El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha dicho este lunes que la jornada laboral de 37,5 horas semanales que pactarán Gobierno y sindicatos es una "estación de paso" hacia el objetivo de las 32 horas.
La idea es, según Álvarez, "parecernos cada día más a Alemania y cada vez menos a Grecia".
Así lo ha dicho durante la presentación del informe de gestión de los órganos confederales del sindicato de los últimos cuatro años, en un congreso en el que Álvarez previsiblemente será reelegido para su tercer mandato como secretario general de UGT.
Con el lema "Más y mejor sindicato", éste es el tercer congreso confederal de UGT que se celebra en Barcelona, después del de su fundación, en 1888, y el de 1978, que tuvo lugar una vez que la organización fue legalizada tras el período franquista.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ataviado con bufanda y lazo lila, Álvarez ha lamentado la lacra de la violencia machista y ha dicho que pararán a los maltratadores desde todos los frentes, "también desde la empresa".
Por eso, el sindicato quiere convertir los centros de trabajo en una zona de refugio para atender a las mujeres que sufran violencia machistas.
"Que se les pueda atender, se trabaje con ellas, se les ayude a encontrar las vías para denunciar, porque es una violencia que no ha de quedar en el domicilio", ha dicho y ha resaltado que van a seguir trabajando para que las empresas puedan tener un delegado que además de trabajar por la igualdad luche contra el machismo.
Álvarez ha asegurado que llegamos a este congreso con "una gestión extraordinariamente importante", ya que nunca se había "conseguido tanto" en tan poco tiempo.
Ha explicado que el sindicato está en un "buen momento" porque es una organización que no solo lucha, sino que consigue resultados concretos y ha mencionado la importancia de la unidad de acción con CCOO y que sin el actual Gobierno de izquierdas muchas cosas no se hubieran conseguido.
Ha mencionado el éxito de la reforma laboral, la mejora de la situación de los fijos discontinuos o que el sistema de pensiones en nuestro país está garantizado por lo menos hasta 2050.
"Ya está bien de cuestionar de manera permanente el sistema de pensiones, que solo tiene un interés que es dar vida al sistema privado de pensiones", ha afirmado.
En el repaso de los hitos conseguidos ha asegurado que desde 2016 el Salario Mínimo Interprofesional ha subido un 75 % y ha abogado porque cuando se celebre el próximo congreso del sindicato ya se haya conseguido que sea el 60 % del salario medio de nuestro país.
Durante su intervención, ha mostrado su solidaridad con los afectados por la dana en València y ha pedido que el proceso de reconstrucción se haga "con todas las garantías" y que no haya ni una víctima más.
"No perdamos el tiempo en debates estériles, la gente de Valencia quiere respuestas", ha añadido y ha vuelto a reclamar consenso y un pacto de Estado para evitar tragedias como la vivida en Valencia por las consecuencias del cambio climático.
Álvarez ha pedido hacer frente a la entrada de la extrema derecha, porque el mundo "no pasa por sus mejores momentos" y ha recordado que en Europa hay tres gobiernos presididos por la ultraderecha, a la vez que ha tenido palabras de condena para las guerras de Ucrania y Palestina.
Asimismo, ha apostado por una política industrial europea, por la defensa en el ámbito de la UE de las políticas migratorias -"vamos a pedir a la confederación europea de sindicatos que declare el día de los migrantes", ha dicho-, o por hacer de la lucha por el acceso a la vivienda una de las cuestiones fundamentales de su organización.
Durante su discurso, ha rechazado la idea de que los sindicatos viven de subsidios y ha dicho que, en los últimos 4 años, la organización ha trabajado para ampliar la presencia de UGT en los centros de trabajo, de tal manera que el número de delegados ha crecido un 20 %.
El día de apertura del congreso ha contado con la presencia de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el secretario general de CCOO, Unai Sordo; o el presidente el PP, Alberto Núñez Feijóo; que ha tomado la palabra ante los afiliados y no se ha limitado a un saludo de cortesía como hacían otros líderes de la oposición en pasados congresos del sindicato.