En la provincia de Soria se registraron el año pasado un total de 275 matrimonios, la mayoría (197) ceremonias exclusivamente civiles, mientras que dos de cada diez cumplieron con el sacramento católico del matrimonio y el resto de uniones se produjo por otras religiones y procedimientos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Solamente en los meses de marzo, abril, mayo y junio de 2019 se formalizaron 88 enlaces, que supone un tercio del total, aunque los meses fuertes para la celebración de enlaces son julio (46), agosto (45) y septiembre (41), que suman casi la mitad del cómputo anual. Con el decreto del Estado de Alarma se esfumaron los sueños de decenas de parejas que tenían planes de boda para primavera. Solamente en el Ayuntamiento de Soria se han aplazado 16 fechas de boda concertadas desde el 21 de marzo al 20 de junio, mientras que, en principio, el próximo enlace que se celebrará en la Casa Consistorial está señalado para el 5 de agosto, y otros dos los días 20 y 25 del mismo mes.
Así las cosas, unos, obligados por la pandemia y el confinamiento, tuvieron que cancelar las bodas; y muchos, por prudencia, han optado por retrasarlas a 2021. Es el caso de Gonzalo y María, que tenía fecha para el 25 de julio y lo harán un año después, el sábado 24 de julio de 2021. La celebración, incluida la ceremonia, estaba programada en Garray, en la finca de Las Albardillas, para 130 invitados. Podrían haber mantenido el evento, con las medidas de seguridad sanitaria pertinentes. Pero una boda sin abrazos, sin besos... no es lo mismo. «Por seguridad decidimos aplazarla», señala el novio, y también porque, evidentemente, quieren disfrutar del día sin preocupaciones, sin restricciones. «Para que la gente mayor vaya con miedo o los invitados que vienen de fuera tengan dudas... o si hay un contagio... ¡qué cargo de conciencia! Es todo. No nos costó tomar la decisión, por respeto y por cuidado, sobre todo de los mayores. Y hay que disfrutar la boda», continúa Gonzalo.
Con el establecimiento todo han sido facilidades para retrasar el enlace al año siguiente. No obstante, aún están pendientes de percibir la fianza de 2.000 euros que adelantaron para el viaje de luna de miel a Argentina y Brasil en octubre. «Nos ofrecieron un bono, pero María se quedó sin empleo así que nos devuelven el dinero, en este caso nos lo cubre el seguro», explica.
El aplazamiento les ha supuesto algún trámite más, como la cancelación del papeleo en el Registro Civil, ponerlo en conocimiento de fotógrafos, la empresa encargada de la música... «Nadie nos ha puesto pegas, aunque ahora tienen sobrecarga para el año que viene», aclara.
En cuanto a la indumentaria, en el caso de la novia ya tenía el vestido, sin embargo, Gonzalo se retrasó con su traje por un accidente laboral que lo tuvo de baja unas semanas y enlazó justo con el confinamiento.
Las invitaciones estaban repartidas desde Navidad, ya que aprovecharon las fiestas para entregarlas a los familiares y amigos que residen fuera y se desplazaron esos días a Soria. «Nos quedaba poco por hacer, dos o tres pinceladas. Todo el mundo nos dice que hemos hecho bien en aplazarla. Lo importante es que la gente se lo pase bien, que puedan hacer lo que quieran, abrazarse, besarse, bailar...», concluye.
tres celebraciones. Al día siguiente de que Soria pasara a la fase 1 de desescalada, el martes 26 de mayo, el jugador del CD Numancia Gus Ledes y Laura se dieron el sí quiero en Soria, ante notario. «Lo teníamos planeado antes de todo lo que ha pasado», confiesa el futbolista. Finalmente, dieron el paso, acompañados por los testigos, el defensa rojillo Derik Osede y su novia Raquel, con la intención de celebrarlo más adelante tanto en Brasilia, donde reside la familia de Gus Ledes, como en Madrid, ciudad natal de Laura, en la que ya tenían reservada una terraza para celebrar el banquete del enlace. «Esto lo aplazamos al año que viene y la boda civil», señala. Y también, en cuanto la situación sanitaria lo permita, viajarán a Brasil.
«Fue una experiencia divertida, raro, pero muy divertido», confiesa el jugador. La jornada transcurrió con cierta normalidad: él entrenó por la mañana, comieron en casa, se arreglaron también en su domicilio y fueron al notario. «Nada de preparativos. Luego sí hicimos una minicena, diez en total», recuerda el jugador numantino.
Este pequeño convite fue el primero para festejar el nuevo matrimonio y, además de la celebración familiar que confían en llevar a cabo lo antes posible en la capital brasileña y la de Madrid el próximo año, Gus y Laura tienen intención de casarse también por la Iglesia, a ser posible en la ermita de San Saturio, «cuando vuelva la normalidad», adelanta el futbolista portugués nacionalizado brasileño. «Al final va a ser una boda triple. Es atípico, pero es gracioso», destaca.
en la normalidad, sí. Elena y Diego no han cancelado, por ahora, su boda programada para el 12 de septiembre en Berlanga de Duero ante más de 200 invitados. No obstante, tienen reservada otra fecha para el enlace, el 22 de mayo de 2021. Lo que tienen claro es que se quieren casar en la normalidad, no en la nueva, en la de siempre, la que permitía disfrutar de estas celebraciones sin ningún tipo de restricción. «No tenemos prisa por casarnos, si no hay normalidad como siempre para septiembre, cambiaremos la fecha. También estoy pendiente de que mi hermana pueda venir de Estados Unidos, porque si no puede, no hay boda», comenta Elena.
El hecho de que se hayan aplazado decenas de enlaces para el próximo año, les permite a la pareja reflexionar sin presión si, finalmente, se darán el sí quiero en septiembre o en la primavera del próximo año. «No teníamos casi nada organizado, salvo mi vestido y el traje de mi novio, y la cita para la prueba del menú el 4 de julio. Lo demás está por hacer», sostiene. Sí tenían reservado el viaje de la luna de miel a Malasia-Indonesia, pero si lo cancelan les devolverán el importe de los hoteles y podrán aplazar los vuelos para más adelante sin coste a mayores.
«A ver cómo va el verano. También, si lo aplazamos ya y luego hay un rebrote en otoño... igual al año que viene estamos en una situación parecida... Es todo muy incierto», considera Elena.
comuniones. El pasado 2 de junio, el vicario general de la Diócesis de Osma-Soria, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, remitió una carta con algunas recomendaciones sobre el fin del curso pastoral y el periodo estival. En relación a las primeras comuniones que, tradicionalmente, se celebran en mayo y junio, desde el Obispado sugiere a los párrocos que, en diálogo con los padres y los catequistas, estas celebraciones puedan llevarse a cabo, teniendo presente el criterio del aforo y el resto de medidas higiénicas, siguiendo una doble modalidad: en familia y durante estos meses de verano (celebraciones reducidas, de tres o cuatro niños) y, excepcionalmente, también durante el verano y, «sobre todo, a su término, cuando las circunstancias sean más favorables», comuniones de diez niños aproximadamente. Para ello, se organizará una catequesis presencial intensiva para la preparación del sacramento, y si los padres deciden que la Comunión se realice en una parroquia distinta, el sacerdote deberá asegurarse de que el niño ha cumplido con la catequesis.