Dos ganaderías de Noviercas, en la vanguardia ecológica

EDS
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La asociación Acobija desarrolla un proyecto de recuperación del hábitat natural alimentario de las aves necrófagas de interés comunitario en el Sistema Ibérico a través de colaboraciones y sinergias con el sector ganadero extensivo

Dos ganaderías de Noviercas, en la vanguardia ecológica - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez

Las explotaciones ganaderas Moncayo Ecológico y TuVaka Tribu, gestionadas por los jóvenes ganaderos y emprendedores Jorge Conte y Rodrigo Muñoz, respectivamente, han recibido la autorización de la Junta de Castilla y León para usar las Zonas de Protección para la Alimentación de Especies Necrófagas (ZPAEN). Ubicadas en los pies del Moncayo, en Noviercas, estas explotaciones han optado por un modelo de ganadería regenerativa, que "respeta los ritmos naturales y mejora la salud del suelo", destaca la Asociación Aragonesa para la Conservación de la Biodiversidad (Acobija, acobijaconservacion.org), que desarrolla un proyecto de Recuperación del Hábitat Natural Alimentario de las aves necrófagas de interés comunitario en el Sistema Ibérico, a través del desarrollo de colaboraciones y sinergias con el sector ganadero en extensivo.

Con las nuevas autorizaciones, TuVaka Tribu (@TuVaKa_Tribu) y Moncayo Ecológico (www.moncayoecologico.bio) "no solo contribuyen al mantenimiento de ecosistemas locales, sino que también juegan un papel crucial en recuperación del hábitat natural alimentario de especies carroñeras amenazas, prioritarias a nivel nacional e internacional, como el alimoche común, el quebrantahuesos, el buitre negro, el águila imperial o el milano real. Lo que hacen es depositar los cadáveres en el monte, ofreciendo alimento natural para estas aves y otras especies carroñeras, ligadas a la ganadería extensiva desde su aparición, hace más de 10.000 años, contribuyendo a la recuperación del equilibrio ecológico", añaden desde esta asociación.

ESPECIES NECRÓFAGAS

La ganadería extensiva ha tenido históricamente una relación simbiótica con las especies necrófagas, prosiguen, y antiguamente, los cadáveres de animales que morían en el campo eran un "festín" para las aves carroñeras y otras especies. "A su vez, ese festín en el monte suponía la eliminación de posibles focos de infección. Pero con la aparición de las EET (Enfermedades Espongiformes Transmisibles), este vínculo se rompió, provocando un enorme y generalizado descenso del alimento disponible que afecta gravemente a estas especies, cuya supervivencia depende, de la aparición de carroñas dispersas en el territorio", explican desde Acobija.

Debido a la prohibición de dejar animales muertos en el campo y, principalmente, a la desaparición en aumento de la ganadería extensiva, "sigue siendo necesario el aporte continuado de alimento en comederos vallados (muladares) aunque se ha observado que la presencia continuada de alimento en los mismos lugares no resulta un modo de alimentación natural para estas especies". Por eso, desde el Programa ZPAEN Sistema Ibérico, desarrollado e impulsado por Acobija, "se trabaja para recuperar este equilibrio perdido". "El plan es simple: colaborar con ganaderos para que vuelvan a dejar los restos de animales en el monte, permitiendo a las especies carroñeras mantener sus hábitos naturales y conservar su independencia", concretan. También se busca fortalecer la conectividad ecológica dentro del corredor biológico del Sistema Ibérico. Esta conectividad, que se refiere a la capacidad de los animales para moverse libremente entre diferentes hábitats, es fundamental para que las especies carroñeras encuentren puntos de alimento y descanso mientras se desplazan en busca de nuevos territorios, pareja o durante sus migraciones.

GANADERÍA REGENERATIVA

La ganadería regenerativa "es ecológica y una solución innovadora para distintos problemas que afectan al medio ambiente. Con su enfoque holístico, basándose en la imitación de los procesos naturales, esta forma de producción mejora la fertilidad del suelo al fomentar la formación de materia orgánica, lo que convierte los campos en auténticos oasis de nutrientes". Desde la asociación sostienen que el ganado no es uno de los culmpables de las emisiones de carbono porque "con un manejo adecuado, en lugar de emitir CO2, los suelos regenerativos pueden llegar a capturar carbono. Y en cuanto al agua, esta práctica optimiza la retención y su calidad, reduciendo escorrentías y evitando inundaciones así como mejorando la resiliencia ante las sequías, mientras mantiene nuestros ríos y arroyos más limpios que nunca".

Igualmente, insisten en la idea de que la ganadería regenerativa también tiene un "impacto positivo" en la salud humana y en la economía rural porque "los productos de estas explotaciones, como carne y derivados, son de alta calidad y ofrecen un perfil nutricional superior". "Gracias a prácticas que priorizan el bienestar animal y el respeto a los ciclos naturales, estos productos están libres de químicos y antibióticos, ofreciendo una opción más saludable para niños y adultos. Además, al elegir estos productos, no solo se está optando por una alimentación más sana, sino que también se apoyan el desarrollo económico de las zonas rurales, ayudando a mantener paisajes vibrantes y fomentando la biodiversidad local", añaden concluyendo que "la ganadería regenerativa no solo salva el día para las especies necrófagas y el medio ambiente, sino que también mejora nuestras mesas y apoya a las comunidades rurales".