La Diputación acaba de publicar una joya. En intensidad, en extensión, en contenidos, en trabajo de campo, en recogida de datos, en interpretación y en rigor. Su autora tenía los objetivos claros y supo desde el principio la energía, incluida la cinética, que eso demandaba. Supo y puso. La puso y he aquí el resultado. En el texto padre de este libro, escribió con mucha claridad que «todo trabajo de investigación que se precie debe tener dos ingredientes esenciales: por un lado, ser original en cuanto a su temática, de manera que, aun habiendo sido abordado en estudios previos, supere las claves preliminares y permita establecer nuevas líneas sobre las que continuar investigando; y por otro, ser riguroso en su método valorando en primera instancia aquellos trabajos anteriores en los que dicho tema haya sido analizado por otros investigadores». Nada que añadir. En todo caso, algún adjetivo, de lo que no suelo ser partidario porque tienden a la facilidad y, a veces, no alcanzan a ser suficientemente descriptivos. Pero anoto estos: certero, preciso, riguroso, lúdico y apasionado. 

Para investigar, y luego llevarlo a letra impresa, es necesario talento; sobre todo, se necesita mucho trabajo y conviene estar apasionado por lo que se hace. Sin duda, Susana Arroyo ha experimentado con fuerza, ha investigado con criterio y ha creado, primero una Tesis y ahora un libro, con mucho rigor. El resultado es esa joya con la que he empezado este texto: Las Rondas profanas de Navidad y El Reinado en la provincia de Soria, salido de imprenta hace un par de meses. Pero hay que retroceder a 2018, cuando Susana presentó en la Universidad de Salamanca su tesis, con este mismo título y un añadido orientador: «Identidad cultural, perfiles de género y gestión del patrimonio inmaterial a través del estudio y análisis etnomusicológico». El añadido también aparece en la portada de este libro pero en su parte inferior y con letra más menuda. 

Las Rondas profanas de Navidad y El Reinado en la provincia de Soria es un magnífico texto, con formato moderno y visualmente atractivo, que tiene, nada más y nada menos que 574 páginas y centra su objetivo en el cancionero de la parte suroccidental soriana (incluido mi pueblo, Cuevas de Ayllón) y en un periodo de tiempo breve: unos pocos días de Navidad. Pero eso generó una riqueza extraordinaria de folklore verbal, tradición de canto e identidad propia. Susana Arroyo ha sabido recuperarlo, darle sentido y contribuir a la extraordinaria riqueza cultural de Soria, como estudiosos de primera línea y recopiladores incansables han puesto en evidencia desde hace más de un siglo. ¡Si Kurt Schindler siguiera viviendo…!

El libro se divide en cuatro partes, que dan idea de la incansable pasión de la autora, que realizó un trabajo proverbial de recogida, que ahí queda para siempre, en tiempo ya casi de margen final pues las nuevas generaciones son ajenas a la tradición cancioneril. Tanto han cambiado costumbres, hábitos y formas. Susana Arroyo ha llegado a tiempo, se puede decir. Y su sólida preparación académica, como su pasión en objetivos, ha hecho posible este resultado. Prefiero no describir en este momento contenidos y formato de presentación porque tengo el convencimiento de que lo ideal es que el lector soriano se acerque a este nuevo libro, lo (h)ojee, lo consulte, lo lea, lo goce y aprenda, en todos los sentido de lo que hay en él y de lo que significa. 

Susana Arroyo no solo presentó en 2018 su tesis, que ahora, revisada, se ha formateado en este atractivo libro, sino que también es miembro del grupo de investigación que está inmerso en contexto más general: el Cancionero Soria, a punto de dar a conocer un cuarto tomo. 

Las Rondas profanas de Navidad y El Reinado en la provincia de Soria. He ahí lo que nos dice de la costumbre, más allá de los villancicos religiosos, propios de esos días, de la costumbre de que los mozos y, en otros grupos, los pastores, se convertían en actores y protagonistas con sus rondas entre Navidad y Reyes. De ahí, el "reinado". En mi pueblo, por ejemplo, estaba tan arraigado, que alquilaban una casa para sus actos de esas fechas, donde solo ellos tenían permiso de uso y que llamaban 'la Casa del Carnero'. ¡Cómo me lo contaba mi padre y qué alegría en su protagonismo! Como la pasión que ponían en sus estrategias cancioneriles al pedir el aguinaldo puerta a puerta pues había que sacar tajada (financiarse, diría un economista) para las comidas de su palacio real carneril. Por ejemplo, así: «esta sí que es casa grande,/ casa grande y buen portal, /han matado buen cochino,/ buen aguinaldo pondrán».

Soria y su tradición. Que no se pierda. Para eso están trabajos como este, donde la autora ha puesto fe, sabiduría y esfuerzo. No en vano porque el resultado está a la vista… y, como escribió en su tesis, que «sirva este trabajo para que las generaciones futuras aprendan que los mozos, los pastores, el alcalde, las mozas, el señor cura, los labradores, las viudas, los cazadores y los matrimonios eran los protagonistas de un tiempo musical con sabor a tradición oral». Busca el libro, amigo lector, que no te dejará indiferente esta joya de la tradición oral soriana.