El fantasma del acoso escolar vuelve a las aulas el mismo día que se abren las puertas del colegio para empezar el curso escolar. Trabajar sobre este problema es una necesidad que queda patente a tenor de los datos, ya que el 9,4 por ciento de los alumnos españoles afirma que él o uno de sus compañeros está sufriendo acoso escolar presencial y/o ciberbullying, mientras que casi la mitad del alumnado (un 47 por ciento) reconoce que no hacen nada ante los casos de acoso que sufren sus compañeros.
Así lo refleja el VI estudio La opinión de los estudiantes publicado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, que cuantificó por primera vez el conocimiento real de casos, no su percepción.
El estudio se basa en las respuestas de más de 9.300 alumnos de entre 11 y 14 años y de 454 profesores de centros docentes de distintos puntos de España y sitúa la incidencia del acoso escolar presencial en el 6,5 por ciento del alumnado en España, cifra similar al de los países del entorno de España, según datos del Informe PISA, siendo el acoso escolar más extendido entre los 11 y 12 años (66,2 por ciento), en Secundaria (57 por ciento), y no registrándose diferencias significativas entre géneros.
En cuanto a la intervención de los compañeros ante estos episodios, aunque el 53 por ciento de los estudiantes piensa que los compañeros sí hacen algo al respecto, el 47 por ciento de los alumnos reconoce que no hace nada cuando ve que un compañero es víctima de este maltrato. Además, el 53 por ciento señalado anteriormente es un porcentaje 3,2 puntos inferior al que manifestaban que sí hacían algo el año anterior.
«Es importante seguir sensibilizando a los adolescentes de la importancia de no callar o reírse si presencian un caso de acoso escolar, como venimos haciendo con varias de las iniciativas de Fundación Mutua en redes sociales. Hay que seguir empoderándoles para que tomen partido y defiendan a la víctima; que comunique de inmediato la situación a padres y profesores para ponerle fin», apunta el director general de la institución, Lorenzo Cooklin.
Insultos, motes y burlas
Sobre la intervención de los profesores contra los casos de acoso escolar, los estudiantes piensan cada vez más que sí intervienen. En concreto, el 71,4 por ciento así lo hace, lo que supone 9,3 puntos porcentuales más que en el curso anterior. No obstante, un 28,6 por ciento del alumnado sigue pensando que el profesorado no actúa.
Los insultos, motes y burlas son el tipo de acoso escolar más frecuente (87,6 por ciento), seguido del aislamiento (42,6 por ciento), ya sea presencial o en redes sociales. El resto de tipos o formas de dañar descienden con respecto al curso anterior, incluido las formas más físicas, como golpes o patadas.
En este contexto, el director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, recuerda la importancia del acoso psicológico que, aunque no deja marcas visibles, «daña profundamente».
«En muchas ocasiones viven la tortura de sus compañeros durante más de un año, creándoles traumas complejos de tratar. Por eso es muy importante la atención temprana de cualquier caso y seguir trabajando la prevención en el aula», defiende Ballesteros.
En cuanto al perfil del acosador se puede aseverar que se ejerce en la mayor parte de los casos sobre un solo individuo, independientemente del sexo y, sin embargo, los autores suelen ser varios en el 49,8 por ciento de los casos. Se mantiene, además, el perfil del curso anterior: chicos más que chicas, que acosan en grupo.