Como es tradición, ayer, siete de diciembre, día de San Ambrosio y patrono de Milán, el Teatro de La Scala inauguró su temporada lírica. Este año, el título encargado para subir el telón a esta importante cita musical fue Don Carlo de Giuseppe Verdi, en la versión en cuatro actos que el compositor preparó en 1884 precisamente para el coliseo milanés, y con protagonismo español por primera vez, bajo la dirección escénica de Lluís Pasqual.
Además del autor patrio, Don Carlo, que estará en cartel hasta el próximo 2 de enero, tiene en el foso a Riccardo Chailly, director musical de la Scala, y cuenta con Daniel Bianco en los decorados y Franca Squarciapino en el vestuario. A los que se suman Nuria Castejón en la coreografía y Franc Aleu en el vídeo.
La producción de Lluís Pasqual propone una escenografía única que se transforma sin interrumpir el desarrollo de la acción en los diferentes espacios previstos por el libreto gracias a la espectacular alternancia de los distintos elementos.
Para recrear la atmósfera eclesiástica, Pasqual evoca la España del Siglo de Oro a través de una gran torre de alabastro inspirada en la Colegia de Santa María La Mayor de la localidad de Toro, en Zamora.
El Don Carlo repasa temas muy frecuentes en el repertorio verdiano como la libertad de los sentimientos, las turbulentas relaciones paterno-filiales y, sobre todo, el conflicto entre el poder temporal y el divino.
Con motivo del arranque de la Prima de la Scala, numerosas estrellas se dieron cita en este templo de la cultura para deleitarse con la obra. Entre ellos destacaba el cineasta español Pedro Almodóvar y la cantante estadounidense Patti Smith que no quisieron perderse la inauguración de la temporada operística.
También pudo verse en una Scala especialmente embellecida a la cantante italiana Ornella Vanoni, la mítica soprano Raina Kabaivanska, el arquitecto Stefano Boeri o la estrella italiana de la danza Roberto Bolle.