Los problemas, los conflictos, la incomprensión, la falta de empatía y de respeto, los resentimientos e incluso las adicciones se quedan fuera, en la puerta. Traspasado el umbral, se entra en un espacio en el que todo converge hacia un único fin: el bienestar de los menores de edad. En el Punto de Encuentro Familiar, en la calle Cabildo de los Heros, número 11 de la capital soriana, los niños son lo primero y lo verdaderamente importante en este lugar en el que pueden seguir en contacto con sus progenitores o familia extensa en un lugar neutral, alejados de las disputas y las contratiempos parentales, si se determina que el contacto con éstos es beneficioso para su desarrollo vital y psíquico tras una evaluación profesional de cada caso. A lo largo del año 2022 el centro de la capital soriana realizó un total de 5.649 intervenciones (entrevistas, intermediaciones o encuentros familiares…) que afectaron a 104 menores y 81 familias, 18 de ellas con medidas de protección por violencia de género y otras 38 derivadas desde las secciones de protección a la infancia. En las primeras ocho semanas de inicio de este año el Punto de Encuentro ha sumado, asimismo, otras 700 intervenciones en las que se han incorporado ocho situaciones familiares nuevas.
Con el apoyo económico de la Junta de Castilla y León, la gestión del centro corre a cargo de la Asociación para la Protección del Menor (Aprome), que en el año 1996 fue pionera en la apertura de la primera instalación de estas características en Valladolid. En Soria la andadura del Punto de Encuentro comenzó en el año 2004 en la calle Los Betetas y desde abril de 2012 mantiene su actual ubicación en un inmueble cedido por el Ayuntamiento de Soria.
Alrededor del 27% de los casos que gestionan vienen derivados de los juzgados de violencia de género. El ámbito judicial es uno de los principales cauces de entrada de casos. De las ocho situaciones familiares nuevas que el Punto de Encuentro ha comenzado a tratar este año, la mitad ha sido remitida desde los servicios sociales y las otras cuatro, por los juzgados. De hecho, el pasado fin de semana llegó un nueva intervención derivada desde el tribunal de violencia de género. De ahí que la relación con la administración de justicia, la Subdelegación del Gobierno, las fuerzas de seguridad del Estado y los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León sea fluida y la coordinación, continuada. El equipo compuesto por dos psicólogas, una trabajadora social y una educadora, supervisados por la coordinadora del centro, Carmen Gutiérrez, vela por que los menores puedan seguir disfrutando de la relación con sus progenitores o familia extensa en casos de dificultades en el cumplimiento del régimen de visitas dictado judicialmente, de conflictividad ligada a las complicaciones para llegar a acuerdos tras separaciones afectivas o divorcios, así como en situaciones en las que se ha interrumpido la convivencia con uno de los padres y éstos requieren orientación para retomar el contacto con sus hijos; también en casos de adicciones que hagan necesaria la supervisión de profesionales para proteger al menor durante los encuentros o cuando hay órdenes de protección hacia una de las partes de la familia.
Estos últimos casos, aclara Irene Aguado, directora general de Aprome en Castilla y León, llegan hasta el Punto de Encuentro Familiar una vez dictadas unas medidas cautelares garantizando en todo momento la seguridad, tanto del menor como de la persona protegida, y siempre avalado por el dictamen profesional de que «esos encuentros son buenos y beneficiosos para el menor», recalca. A este respecto, todo el personal del centro está formado en mediación familiar y violencia de género.
protocolo. Además hay un protocolo establecido y coordinado también con las fuerzas de seguridad del Estado. «Viene primero el agresor y se avisa a la madre para que traiga al menor un cuarto de hora después. En ningún momento hay contacto entre ellos», asegura Aguado.
La derivación desde los servicios sociales de protección a la infancia, con cerca del 46% del total de familias atendidas durante el pasado año 2022, es el otro cauce a través del que llegan muchas de las actuaciones que se atienden en el Punto de Encuentro.
Los niños que pasan por las instalaciones suelen tener una edad media de entre ocho y 12 años, aunque en Soria también tienen casos de menores «más pequeñitos, incluso bebés», puntualiza la responsable regional de Aprome.
Dentro del apoyo en el cumplimiento del régimen de visitas establecido por los tribunales de justicia o mediante resolución administrativa hay varias modalidades de intervención que articulan la actividad del Punto de Encuentro Familiar: la utilización del centro como lugar para la entrega del niño al inicio y el final del encuentro con su progenitor; visitas no tuteladas que se realizan en sus instalaciones sin que sea necesaria la presencia permanente de algún profesional del equipo técnico y encuentros tutelados, que se desarrollan bajo la supervisión de los trabajadores.
En este sentido, en los datos de 2022 llama la atención el importante aumento que han registrado las visitas tuteladas. «Casi han duplicado su número, pasando de 242 durante 2021 a 452 el año pasado», expone la directora general de Aprome en la región. Habría que analizar caso por caso, pero la nueva Ley de protección de la Infancia y la Adolescencia, subrayan desde Aprome, podría explicar este fuerte incremento.
