Los trenes han vuelto a ponerse moda, si es que alguna vez no lo han estado. Crecen las reivindicaciones de más conexiones ferroviarias y no únicamente de la llegada del AVE, que fue la petición estrella durante muchos años. Ahora, los ciudadanos quieren que haya trenes; no solo que sean ultrarápidos. Y muchas ciudades han resucitado viejas exigencias, tan justas como difíciles de atender por su alto coste económico. Claro que cabe preguntarse si no salen más caros los kilómetros de AVE, sobre todo si tienen que atravesar montañas, que, por ejemplo, reabrir el Ruta de la Plata, el Astorga-Plasencia, cerrado en 1987, que dejó huérfano de máquinas y vagones al oeste español, León, Zamora y Salamanca incluidas. Parte de la infraestructura del trayecto está desmontada o muy deteriorada por lo que habría que construir una línea nueva. ¿Y quién la pagará? He ahí la cuestión. El Gobierno central se ha dado dos años de plazo para elaborar un estudio de viabilidad. La Junta de Castilla y León, las diputaciones y muchos ayuntamientos aprietan y vienen a decir que no hacen falta estudios, que desde hace años se sabe la respuesta. Sin embargo, ninguna administración se ha ofrecido a las que no son de su signo político para llegar a acuerdos inmediatos y sin condiciones apriorísticas. Si queremos los trenes, en este caso, la Ruta de la Plata, unámonos ya, nada de darnos codazos o de poner chinitas en los raíles. No es fácil. Aquí, Mañueco y el PP-Vox siguen en su guerra a tope contra Pedro Sánchez y cualquier pacto parece, de momento, muy complicado. Podrían fijarse en lo sucedido en Andalucía y Murcia, también gobernadas por los populares, donde ha sido posible suscribir alianzas concretas para problemas tan fuertes y enquistados como Doñana y el Mar Menor. Los antecedentes eran nefastos (broncas, acusaciones, petición mutua de responsabilidades), pero se llegó al apretón de manos y a la firma conjunta de unas salidas positivas. ¿Se podrá alcanzar en Castilla y León algo similar con el tren como protagonista? Esperemos que sí… aunque sea cuando no haya elecciones, las que sean, a la vista.