Hace apenas un mes saltó la polémica a cuento del arranque de viñedos. Se conocía la noticia de que Francia ha autorizado el arranque de 30.000 hectáreas (se plantea llegar a las 100.000) con ayudas a razón de 4.000 euros por hectárea (un total de 30 millones). Las organizaciones agrarias españolas, al unísono, pedían una iniciativa similar en nuestro país para regular un mercado actualmente muy tocado por la merma en el consumo, algo que el ministro de Agricultura, Luis Planas, descartaba tajantemente.
Por contra, la vigencia de las autorizaciones para la plantación han sido prorrogada. El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Planas, ha aprobado esta semana un real decreto por el que se desarrollan determinadas disposiciones de la Unión Europea (UE) de flexibilización en las autorizaciones de plantación de viñedos, como respuesta a los problemas específicos ocasionados en el sector vitivinícola por fenómenos meteorológicos adversos y las perturbaciones del mercado. Y es que el clima del invierno y la primavera de 2024 impidieron a los viticultores realizar sus labores en los viñedos, de modo que han visto imposibilitada la utilización de sus autorizaciones plantación como tenían previsto.
Por otro lado, el sector vitivinícola experimenta incertidumbres en el mercado debido a la reducción del consumo interno y al debilitamiento de las exportaciones a terceros países, por lo que los viticultores de estas regiones necesitan más tiempo para evaluar la situación a la hora de ejecutar sus autorizaciones de plantación de viñedo para adaptarse al nuevo contexto del mercado y decidir si finalmente quieren hacer uso de esas autorizaciones.
Ante estas situaciones y a petición de diversos Estados miembros, entre ellos España, la Comisión Europea publicó el pasado mes de agosto dos reglamentos con unas medidas de flexibilidad al régimen de autorizaciones de plantaciones de viñedo, al amparo de los cuales el Gobierno ha redactado el real decreto aprobado este martes con medidas temporales para su aplicación en España. El texto amplía la vigencia de las autorizaciones de viñedo que fueran a caducar en 2024 en las regiones afectadas por sequía o precipitaciones excesivas durante un año más. Para las autorizaciones de regiones afectadas por perturbaciones de mercado que fueran a caducar en 2024 o 2025, el periodo se amplía en tres años más.
Además, la normativa establece que los titulares de autorizaciones que no hagan uso de éstas ni deseen beneficiarse de la prórroga no estarán sujetos a sanciones administrativas, siempre que comuniquen que no tienen intención de hacerlo a la autoridad competente de las comunidades autónomas antes del 31 de diciembre de este año. Así, y a la vista de la situación del sector, quienes quieran echarse atrás podrán hacerlo sin problema.
Retos para el sector.
El sector vitivinícola comunitario ha alcanzado una producción estimada de 144 millones de hectolitros (Mhl) de vino y mosto para 2024. Esto representa una ligera disminución de casi el 3% con respecto al año anterior y un 10% por debajo del promedio de los últimos cinco años. Este descenso refleja los retos a los que se enfrenta el sector, especialmente en lo que respecta a las condiciones climáticas adversas. Italia lidera con un estimado de 41 Mhl, España ocupa el segundo lugar con un considerable aumento del 18% en la producción, (un total de 38,1 Mhl) y Francia cae al tercer lugar con un importante descenso del 22% en la producción (37,4 Mhl).
Entre los principales países productores de vino de la UE, Francia, Alemania y Portugal experimentaron descensos en la producción en comparación con 2023, con descensos del 21,7%, 8,7% y 7,9% respectivamente. Por el contrario, Italia y España registraron aumentos del 7% y del 17,6%. A pesar de estos aumentos, todos los principales productores no alcanzaron su producción promedio de cinco años, continuando una tendencia a la baja desde la cosecha de 2019.
Luca Rigotti, presidente del grupo de trabajo sobre el vino del COPA-COGECA, ha comentado: «Las cifras de producción de este año no hacen más que confirmar la tendencia del mercado. El mercado europeo del vino atraviesa un periodo difícil y complejo, con altos costes de producción y dinámicas internacionales que afectan al mercado. Sin embargo, sigo siendo optimista sobre la resiliencia y el espíritu empresarial de nuestros agricultores». La temporada vitivinícola de 2024 ha puesto de manifiesto los importantes retos a los que se enfrentan los productores europeos de vino, como las incertidumbres climáticas y las presiones económicas. A pesar de estos obstáculos, la resiliencia de los productores y los debates estratégicos en curso proporcionan un optimismo cauteloso para el futuro del sector vitivinícola europeo.
Fernando Ezquerro, presidente sectorial de Vino de Cooperativas Agro-alimentarias de España, ha defendido que el vino debe continuar siendo parte de la política de promoción en las mismas condiciones que el resto de los sectores productivos, ya que el aumento del consumo, tanto en casa como en los países importadores, es básico para el mantenimiento del sector. Precisamente en cuanto a la exportación, Ezquerro ha solicitado que los vinos puedan exportarse cumpliendo solo las exigencias del país de destino y no obliguen a incorporar el etiquetado nutricional y de ingredientes si el vino sale fuera de la UE.