Ignacio Miranda

Riendas en banda

Ignacio Miranda


Glosa memorable al inca Garcilaso

25/04/2025

El 16 de octubre de 2001 Valladolid amaneció engalanada para acoger el II Congreso Internacional de la Lengua Española que, bajo el título 'El español en la sociedad de la información', organizaron la Real Academia Española y el Instituto Cervantes con la colaboración de las veintiuna Academias de Hispanoamérica, Estados Unidos y Filipinas. Porque la lengua de Castilla ha tendido siempre a la universalidad. El evento, como se dice ahora, se articuló en cuatro secciones: el activo económico, el español en la sociedad de la información, las nuevas fronteras, y la unidad y diversidad de nuestro idioma.

El Teatro Calderón de la Barca acogió las sesiones, entre las que destacó la solemne inauguración con la presencia del rey Juan Carlos I y los presidentes Fox, De la Rúa, Pastrana y Obiang. En ese momento, Mario Vargas Llosa pronunció un memorable discurso dedicado al inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), que cautivó enseguida al auditorio por encarnar un verdadero canto a la hispanidad. Por el fondo y por las formas. Por el centrado relato y por la impecable prosodia que nos regaló a los allí presentes el escritor de Arequipa recientemente fallecido, con un sentimiento y una emoción que a nadie dejó indiferente.

Así, repasó vivencias del considerado padre de la literatura hispanoamericana, hijo de la princesa inca Isabel Chimpu y de un conquistador extremeño de idéntico nombre, que se formó en un ambiente refinado. Hablaba español, latín y quechua. Como primer hombre de letras mestizo representa un hito en el camino del idioma de Castilla. Como capitán acudió a sofocar la rebelión morisca de Las Alpujarras. Retirado a Montilla, entre caballos, escribió los 'Comentarios Reales' y la 'Historia General del Perú', una prosa cristalina, según Vargas Llosa, en la que hace suya la lengua del invasor para universalizarla. Superemos por fin los traumas de la leyenda negra, con el orgullo de hablarla 600 millones de personas. Un idioma que une y es tan grandioso que en él se entienden los enemigos de España, como contemplamos ahora en sede parlamentaria.