SORIA, la tierra, el río, los árboles... PURA

Fernando González Córdoba
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Es el segundo libro que escribió la autora y que en varias ocasiones había reivincidado, porque Ángela Figuera es una mujer injustamente olvidada en Soria...

SORIA, la tierra, el río, los árboles... PURA

La última edición de Expoesía, celebrada el pasado mes de agosto en el marco incomparable de nuestra magnífica Alameda, cuyo nombre propio es, no lo olvidemos, el de Miguel de Cervantes, brilló a una gran altura. La revista on-line ‘Poémame’, escribe sobre la Feria del Libro de Soria: «Esta cita sigue ganando protagonismo en el mapa literario nacional y se configura como una propuesta inédita, inspiradora y única apuesta por el verso». Efectivamente, esa es la originalidad de la Feria del Libro de Soria, que la convierte en exclusiva, su apuesta por la especialización, por el verso, por la poesía. 

Pero, además, ha contado en esta ocasión con la presencia de varios grandes de la literatura tanto nacional como, en este caso, portuguesa, puesto que el país vecino era el invitado. Y precisamente de Portugal llegó uno de sus más afamados y reconocidos autores no solo en su país, sino a nivel internacional, Gonçalo M. Tavares. Varios de Castilla y León, aunque por citar a uno, me quedaré con Tomás Sánchez Santiago, narrador y poeta zamorano, afincado en León y que pasó once años de su vida en nuestra provincia, en El Burgo de Osma; me comentaba que no pierde ocasión de visitar nuestra provincia, que le entusiasma, cada vez que tiene oportunidad de hacerlo. Presentó ‘Este otro orden’, grueso poemario que recoge poemas escritos entre 1979 y 2016. De Tomás Sánchez Santiago diré que se queden con este nombre y lo lean, tanto en prosa como en verso. No decepciona. 

Y, por supuesto, citaremos algunos autores sorianos de los que pasaron por esta Expoesía. Comenzaré con el poeta de Ausejo de la Sierra, Fermín Herrero que presentaba ‘Húrgura’, poemario del que no puedo hablar puesto que aún no he leído, pero sí varios de los anteriores y puedo asegurarles que he paladeado cada uno de los versos en ellos contenido y, en cualquier caso, los numerosos galardones obtenidos por el de Ausejo hacen innecesarias las presentaciones. También presentó libro César Ibáñez París, su título ‘Savia y vuelo’ y sus poemas hablan de la vida, del amor, del paso del tiempo… y de la tierra, los ríos, los chopos, los trigales… y de Soria. Es como un paseo de contemplaciones. Y de reflexiones. Habría que citar a muchos más, a Mª Ángeles Maeso, a Jesús Gaspar Alcubilla… ¡A tantos…!

Pero de entre todos los libros presentados voy a quedarme con uno: ‘Soria Pura’ obra de Ángela Figuera Aymerich, publicada por vez primera en 1949 y que la editorial Lastura con la colaboración del Ayuntamiento de Soria ha reeditado. Me congratulo de ver, al fin, editado de nuevo este poemario, el segundo que escribiera su autora, y que en varias ocasiones había yo reivindicado puesto que considero que Ángela Figuera es una mujer injustamente olvidada en Soria y creo que en el resto del país. 

Pero, si bien su obra toda merece ser leída por su calidad y sensibilidad, los sorianos deben conocer y leer estos poemas que inspiraron a la bilbaína sus estancias estivales en El Burgo de Osma. Cuando hablo de falta de reconocimiento, no lo hago de forma gratuita, porque quienes han elogiado a Ángela Figuera han sido personalidades de las letras, como Antonio Buero Vallejo, quien escribió de ella: «excepcional ejemplo de poesía sin trampa ni cartón» o «la poesía de esta mujer singular pervive». 

Carmen Conde, primera mujer que ocupó un sillón en la RAE le dedicó un poema. Ramón de Garciasol en una carta de sentido recuerdo escribía: «Por ti tiene honor el verbo, advertidor y alumbrante, que procura sosiego y entendimiento, sensibilidad». A manera de prólogo, León Felipe le escribió, desde su exilio en Méjico unas ‘Palabras…’ para uno de sus libros más famosos, ‘Belleza cruel’. Blas de Otero mantuvo con ella intensa correspondencia consecuencia de no menos intensa amistad; en una de sus cartas le escribía: «Otros poetas me gustan en este momento. Pero ninguno como tú sintoniza conmigo». En fin, no es sino el botón de muestra del prestigio que gozaba la poetisa bilbaína. 

Con motivo del treinta aniversario del fallecimiento de la poetisa, hecho que ocurrió el día dos de abril de 1984, escribía yo el siete de abril de 2014 una columna dedicada a la autora y a los 65 años de la publicación de ‘Soria pura’ en la que entre otras cosas decía: «No es la primera vez, ni será seguramente la última, que reivindico el reconocimiento de Ángela Figuera por parte de nuestra provincia». Para añadir unas líneas más adelante: «Ángela Figuera es casi una total desconocida en Soria, así como su Soria pura. Es por ello que me animo a sugerir, una vez más, que bien el Ayuntamiento de la capital o la Diputación Provincial hagan una nueva edición de esta obra que canta a nuestra tierra y sus paisajes». Veo que ese reconocimiento ha llegado y no puedo sino celebrarlo. El Ayuntamiento ha hecho sus deberes, es ahora el momento de que los hagan los sorianos, ampliando su biblioteca con ‘Soria pura’, si es que faltaba en ella. 

En ‘Soria pura’ nos encontramos con guiños a Unamuno (en tu rugosa palma, leemos en el segundo verso del primero de los poemas), a Gerardo Diego (Río Duero, Río Duero, / aquí te vuelvo a encontrar, leemos en el ‘Romance del desdichado’) y, por supuesto, se respira a Antonio Machado a quién rinde homenaje en un poema titulado con el nombre del poeta sevillano.

Para quien no haya leído a la autora aquí comentada, el poemario ‘Soria pura’ puede ser un excelente aperitivo que, a buen seguro, invitará a seguir degustando  con placer otras obras de la autora. Y para introducir a los niños en la poesía, dos deliciosas joyas de Ángela Figuera escritas inicialmente para sus nietos,  ‘Cuentos tontos para niños listos’ y ‘Canciones para todo el año’. No en vano, son frecuentes los poemas de Ángela Figuera en los libros de texto de educación primaria.

Un acierto y una deuda saldada, la publicación de ‘Soria pura’.