Aunque este aumento ha generado una mayor carga de trabajo para el equipo técnico multidisciplinar del centro, actualmente no hay lista de espera y se ha logrado dar encaje a todas las intervenciones solicitadas aprovechando al máximo las tres salas independientes (verde, azul y naranja) que lo conforman gracias a la buena coordinación del personal. Los horarios y las fechas de la visita son fijados por resolución judicial o son debidamente pactados por los interesados. En este sentido, destaca Aguado, la comunicación con la autoridad judicial y los servicios de protección a la infancia también es fluida y «suelen consultarnos la disponibilidad» horaria previamente.
Cada nuevo caso, no obstante, comienza con una entrevista de acogida a los menores. Ellos, de hecho, destaca la directora general de Aprome, son el eje de toda intervención, por lo que es vital que el equipo técnico del Punto de Encuentro Familiar genere con cada uno de ellos una relación de confianza. «Es muy importante establecer ese vínculo. Para ello, se planifica un primer encuentro para que todo fluya y sepamos a qué nos enfrentamos, si hay rechazo al encuentro», por ejemplo, relata la directora general de Aprome en Castilla y León. Son los pequeños los que marcan en todo momento el proceso. El objetivo es que se sientan cómodos y seguros y que puedan continuar con el vínculo afectivo con sus progenitores o familiares en un entorno neutral, alejado de todos los conflictos o problemas que atenazan la relación de sus ascendientes. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, recalca Irene Aguado, «vienen de situaciones muy complicadas». Si esas primeras tomas de contacto del niño con el Punto de Encuentro Familiar van bien, sólo entonces se autoriza a dar cumplimiento al régimen de visitas estipulado.
«más seguros». Los pequeños suelen llegar al centro con «mucho recelo», pero en la mayoría de los casos, destacan desde Aprome, «terminan relajándose» y estableciendo esa especial confianza tan necesaria con el equipo. Ellos acaban sientiéndose «más seguros» y hasta teniendo sus favoritos entre los juegos, material de entretenimiento y libros que hay distribuidos en las distintas estancias del centro que algunos de los pequeños llaman «la casa con muchos juguetes».
A los padres, no obstante, les resulta normalmente más complicado adaptarse. «Depende de cada caso. Hay algunos que están más preparados y a otros les cuesta más. Muchas veces están inmersos en un proceso judicial y si tienen vista cercana eso recrudece el conflicto», asegura Aguado. El equipo técnico, no obstante, está formado para hacer frente a cualquier eventualidad que pueda acontecer, pero «lo normal es que no haya incidencias», recalca la directora general de Aprome en Castilla y León, que durante años formó parte del personal de apoyo en el centro de Soria por el que, desde que abrió sus puertas hace 19 años, han pasado ya 700 menores.
La duración máxima de cada intervención familiar puede prolongarse hasta dos años, aunque si así se estima oportuno, pueden solicitarse ampliaciones para esta intermediación en casos excepcionales, como, por ejemplo, problemas de adicciones.
Es inevitable no coger cariño a los niños que pasan por este recurso, aseguran los trabajadores del centro. Algo que, señalan, también es mutuo en muchos casos. Pasados los años, «a veces te encuentras por la calle a chicos ya mayores que te paran por la calle y te dicen quiénes son», comenta Aguado. A lo largo del año 2022 se cerraron 590 situaciones familiares. «El 76% por consecución de objetivos», destaca la directora general de Aprome en Castilla y León.
Inculcar la corresponsabilidad coparental es la filosofía con la que trabajan los 16 Puntos de Encuentro de Castilla y León que, desde su puesta en marcha han atendido a más de 45.000 usuarios directos, 11.370 familias y 16.298 menores de edad. Y, de hecho, entre sus labores también se encuentra la información y la orientación a las familias con el objetivo de que las relaciones de los padres u otros familiares de los menores aprendan a mejorar las habilidades parentales y, principalmente, a resolver los conflictos que competen a su relación de pareja sin que ésta salpique a sus hijos. En algunos casos, esta labor formativa suele ser simultánea y complementaria a la que se ofrece en el propio Punto de Encuentro Familiar.
en el medio rural. Dentro de estas iniciativas, Aprome ha puesto en marcha un nuevo programa, Intervención en el Medio Rural, de carácter telemático orientado a devolver la responsabilidad parental delegado en terceros a progenitores. La formación está especialmente orientada a familias residentes en el medio rural con el objetivo logístico de evitar los desplazamientos y, como todas las intervenciones que se llevan a cabo desde el Punto de Encuentro, con carácter multidisciplinar y especializado. Asimismo, también se llevan a cabo jornadas formativas específicas dirigidas a la población en general. Una de ellas, bajo el título Nuestros hijos ante el divorcio, celebrará dos sesiones abiertas a través de zoom el lunes 27 de febrero a las 19.00 horas y el 2 de marzo a las 11.00 horas.