Al engaño permanente, a los pactos política y socialmente impúdicos porque se hacían con partidos con los que el gobierno aseguraba que jamás pactaría, le faltaba un capítulo: la trampa.
El gobierno, utilizando el servilismo incondicional de la práctica totalidad de sus diputados, no ha dudado en interrumpir las votaciones sobre el paquete fiscal al advertir que las perdían, y abrió un receso de minutos, según el presidente de la comisión, que se convirtió en más de 4 horas intentando lograr los apoyos necesarios. Un paréntesis absolutamente ilegal porque se saltaba varios puntos del reglamento. Lo consiguieron, pero les espera el plenario donde, de momento, no cuentan con los votos para aprobar el dictamen indispensable para dar paso a los Presupuestos.
Presumían los socialistas la noche del lunes, que contarían con el apoyo de Junts, pero faltó tiempo a los diputados independentistas para comentar a los periodistas que ni de broma, que mantendrían su posición contraria al proyecto elaborado por la vicepresidenta Montero.
El espectáculo, con el cabreo generalizado por engañar con los tiempos, cabreo que confesaba algún miembro destacado del socialismo, permitía advertir que sobrevolaba en el ambiente la sensación de que se estaba viviendo un fin de ciclo. Aunque Sánchez ha declarado que nada le impide gobernar sin PGE, y nada le impide gobernar sin el apoyo del legislativo -eso es más complicado, como se ha visto- peligra la continuidad del gobierno. Sin embargo, es sabido que Sánchez es experto en salvar situaciones imposibles. No es difícil para nadie cuando no le importa dejar de lado sus principios o lo que recogen las y el reglamento del Congreso.
De momento, ha hecho trampa para salvar los escollos de la comisión parlamentaria, consiguiendo así los votos necesarios. Nada como sacar la chequera o abrirse a concesiones políticas que forman parte de la lista de exigencias que el PSOE se negaba hasta ahora a ceder a independentistas y nacionalistas. Aun así, cediendo, las tensiones entre ERC y Junts, y entre PNV y Bildu, y las que se viven en el seno de los partidos agrupados en Sumar, están siendo letales para un presidente con frentes abiertos en todas partes.
El de los Presupuestos lo ha salvado en este cuarto de hora, veremos qué ocurre cuando el dictamen pase al plenario. Pero, en cambio, el frente Begoña se enrarece cada día más. Porque el juez Peinado no se amilana, y porque además el guardián de todos los secretos, Aldama, ha pedido comparecer voluntariamente ante el juez, que le ha citado el próximo jueves.
Pedro Sánchez, trampeando a través de peones parlamentarios dispuestos a trampear, ha ganado una votación importante aunque no definitiva. Pero le esperan, a la vuelta de la esquina, declaraciones de Ábalos, Koldo, Aldama, Hidalgo, Güemes, personal de Moncloa que no quiere ser chivo expiatorio … Y averiguar el alcance de los negocios de Begoña Gómez, cada día más acorralada por el juez.
Queda todavía mucha tela presidencial por cortar.