A continuación publicamos la carta abierta de Eduardo Rubio tras conocer a través de Vive! Radio Soria que dejaría de ser director general del Numancia:
Hola a todos
Tras finalizar una temporada dura y larga en la que el objetivo se escapó en dos ocasiones después de llegar hasta el final, las expectativas que todos compartíamos al iniciar el curso se esfumaron de la forma más cruel.
La plantilla, confeccionada con acierto por nuestra dirección deportiva el pasado verano y valorada positivamente por todos, no pudo conseguir el objetivo por muchos motivos, como lesiones inoportunas, puntos perdidos ante rivales, sobre el papel, menos importantes o una auto presión excesiva que en momentos no nos hizo ningún bien. Pero esta carta no va de excusas, ni justificaciones. Es una carta que escribo con dolor de corazón, pero convencido que es por el bien de todos.
En el día día, trabajamos para tomar decisiones, algunas más relevantes que otras, otras más difíciles que algunas y con mayor o menor repercusión. Todas ellas marcan nuestras vidas, tanto profesional como personalmente, en mayor o menor medida.
Hace ahora tres años decidí emprender esta gran aventura y lo hice gracias a un grupo de trabajo que me animó, me apoyó y me arropó para liderar este proyecto que, a mi parecer, necesita mucho corazón y mucho amor, independentemente del trabajo. No ha habido un solo día de arrepentimiento de esta decisión, a pesar de que ha habido momentos muy duros. Mención especial también a un grupo inversor que me dio la confianza y que me ha apoyado siempre, dándome la autonomía necesaria para que el modelo de un club como el Numancia mantuviera su hoja de ruta.
Todos estos compañeros de viaje tenéis todo mi reconocimiento en una etapa que me hace sentir muy orgulloso y agradecido, y ahí va mi elogio al gran trabajo realizado por este inigualable grupo de profesionales, los cuales nos hemos desvivido diariamente por nuestro Numancia y que he tenido el privilegio de liderar de la mejor forma que he sabido.
El Numancia, pese a sus dificultades, quién nos las tiene, es un club sólido y puede afrontar el futuro con optimismo y en estos años hemos maximizado los ingresos (patrocinios, abonados, merchandising) pero, ahora bien, estos avances carecen de relevancia sin un rendimiento deportivo positivo, y esa es la prioridad en todo club de fútbol. El objetivo era ascender a Primera
RFEF y debo admitir que no hemos podido dar la felicidad a una afición como la nuestra, la rojilla, que tanto se merece una alegría.
Vuelvo a reiterar que no quiero poner excusas. El ascenso era el objetivo primordial y los detalles en algunos partidos lo hicieron imposible. Pero la realidad es que el proyecto deportivo no ha dado los resultados esperados. Estoy convencido que lo hará, y por eso tenemos que seguir apoyando al Numancia, cada uno desde su lugar.
No ha salido bien la temporada y no ha sido por desidia ni por dejadez, lo vuelvo a insistir. Ni por falta de horas de esforzado trabajo. Ni ha fallado el compromiso ni se puede cuestionar la intención, pero me encuentro desgastado y aunque no creo ser el problema, lo que sé es que no quiero serlo. Si dar un paso a un lado significa contribuir a la consecución del objetivo del
Numancia, lo hago de frente y con certeza.
Mi único deseo es que el Club consiga generar la mayor ilusión y la máxima unidad social para que la próxima temporada estemos en Primera RFEF. El club está bien profesionalizado y con gente adecuada que, por encima de todo y de todos, respeta y ama al Numancia. Quiero desear todos los éxitos y toda la suerte a la afición y a todos, en especial a mi equipo de trabajo, a mi familia y al grupo inversor, porque su suerte será la del Numancia.
¡Aúpa Numancia!