la administración, con equipos directivos o con la inspección». Éstos últimos han aumentado considerablemente con respecto al curso anterior, debido al «cambio de política educativa» que ha implicado «un exceso de burocracia importante» para los docentes, «con un cambio de programaciones precipitado de un día para otro».

Estos casos están relacionados con la sobrecarga de trabajo pero la mayoría corresponden a situaciones como problemas de un profesor con una familia, que lo asume como parte de su trabajo y pide una sanción. «Pero si eso no se gestiona bien en el centro y el equipo directivo y la administración no le respaldan, al final el profesor ya no se queja. Y eso hace mella...», explica María José Martín, responsable del servicio.

Uno de los problemas más graves que recuerda se refiere a una falsa a denuncia a un profesor de Educación Física de la ESO. «Una niña está haciendo un ejercicio y, evidentemente, se va a hacer daño y el profesor lo ve y la coge. A ese profesor, con experiencia y que nunca ha tenido ningún problema, se le acusa de acoso y tocamientos, se hacen pintadas... Va a más porque ese profesor es padre de una alumna del centro, que no quiere ir al instituto y está llorando todo el día», comenta sobre la gravedad de las falsas acusaciones.

Además, la responsable del servicio advierte de un aumento de las bajas laborales, de 10 a 12 de un curso a otro, y «son más prolongadas». «No son por un ataque de ansiedad puntual de una semana, sino que una vez que se produce el incidente se extiende durante el curso entero», detalla. «A veces, como son menores, saben que no les va a pasar nada, por lo que hay que insistir en esa formación en valores en las familias, porque se están perdiendo. Puedes tener tus ideologías y tus creencias, pero lo importante es que vivimos en sociedad y tenemos que convivir todos. Ante un problema, hay que acudir al centro e informarse para llegar a un entendimiento», opina María José Martín.

COLABORACIÓN

Sobre las peticiones del Defensor del Profesor de Castilla y León, a nivel social, destaca «la necesidad de tener en cuenta que la educación está en manos de todos y tenemos que colaborar alumnos, profesores, familias, centros, administración... en el objetivo común de formar personas que van a ser el futuro de la sociedad». María José Martín, responsable del servicio, reclama a la administración los recursos humanos y materiales necesarios, «más orientadores y más atención a la diversidad de todo tipo, no necesariamente solo a niños con necesidades educativas especiales». Por eso, habla de «respeto» en «una sociedad con diferentes formas de vida y tipos de familia» y «formación en valores» en los propios hogares.

Igualmente, incide en «contribuir en la salud mental del profesorado» porque «a veces no es que no quiera, es que no tiene herramientas para afrontar los problemas a los que se enfrenta, incluidos los equipos directivos que, en muchas ocasiones, están impuestos y no tienen formación para estas situaciones». Para ella, es fundamental «el reconocimiento a la labor docente» y del profesor «como figura de autoridad».